La atormentada vida de Gary Coleman, el hombre que más odió a Arnold Jackson, de "Blanco y Negro"

Fue la estrella de una de las series más exitosas de los 80. Ganó fortunas, pero demandó a sus padres por estafa y se declaró en bancarrota. Vivió acosado por problemas de salud hasta su muerte el 28 de mayo de 2010

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Por Susana Ceballos 

Gary Coleman, protagonista de “Blanco
Gary Coleman, protagonista de “Blanco y negro”

Gary Wayne Coleman nació en Illinois, el 8 de febrero de 1968. Con apenas unos días de vida, fue adoptado por Edmonia Sue, una enfermera, y Willie Coleman, un operador de ascensor, aunque Gary lo supo bastante tiempo después. El pequeño nació con una enfermedad congénita del riñón que le causó nefritis y a los cinco años se sometió a un trasplante de riñón. La enfermedad detuvo su crecimiento en 1.42 metros y le moldeó la imagen cachetona que definió su carrera laboral.

Su camino a la fama fue meteórico. Con seis años, fue la cara del comercial de un banco y realizó participaciones en importantes series de la época. Su simpatía, su espontaneidad y su apariencia llamaron la atención de un cazatalentos, que lo recomendó para la serie Blanco y Negro. De un día para el otro, Gary se convirtió en Arnold.  Su personaje se convertiría en un exitazo, la vida de Gary no tanto.

Por esos caprichos del destino, Gary sería adoptado por segunda vez. En la serie, Arnold Jackson un huérfano, pobre, habitante de Harlem, y su hermano Willis (Todd Bridges) eran adoptados por Philippe Drummond (Conrad Bain), un millonario viudo, que vivía en Nueva York junto a su hija preadolescente, Kimberly (Dana Plato).

La serie “Diff’rent Strokes”, conocida
La serie “Diff’rent Strokes”, conocida en Latinoamérica como “Blanco y Negro”, se emitió desde noviembre de 1978 hasta marzo de 1986

Con su simpatía, sus travesuras y su espontaneidad, Gary Coleman durante ocho temporadas atrapó audiencias de todo el mundo. Cautivaba en la pantalla, se reía con los técnicos parecía feliz y sin embargo, fue en ese tiempo cuando tuvo su primer intento de suicidio. Su muletilla "¿De qué estás hablando, Willis?" se convirtió en su marca y con el tiempo, en su castigo. Por el escaso cambio físico que experimentaba Coleman, su personaje quedó estancado en los ocho años. Para el actor, fue cada vez más difícil ponerse ese traje que no le quedaba a medida. Empezaba a sentirse adulto, pero no podía despegarse de la imagen aniñada, mofletuda y de voz aflautada que cada semana caracterizaban a Arnold.

Tras las bambalinas de Blanco y Negro no era el único con problemas. Dana Plato quedaba embarazada y su personaje de Kimberly era enviado a París. Coleman no quería saber nada con más temporadas. Las últimas las hizo obligado, ya que todavía era menor de edad. Finalmente, la serie dejó de emitirse en 1986 y se terminó el hechizo. Plato abusó de las drogas, estuvo presa y se suicidó en 1999 Bridges fue adicto a la cocaína y juzgado por disparar a un dealer.

Mientras tanto y más como un acto reflejo que como una vocación, Coleman combinó su éxito en Blanco y Negro con trabajos en películas de menor trascendencia. Quizás la más recordada sea Jimmy the kid (1982), protagonizada junto a Don Adams y traducida, como Arnold y el Súper Agente 86. El mismo año fue la inspiración de una serie animada producida por Hannah-Barbera (The Gary Coleman show, 1982) y su última película fue Playing with fire, (Jugando con fuego, casi una confesión testimonial), estrenada en 1985.

A los 18 años, Coleman decidía jubilar al actor y retirarse del mundo del espectáculo casi para siempre. Su contacto con la ficción se limitó a realizar cameos, como los de Married… with Children y Los Simpsons, generalmente haciendo de Arnold, y repitiendo la muletilla que odiaba.

(Video: Gary Coleman en un capítulo de "Los Simpsons")

Pero la vida le tenía reservado otro golpazo: el actor encontró que en su cuenta bancaria solo había 200 mil dólares de los millones que había facturado. En 1989 demandó a sus padres y aunque ganó el juicio, solo recuperó 500 mil dólares de su fortuna. En 1999, se declaró en bancarrota. Consiguió un trabajo como guardia seguridad en de Hollywood, pero la solución fue un problema, y motivo de burla de curiosos. Llegó a tener que subastar sus objetos personales y alguien compró por cien dólares los zapatos de bowling que usó en la serie. Arnold seguía metiéndose en su vida, y no lo iba a soltar nunca. En 2003, Coleman volvió a ser noticia por su candidatura a la gobernación de California. Terminó octavo entre 23 aspirantes a un cargo que quedó en manos de otro Arnold famoso, el musculoso Schwarzenegger.

La fortuna no acompañaba y la salud, tampoco. Durante los años de Blanco y Negro, Coleman empezó a sufrir los trastornos cada vez más severos de su enfermedad congénita. A los 14, en pleno éxito de la comedia, el actor se sometió por segunda vez a un trasplante de riñón pero su cuerpo rechazó el nuevo órgano. La frustración lo llevó tomar la decisión de tratarse con diálisis el resto de su vida. Cada semana, durante los siguientes 25 años, el actor se realizó el tratamiento. Las secuelas fueron decisivas. Su expectativa de vida decreció y aumentó la posibilidad del riesgo cardiaco. Se volvió irascible, una conducta que se repitió con más frecuencia cuando el cuento de la fama colgó  el cartelito de Fin.

Gary Coleman nació con una
Gary Coleman nació con una enfermedad congénita y vivió acosado por problemas de salud (Getty)

En el 2000 un chofer de colectivo, le pidió un autógrafo. En un ataque de furia, Coleman la mandó al hospital, y tuvo que pagar 1.665 dólares para cubrir los gastos. En 2007, fue demorado luego de protagonizar una pelea en la vía pública y al año siguiente, tras una discusión conyugal, atropelló a un joven que le tomó una fotografía. Sus ataques de ira comenzaron a ser famosos.

En 2006 el canal Nickelodeon relanzó la serie a nivel mundial y Coleman volvió a convivir con su propio fantasma. "Arnold no se parece en nada a mí, pero el personaje amaba los trenes a escala, los juegos de mesa y los juguetes militares, y esas cosas sí provienen de mí, los productores las robaron de mí para dárselas al personaje", rememoró Coleman. Una vez lo consultaron por su mejor recuerdo de la serie y su respuesta fue lapidaria: "El final, el último episodio. El 16 de febrero de 1986", y agregó: "Si tuviera una máquina del tiempo, iría al momento en que tenía 7 u 8 años, y me aseguraría de no cometer otra vez el mismo error".

Cansado de vivir en Los Ángeles, en 2005 Coleman se instaló en la tranquila Santanquin, una pequeña ciudad en el estado de Utah. A comienzos de 2007, durante el rodaje de la película Church Ball, conoció a Shanon Price, una pelirroja que trabajaba de extra, y era 18 años más chica y 30 centímetros más alta. "Lo que importa no es la diferencia de altura, sino la inteligencia", contó el actor. Se casaron en febrero de 2008, con un Coleman que a sus 40 años no tenía reparos en confesar su virginidad: "No he elegido serlo, siento el deseo como cualquiera pero aún no sé qué es el sexo".

Gary Coleman con Shanon Price
Gary Coleman con Shanon Price se casaron en 2008. Al pocos meses se divorciaron, pero continuaron viviendo juntos hasta el día de la muerte del actor

La pareja nunca terminó de consolidarse. En mayo, ventilaron sus problemas conyugales en el programa The divorce court. Shannon acusó al actor de comportarse como un chico, encapricharse, arrojar cosas y golpearse la cabeza contra la pared. Coleman intentó justificarse: "El hombre es siempre el malo. Mi punto de vista no existe". También la ex esposa lo acusó de no tener amistades. "No tengo amigos ni intención de hacerlos", esgrimió Coleman, en una declaración que encerraba todas sus frustraciones pasadas. "La gente habla por atrás, te maltrata, te roba. Quieren estar conmigo por algún motivo, o porque eres una celebridad, o porque necesitan algo de vos", argumentó.

A pesar del divorcio y las peleas, Coleman y Price continuaron viviendo juntos en la casa de Utah, mientras el actor libraba una lucha sin cuartel contra su cuerpo. El 26 de mayo de 2010, estaban recostados mirando la televisión. Ella le pidió algo para comer. Él bajó hasta la cocina. Un golpe estremeció la calma hogareña. Shannon corrió y lo encontró caído en un piso lleno de sangre. Los paramédicos lograron reanimarlo y fue trasladado al hospital. Sin embargo, el golpeado cuerpo de Coleman no resistió la operación y le diagnosticaron muerte cerebral.

Coleman falleció el 28 de mayo de 2010, pero tardó en descansar en paz. Los fantasmas del suicidio –había tenido otro intentado ahorcarse en su casa- y del asesinato -el matrimonio había dado muestras públicas de violencia- instalaron dudas. En octubre de ese mismo año, la corte de Utah determinó que la muerte de Coleman había sido accidental y que no había evidencias en otro sentido.

Una imagen de Gary Coleman
Una imagen de Gary Coleman de 2007 en Utah. En ese entonces estaba cerca de cumplir 40 años (Getty)

De acuerdo a su voluntad, el cuerpo de Gary Coleman fue cremado. Sus cenizas permanecen en poder de su ex esposa, quien aguarda la orden judicial para esparcirlas en el Parque Histórico Golden Spike, un sitio en Utah que simboliza el viaje del primer ferrocarril transnacional de los Estados Unidos. Quizás sea una forma adecuada de reconciliar definitivamente a Gary Coleman con Arnold Jackson, su odiado personaje.

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