Fueron 14 años de éxito en un canal conocido por ser el "de la familia". Fueron más de 170 emisiones de Ritmo de la Noche y miles más de VideoMatch y El Show de VideoMatch. Fueron números de rating exorbitantes, megaproducciones, viajes por el mundo, cientos de cámaras ocultas… Pero todo concluye al fin. El año 2004 fue el último de la primera etapa. Para todos, lo que llegara era incierto. ¿Podía la nave más potente de la televisión mantener ese poderío si ya no contaba con la pantalla caliente de Telefe? Es que a partir del 2005 Marcelo Tinelli dejó de ser parte del "canal de las pelotas" y se trasladó a Canal 9. Años antes, en los albores, Alejandro Romay ya había intentado generar ese pase, recibiendo al conductor con varias chequeras en blanco sobre la mesa. Ahora todo era distinto. Ya no estaba el "zar de la televisión" y la relación de Marcelo con el ex canal 11 venía desgastada. Para muchos, era algo imposible de que sucediera. Pero lo imposible, ha sido demostrado, es solo falta de imaginación.
En ese contexto de misterio se dio la mudanza. La primera víctima fue el nombre. Como VideoMatch pertenecía a Telefe y El Show de VideoMatch también, el programa pasó a ser ShowMatch. No era un nombre del todo extraño: ya lo habían usado en el año 2000, en la versión española del programa.
Ya en el 9 hicieron el recordado "30 segundos de fama", hubo "show del chiste", y los más chicos fueron protagonistas de varias emisiones, con Marcelo revolcándose por el piso para hacer reír a los invitados y sacar lo mejor de ellos. Pero aunque recordado, duró poco su tiempo en el 9.
El nacimiento del boom del Bailando llegó al año siguiente y con nueva casa. El 2006 significó el regreso de Marcelo Tinelli a El Trece, el canal que lo vio nacer y del cual se fue de la noche a la mañana en aquel verano de 1990.
(Video: Pedro Alfonso y Flor Vigna campeones del "Bailando 2016" / El Trece)
Ese año la propuesta del programa seguía yendo por el lado del humor, pero iban a probar algo nuevo: los lunes habría un certamen desconocido en nuestro país hasta entonces: Bailando por un Sueño.
El formato fue patentado en Londres por la BBC, pero en México encontró la versión que luego llegaría a la Argentina. Es que en el país Azteca surgió la idea de agregar un soñador a la ecuación, algo que el concurso europeo no existió. ¿Quién sueña qué en el primer mundo? Así, el Bailando por un Sueño inicial tuvo 8 parejas conformadas por 8 soñadores elegidos a lo largo y ancho del país, y ocho famosos elegidos por la producción y por el mismo Tinelli. La pareja ganadora de aquella primera edición fue la de Carmen Barbieri y Cristian Ponce, dejando en segundo lugar a Dady Brieva y Mirtha Lima. Completaban la nómina de famosos de ese año: Jésica Cirio, Miguel Ángel Cherutti, Dalma Maradona, Guillermo Novellis, Pamela David y Jorge Martínez (quien fuera el primer eliminado). El jurado, el primero de una larga lista, contaba con Jorge Lafauci, Reina Reech, Laura Fidalgo y Zulma Faiad.
Al comienzo, como dijimos, iba solamente los lunes, y el resto de los días el programa se dedicaba al humor. Pero a diferencia del Bailando, el resto no funcionaba tan bien. "La realidad es que no nos estaba rindiendo el humor, y la TV es prueba y error. No hay que avergonzarse si algo no funciona. Lo banco hasta acá, y sino, vamos con otra cosa, siempre dentro del entretenimiento, claro", recuerda Marcelo en el libro por los 20 años del programa. La decisión fue bancar el humor hasta el mundial de Alemania, y si ahí no levantaba, cambiaban el rumbo. Así sucedió, tras la competencia deportiva, ShowMatch se volcó casi exclusivamente al baile.
"En ese entonces tenía muy poca experiencia en televisión, no sabía bien cómo sería el asunto, pero me dijo Tinelli que iba a haber cuatro jurados y que quería que yo fuera el más serio o duro, porque las demás iban a ser condescendientes con los participantes", recordó Lafauci en una nota con Teleshow cuando se cumplieron los primeros 10 años del certamen.
Decidió armarse un personaje y aceptar el desafío. "Dije 'voy a ser un profesor duro'. El primer día fui tan duro con las notas que los productores se asustaron y me pidieron que aflojara, porque nadie iba a querer participar sino. Al rato vino Tinelli y dijo que los teléfonos explotaron, que siguiera así", agregó Lafauci.
Inmediatamente finalizada la primera edición de 8 parejas, lo volvieron a realizar. Esta vez fueron 12 parejas. A la final llegó Florencia de la V junto a Manuel Rodríguez, y Emilia Attias junto a Lucas Tortorici. Salieron campeones los primeros. Eran otros tiempos para la tecnología y no era extraño que se votara por mensaje de texto. A esa final llegaron cerca de 350 mil SMS.
Luego, el mismo año, llegó la tercer edición, aquella en la que ganó Carla Conte junto a Guillermo Conforte. ¿Por qué tres ediciones en un año? Porque el público adoptó el show como propio y lo que empezó como una prueba pronto fue el caballo de batalla del 13. Como ya se dijo, se dejó el humor y se apuntó 100% al baile. Pero no eran, como hoy, torneos largos.
"Para mi es como un campeonato, a ver quién desciende, quién vuelve, sigo los puntajes, todo con mucha adrenalina. Yo siempre hinché por alguna pareja. Aunque jamás lo diría o haría nada para influenciar en su éxito. Por ejemplo, cuando vino a bailar Paula todos decían: 'Je, qué bien que la hiciste, que ni compitan las otras'. Y cuando perdió, también: 'Jé, qué bien estuviste, la hiciste perder'. Siempre se habla con el resultado puesto, y eso es algo muy argentino. Pensamos dónde está el negocio, o sospechamos que se consiguió por izquierda. Y Bailando no es la excepción. Yo me río viendo las páginas de internet o ciertos programas de TV anunciando que gana tal pareja y, si efectivamente ocurre así, se dan el crédito, pero su pierde dicen: 'Ah, lo cambiaron'. Yo me divierto", contaba Marcelo en el libro.
Con el tiempo, el certamen cambió el estilo. Ya no se puso el acento exclusivamente en el baile sino también en la previa. Los minutos previos a bailar cada pareja empezó a tener su pequeño momento para el humor, y el público empezó a valorar eso tanto como lo otro. Cómo se explica sino que en el año 2014 la pareja ganadora resultara la de Anita Martínez y el Bicho Gómez, dos grandes exponentes antes del humor que de la danza.
Sin embargo, son muchos los que destacan que, más allá de ser un show de mero entretenimiento, el Bailando provocó un alza en la valoración de la disciplina.
"La danza es la hermana boba de las artes porque nunca nos dieron importancia y gracias a esto mostrarnos el sacrificio de un bailarín, como pone el cuerpo, no es una tarea en la que nos den muchos créditos. Pasamos a tener una personalidad y el sindicato de actores cambió mucho la mentalidad con respecto a nosotros. Nos dio entidad como bailarines, ahora la gente mira baile, hay academias, la gente volvió a querer bailar", le decía Mariela Anchipi -histórica coach del programa y luego participante- a Teleshow.
"Además del baile, creo que lo que hizo atractivo al Bailando fue que, al igual que la política o el fútbol, se trata de materia opinable. Y todo lo que es materia opinable genera adicción frente a la tele. Vos te sentás a ver un partido y sos el técnico, decís cómo tiene que formar el equipo, qué cambios debería hacer, cómo tendría que haber definido tal jugador, en qué se equivocó el árbitro… Y este es un formato muy participativo, la gente se involucra, toma partido por algún famoso o soñador", explicaba Marcelo.
Este año por caso las nuevas parejas ya están definidas. Entre ellas, varios campeones del certamen. Será el décimo cuarto año del concurso, pero esta vez se llamará Súper Bailando 2019. Cada cual tomará sus favoritos, cada cual querrá u odiará a algún jurado. Cada cual, incluso, le será indiferente al baile y a la existencia misma del programa. Solo una cosa es cierta: lo que haya sido que construyó el éxito, nadie puede decir que no esté ahí.
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