"Nosotros decíamos acá sí, acá no. Gente muy mayor no, gente enferma y niños tampoco. Teníamos las pautas bien claras, Marcelo así lo pedía", lo contaba Leo Rosenwasser hace diez años, cuando VideoMatch cumplía 20 y se estaba realizando un libro en conmemoración.
El público lo sabía: todos podían -podíamos- ser víctimas de una cámara oculta de Tinelli. Estaba por ahí, dando vueltas por la Ciudad de Buenos Aires. Cada año, entraban humoristas nuevos, por lo que era imposible reconocerlos a todos. Cada año también se daba el mismo debate: ¿están arregladas?, ¿la víctima ya sabe? La respuesta de cada intregrante del equipo era siempre la misma: no.
(Video: Cámara oculta a Guillermo Francella / Telefe)
La sociedad, en su mayoría, estaba atenta a lo que podía pasar. La vida, entonces, era una gran trampa del humor. Había cámaras ocultas de todos los colores, en todos los rincones, sin límites, por fuera de cualquier presupuesto imaginable hoy. "Eran tan grosas las producciones que yo decía que cada equipo que salía a la calle iba a hacer una mini película. Había extras, micrófonos inalámbricos, guiones, mucho maquillaje, vestuario. Eran como ocho equipos que filmaban ocho películas que a la noche se compactaban en un solo programa", decía entonces Leo, uno de los grandes protagonistas de esa época con notas como el "Rompé Pepe" o el "¡Osooo!", ambas desarrolladas en una nota anterior sobre el humor de Leo.
Pachu Peña y Pablo Granados fueron dos de los grandes abanderados de VideoMatch. Acaso, la dupla más recordada del programa, la avanzada del grupo de rosarinos que llegaría después. Ellos, Pachu y Pablo, hicieron innumerables notas que vale la pena recordar aparte: Grandes Poesías de Pequeños Autores, Deportes en el recuerdo… Pero también tuvieron su participación en las cámaras ocultas.
"Lo primero que hicimos fue una cámara que se llamó Los Amigos", cuenta Pachu. "Pablo paraba a una persona para entrevistarla y entonces yo pasaba y hacía que reconocía a Pablo y me metía en la nota. Nos abrazábamos y llorábamos, y le dejábamos el micrófono al tipo, que no sabía qué hacer", recuerda. "Nuestras cámaras no eran tan ocultas, porque eran con la cámara delante de la gente, pero se mostraba una situación falsa", agrega Pablo, en una entrevista hecha para el libro de VideoMatch.
Otra cámara recordada era aquella en la que Pablo hacía una entrevista a una personas que detenía por la calle y Pachu escuchaba las respuestas por auricular. Al rato pasaba caminando y con esa información ya no era a Pablo a quien reconocía sino al anónimo, a quien gracias a lo que había escuchado le hacía creer que lo conocía. "La gente se emocionaba", cuenta Pachu. "Yo hasta me bañé en una casa!, dice Pablo.
Una de sus cámaras ocultas más famosas era la que hacían junto con Diego Korol. Le decían a la víctima que le iban a cortar la luz. La persona, un vecino cualquiera, se volvía loco. Ellos le decían que era inevitable, pero que no iban a cortar la luz a menos que llamara Pekerman. Y entonces, de pronto, llamaba Pekerman. "Aquíííííííí Pekerman", decía Korol del otro lado. Era una situación desopilante.
(Video: "Aquí Pekerman" en VideoMatch / Telefe)
José María Listorti fue otra de las piezas claves en el mundo de las cámaras ocultas. Empezó con la broma del teléfono. En aquella época, 1994, se usaban unos teléfonos celulares gigantes, como los teléfonos inalámbricos de las casas. José María se ponía atrás de personas equis y los burlaba por alguna característica física. Cuando la persona se daba vuelta, hacía como que en realidad se lo decía a alguien al otro lado de la línea. Fue furor, tanto que hasta una vez Maradona hizo la broma.
"Fue mi primera cámara, y gustó mucho. Fue una prueba y salió al aire de una. Después hice muchas más. El Jugo Loco fue de las que más pegaron: le hacía tomar a la gente un jugo -o un café-horrible y les preguntaba: '¿Le gutó o no le gutó?'", recuerda José María. Con los años, comenzaría a liderar las cámaras en las que le iban de invitados a un programa piloto de una modelo o famoso y hacían cualquier cosa. Eran bromas que hoy no pasarían ningún filtro: primero, porque la producción le hacía creer a alguien que había una posibilidad de un trabajo que en realidad no existía (la existencia del piloto mismo era parte del embuste). Segundo, porque fue en esas cámaras donde surgió el humor de Yayo, contando chistes desubicados (a propósito), o cantando canciones más desubicadas aún con el Cuarteto Obrero. Pero además, en muchas de esas cámaras el equipo de VideoMatch terminaba completamente desnudo, rodeando a la conductora. Nadie lo notaba, nadie decía nada en contra, pero visto hoy es una falta de respeto inaceptable, rayano al acoso.
(Video: José María Listorti y el "Café loco" en VideoMatch / Telefe)
Sin ir más lejos, esa era otra cámara de José María: tenía que hacer una publicidad o una nota con una modelo y en los cortes directamente la acosaba. La invitaba a salir, le consultaba cosas privadas, y hasta le preguntaba el precio por tener sexo con ella. Una lectura posible es que de algún modo estaban cristalizando algo que pasaba en el medio pero que nadie decía. ¿Era ese chiste de VideoMatch la práctica habitual de muchos otros en el ambiente, pero que no lo hacían en broma? No es nuevo decir que el humor muestra de manera prístina el lado oscuro de nosotros. Pero por entonces el resultado no era la concientización sino la pura risa. Más de diez años después, el humor cambió porque la sociedad lo hizo.
(Video: Cámara oculta a Amalia Granata, videoMatch / Telefe)
Más inocentes eran las cámaras de tinte El peor día de tu vida o El Padre de la Novia. En la primera, elegían una víctima y básicamente le arruinaban el día. Con la familia y amigos como cómplices, le hacían maldades de todo tipo (inundarle el baño, que lo detenga la policía), hasta llegar al sumun -impensable hoy- de destruirle el auto. Eran súper producciones en las que, literal, podían prender fuego un auto para hacer reír a la audiencia.
(Video: "El peor dia de tu vida", VideoMatch / Youtube)
El caso del padre de la novia era más sencillo: una chica -cómplice de la cámara- caía a su casa con un novio nuevo. Al principio, el chico se mostraba un poco confianzudo: le decía 'mamá' a su suegra, le exigía algo de comida, pedía helado como si fuera a invitarlo él pero nunca pagaba, burlaba al padre por su aspecto físico, y hasta se ponía toquetón con la hija delante de él. Claro, el padre era la víctima de la cámara, que sobre el final estallaba y siempre terminaba furioso.
(Video: "El padre de la novia", VideoMatch / Telefe / Youtube)
Hubo de todo: Nancy Pazos haciendo caer a los políticos en un falso programa creado para el engaño. Titi Fernández y Marcelo Benedetto provocando a varios futbolistas en el poco serio Fútbol en serio. Moria Casán con su propio talk show falso: El escenario de la vida. Luisa Delfino también, o Jorge Rossi con Onda Tropical, donde cayó el mismísimo Potro Rodrigo en 1998.
(Video: Cámara oculta a Rodrigo, El Potro / Telefe)
Fredy Villarreal, fue el creador de El indeciso, un tipo que iba a una verdulería y pasaba horas dudando en elegir qué naranja llevar. O uno d los dos protagonistas del Tonto y Re Tonto, cámara que hacían con Campi: subían a un taxi y preguntaban: "¿Dónde vamo? Vamo a lo de la Nona Polola. ¿Y dónde es? Derecho".
Pero además participó de innumerables cámaras en conjunto a modelos. Una de ellas se la hicieron a Lorena Ceriscioli. Terminaba con una situación insólita y divertida. Fredy hacía un truco de magia que estaba aprendiendo y como no sabía el final, la dejaba "cortada al medio" dentro de una caja.
"Las cámaras ocultas eran muy difíciles de actuar. Yo me ponía muy nervioso. Una cosa es trabajar en teatro con ensayo y otra enfrentar a un señor en la calle que no sabías para dónde podía salir", dijo Fredy.
(Video: Cámara oculta a Lorena Ceriscioli / Telefe)
Pero las que más esperaba el público siempre -o la sociedad más bien, en su sed pequeña de venganza- eran las que el equipo de VideoMatch le hacía al mismo Marcelo Tinelli. De tanto embromar a los demás, la producción decidía que debían mirar un poco hacia dentro. Pensaban una idea y lo embaucaban al conductor.
Una de esas cámaras sucedió en su quinta. Se juntaron a jugar un partido de fútbol el equipo de VideoMarch contra unos supuestos amigos de Toti Ciliberto. La fama de Tinelli de competitivo dentro de la cancha no era ningún secreto, siempre quería ganar. Pero ese día todo su equipo fue para atrás, haciéndolo correr a lo loco al punto tal que "los amigos de Toti" terminaron haciendo goles de todos los colores. Una completa humillación que Marcelo no aguantó y terminó corriendo a uno de los contrarios por toda la cancha.
"Aquella cámara no la olvido más", recuerda Pachu Peña. "Nosotros siempre jugábamos horrible, pero esa vez lo hicimos peor. Íbamos para atrás como locos. Todo para que Marcelo se calentara. Yo no podía más: lo miraba y me tentaba. Tenía que taparme la cara para no reírme. Y claro, como a él no le gusta perder ni a las bolitas se enojó mucho. Todo el equipo del programa fue en combis a la quinta y metimos las cámaras ahí. Las dejamos cerca de la canchita para filmar. Fue terrible, lo hicimos recalentar", cuenta.
El video es testimonio de que el humor de VideoMatch era una danza sin filtro que en algún momento podía tocar tu puerta, sin importar quien fueras. Vaya uno a saber si ahí, mientras usted lee esta nota, no habrá una cámara coulta, registrando sus reacciones para completar un nuevo truco, una nueva joda para Marcelo.
(Video: Cámara oculta a Marcelo Tinelli / Telefe)
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