"Todo se lo debemos a la gente. La Mona está donde está por el cariño del público", remarca el músico mientras se despide de un grupo de turistas argentinos que le pidieron sacarse una foto con ellos. Con una amplia sonrisa y predisposición, el "Rey del Cuarteto" se puso en fotogénica ante el requerimiento de los fans. Ni en las paradisíacas costas brasileñas pasa desapercibido.
La Mona decidió tomarse en los primeros días de abril una semana de respiro en la pintoresca ciudad playera de Arraial d'Ajuda. Un lugar que queda a menos de 20 kilómetros de Porto Seguro, al sur del estado de Salvador de Bahía. Un destino explorado por cientos de turistas argentinos que se sienten atraídos por el mar de color turquesa, los arrecifes de corales, la selva casi virgen y las edificaciones coloniales del centro. "La estamos pasando muy bien. Es lindo estar acá y en familia", asegura.
Llegaron en un vuelo directo desde la Argentina, y con eso la leyenda viva del cuarteto empezó con el pie derecho sus vacaciones. Comenta que le gusta viajar, pero mucho más le agrada la sensación de volar.
En Brasil se mueve entre la gente que va y viene a la playa. Camina y cada tanto hace pasos de cuarteto para animar a los más chicos de la familia. Algunas veces suelta una estrofa de sus canciones para los argentinos que lo reconocen y saludan.
Con su impronta y carisma, revolucionó el complejo Casas María José Arraial, donde se hospeda. No tardó mucho tiempo en hacerse amigo de todos los que trabajan en ese lugar, incluyendo a los dueños. Por las mañanas, juega con sus cinco nietos en la piscina. Sorprende a todos los que no lo conocen por lo bien que nada el la pileta. Disfruta del agua y del cuidado de su cuerpo, que a los 68 años luce impecable. Subraya que tiene que estar bien para poder brindar todo arriba del escenario.
Por las tardes, aprovecha la calma para charlar con sus hijos de temas que en lo cotidiano no lo puede hacer. Los aconseja como cuando eran chicos. Lorena, Carli y Natalia también eligieron el camino del arte. Los dos mayores son músicos y continúan con el legado del cuarteto, aunque buscaron su propios estilos y hoy son una marca registrada en los circuitos cordobeses. "Nati", la menor, es diseñadora de moda y sus vestidos engalanan las fiestas de la provincia mediterránea.
Junto a La Mona, los hijos y los nietos está Juana Delseri. Es su manager y ex esposa. La mujer que atiende cada detalle de la vida del cantante. Se separaron hace 20 años pero siguen conviviendo y el astro del cuarteto asegura que es "el amor de su vida". "No soy nada sin mi Juana, todo se lo debo a ella, me da libertad, me conoce y me cuida como nadie", reconoce el músico y agrega con pasión: "Nos divorciamos pero han quedado prendidos nuestros corazones".
Continúa la entrevista y Juan Carlos Rufino Jiménez en Brasil se puede liberar un poco más. Cuenta que hace un tiempo dejó de dar tantas entrevistas a los medios. Interrumpe la charla y constantemente busca la complicidad de sus nietos para gastarle bromas a sus hijos. Ellos sacaron el humor de su padre y le retrucan. Nadie se escapa de recibir un sobrenombre. Rememora que en sus comienzos no estaba de acuerdo con que lo llamen "La Mona". "Yo quería ser Tarzán", acota entre risas.
En un momento el "Rey del Cuarteto" se pone serio y reconoce que necesitaba un descanso. Tuvo un verano intenso lleno de shows que se cerró con una presentación espectacular en el Lollapalooza Argentina 2019. Miles de personas bailaron "Quién se ha tomado todo el vino" en el mismo lugar donde años anteriores desembocaron bandas internacionales de la talla de Red Hot Chili Peppers, por ejemplo. "Fue algo mágico. Se dio gracias a Juana y el Bebe Contepomi. Resulta que el creador del festival, Perry Farrel, sabía de mí y quería que esté", cuenta con orgullo.
La Mona siente que ese tipo de hechos lo agiganta. Siempre recibió el cariño de su público pero en sus comienzos con el cuarteto vivió la discriminación y la persecución. "A nosotros los negros nos costaba llegar. Todos los viernes nos hacían racias por cantar cuarteto. Los milicos llegaban tirando tiros al aire. Terminábamos todos en fila india yendo a los colectivos y después nos metían en cana. Siempre me marginaron. Mi rebeldía siempre fue por lo que los milicos nos hacían", recuerda. Pero profesionalmente su triunfo más grande es haber tenido una carrera de más de 50 años sin interrupciones y ser el músico que más discos ha grabado en la Argentina. "Hice bailar a cuatro generaciones", recalca. También se dio el gusto de tocar con los consagrados de otros géneros musicales, desde el folklore hasta el rock.
En lo personal, resalta que su triunfo es haber formado una familia junto a Juana, sus hijos y, ahora, sus nietos. Todos enarbolan un alto grado de amor, humildad y unidad. Los chicos, sin embargo, aseguran que no fue fácil ser hijos de La Mona. Recuerdan que de niños vivieron también momentos duros por tener a un "papá cuartetero" y vivir en el Cerro de Las Flores, uno de los barrios más caros de la capital cordobesa.
Eso no les impidió crecer de forma sana y contenida. Por el contrario los impulsó a continuar con el legado Jiménez en el arte y la cultura. Lorena es cantante, actriz y productora; Carli es musico e ingeniero en Sonido; y Natalia es diseñadora de moda y empresaria. Todos buscaron sus ropios caminos y, al mismo tiempo, colaboran con orgullo en la carrera de su padre. Siempre bajo la tutela de Juana, la madre contenedora y presente en cada paso.
Por eso para La Mona es imposible imaginar unas vacaciones sin su familia. De solo pensar en volver a la Argentina el astro del cuarteto se emociona. Si bien comparten mucho tiempo juntos durante el año, pocas veces tienen el espacio para distenderse como lo hicieron en Arraial.
En Córdoba los espera volver a la rutina de los shows, los estudios de grabación y el mundo de la moda. En Brasil la única responsabilidad que tuvieron fue la de posar todos de blanco para una producción de fotos. Y hasta en ese pequeño hecho desde el abuelo de los Jiménez hasta el más chico de los nietos procuran lucir impecables y alegres. Saben que esa es la forma de compartir con sus seguidores el mayor tesoro que guarda el clan: la felicidad en familia.
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