La última Copa Mundial de Fútbol tuvo un campeón, Francia, pero varios protagonistas. Rusia 2018 fue un buen escenario para que Pussy Riot (locales en ese país) pudiera desplegar su reclamo. Así fue cómo Kylian Mbappe y compañía perdieron la atención del público por un ratito, mientras le ganaban a Croacia la final del mundo. En el segundo tiempo, tres mujeres y un hombre que forman parte del colectivo Pussy Riot, coparon el campo de juego disfrazados de policías. El objetivo era pedir la liberación de presos políticos, entre otras demandas, y conmemorar el decimoprimer aniversario del fallecimiento del poeta ruso Dmitriy Prigov, creador de la imagen de la "policía celestial".
Unos minutos después de esta intervención –que inquietó no solo a los presentes en el estadio, sino también a los televidentes y llenó las redes sociales de comentarios al respecto- las Pussy Riot se hicieron cargo a través de un comunicado. Además, pidieron al gobierno de Vladimir Putin que cese con "las detenciones ilegales", exigieron "competencia política" en los actos eleccionarios y expresaron su descontento con "inventar cargos criminales y de mantener a gente en prisión sin ninguna razón".
Pussy Riot es un grupo punk fundado por Nadezhda (Nadya) Tolokonnikova, que mutó al pop y al hip hop con mucho atino. Y también es un grupo activista que va a fondo con las causas que defiende. Feminista, proteccionista de animales, siempre a favor de los derechos humanos, el colectivo no se conforma con dedicar una canción a la causa u organizar un show a beneficio, generan acciones de alto impacto para llamar la atención, principalmente, de su presidente, con quien se vienen enfrentando desde hace unos años.
La aparición sorpresa en el Mundial terminó con las cuatro personas detenidas e incomunicadas por seis horas. Los cargos fueron por incumplir normas en eventos deportivos y utilizar uniforme policial de manera ilegal. Luego, rápidamente, fueron condenadas a cumplir 15 días de cárcel. Ni lerdas ni perezosas, pocas horas después de haberse hecho pública la sentencia, Pussy Riot estrenó "Track About Good Cop", una canción divertida en la que se ríen de la policía rusa. El medio había sido válido para concretar el fin.
Track About Good Cop
"La catedral simboliza la unión de la Iglesia y el Estado. Así no es como debería ser", se las escucha decir en Pussy Riot: Una plegaria punk (en ruso Pokazatelnyy protsess: Istoriya Pussy Riot), el documental producido por HBO, estrenado en 2013. El colectivo que nació en 2011 tuvo al año siguiente su momento de gloria cuando Nadya, junto a Maria (Masha) Aliójina y Yekaterina (Katya) Samutsévich, entraron en la Catedral de Cristo Salvador de Moscú de la Iglesia Ortodoxa rusa, para rezar una plegaria punk en la que repetían una y otra vez "¡Fuera Putin!". Después de eso fueron llevadas presas y alejadas de sus familias (Nadya y Katya tienen hijos) y hasta Amnistía Internacional calificó la condena como "un golpe amargo contra la libertad de expresión".
Tráiler de Pussy Riot: Una plegaria punk
Dos años de prisión, huelgas de hambre y juicio mediante, pasaron para que las Pussy Riot salieran en libertad, habiendo multiplicado el número de simpatizantes en todo el mundo. En su país, hasta el mismísimo campeón de ajedrez Gary Kasparov se la jugó por ellas y se expuso a ser detenido en la vereda del palacio de justicia, cuando asistió al juicio para apoyar a las mujeres acusadas. "Los policías lo arrinconaron y lo arrastraron a la furgoneta policíaca. Esta foto muestra cómo los policías lo asaltaron cuando estuvo dentro de la furgoneta. Esperamos que esté bien y proporcionaremos las actualizaciones en cuanto las tengamos", escribieron los administradores de la cuenta del ajedrecista en Facebook. Abajo, se mostraba la foto sacada por el periodista de Moscú, Olaf Koens, que había posteado en Twitter con el texto: "Esa es la lucha de la policía con Gary Kasparov dentro de la furgoneta policíaca. ¿Le están pegando?".
Con una discografía despareja, colaboraciones interesantes y videos cada vez mejor logrados, Pussy Riot sigue siendo un combo único en lo suyo. Este domingo 14, el grupo trae su música, sus performances y sus consignas a Buenos Aires y el martes 16 se van a Córdoba para formar parte del festival GRL Power, donde la grilla es exclusivamente femenina y feminista. "Como artistas nuestra meta es cambiar el mundo", se las escucha decir en Una plegaria punk. ¿Podrán cambiar algo en la Argentina?
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