Desde hace varios años Paloma Fort, hija de la astróloga Aschira y de Felipe Fort, abuelo de Ricardo, sostiene que en realidad ella es hija de Carlos, su supuesto medio hermano, y que su madre engañó a Felipe con su hijo.
Una historia intrincada, sin muchos argumentos sólidos y con los dichos de Paloma como única fuente. Para demostrar su parentesco con los Fort, Paloma pide que se exhume el cuerpo de Ricardo para hacer un ADN y así demostrar que ella es la cuarta hija de Carlos y que Felipe no fue su padre.
A continuación, los motivos por los cuales, a mi entender, no debe pedirse la exhumación del cadáver del empresario chocolatero.
Porque Paloma pide esto desde hace algunos años, cuando Ricardo aún estaba vivo, y él jamás la tomó en serio como supuesta hija de su padre y siempre le dio la espalda. Ahora, Paloma deambula por los programas de televisión repitiendo que Ricardo una vez le dijo: "Yo sé que sos mi hermana pero no puedo decir nada".
Porque quienes conocimos a Ricardo Fort sabemos que si él hubiera tenido algún motivo para suponer que Paloma era su hermana, y con eso molestar a sus hermanos Eduardo y Jorge, como siempre lo ha hecho, lo habría gritado a los cuatro vientos. No hay archivo ni gráfico ni televisivo de Ricardo Fort avalando los dichos de Paloma.
Porque Paloma podría pedir, mediante una medida judicial, hacerse un ADN con cualquiera de los otros hijos de Carlos Fort que están vivos, y elige hacer todo el tema mediático para causar más impacto. Pedir una exhumación es más un show más para las cámaras que una medida lógica de alguien que busca conocer su identidad.
Porque Paloma ahora dice que su madre le confesó que ella era hija de Carlos. Madre a la que desprecia, a la que no ve desde hace años. Es muy llamativo que Paloma hable más de su padre y de sus ganas de saber la verdad y de conectar con su familia, que de su madre, quien gracias a Dios está viva y que, según ella, está ciega y muy mal.
Porque Paloma Fort tiene todo el derecho de conocer su verdadera identidad, y si tiene dudas puede utilizar los métodos judiciales para lograr ese fin. Pero lo que no tiene derecho es a exhumar el cuerpo de Ricardo, y a traerles un dolor enorme a sus hijos, Marta y Felipe, y a la gente que lo quiere, como Gustavo Martínez. Paloma no respeta a esos chicos, que sea como sea el vínculo no dejan de ser su propia sangre. Ella pide respeto y quiere hacerlos pasar por tan doloroso trance solo para lastimar a los Fort que la despreciaron.
Porque ella pide que se la escuche, se la reconozca, que sean piadosos con ella, pero ha declarado que no perdonará nunca a su madre por haberle mentido. Paloma puede arbitrar otros mecanismos para saber su identidad y dejar descansar en paz a los muertos. Ella puede luchar por sus creencias, y por su dinero también, pero debe pensar que en el medio de esta lucha entre adultos hay dos chicos que perdieron a su padre y no merecen sufrir más por nada que venga del lado de la familia Fort.
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