"Veo crecimiento. Veo ganas. Veo pasión", dice Peter Lanzani, invitado a analizar el camino que ha recorrido como actor. Todo empezó con una publicidad, Cris Morena lo convirtió en un ídolo juvenil y, en pleno momento de furor, él decidió frenar y pensar hacia dónde quería ir. Así se convirtió en uno de los referentes más respetados y buscados de su generación.
El presente lo encuentra protagonizando 4X4, una película que le significó un duelo actoral y físico por la complejidad técnica y el rol casi exclusivo que tiene Ciro, su personaje: gran parte de la historia se desarrolla dentro de una camioneta, casi en soledad.
Pero además de permitirle a Lanzani tener un rol destacado junto a dos grandes figuras como Luis Brandoni y Dady Brieva, la película de Mariano Cohn abre un debate en torno a la justicia por mano propia. Además, logra transformar al victimario en victima cuando Peter queda preso de la trampa armada por el personaje interpretado por Brieva, quien convierte a su camioneta en una ratonera sin salida, ya harto de los robos.
El tráiler de "4×4", con Peter Lanzani
—En la vida, ¿te sentís más cerca de Ciro o del personaje de Dady?
—No me siento más cerca de ninguno porque no soy un ladrón ni tampoco hago justicia por mano propia. Me parece que eso es lo más inteligente que tiene la película: toca un tópico bastante importante y tabú en nuestro país, pero no se instala solamente en un lugar diciéndote qué es lo que hay que hacer.
—Uno va cambiando de posición con el correr de la película.
—Exactamente, te va planteando diferentes veredas, y en base a eso cada uno va sacando su propia conclusión. Ahí es donde se va generando el debate. De una manera u otra todos los personajes se equivocan y tienen sus aciertos, no son totalistas.
—Yo puedo entender al tipo que está harto de que le roben, y puedo sentir la desesperación que tiene tu personaje ahí adentro, encerrado.
—Y sí, porque adentro de la camioneta la película se transforma en otra película de género. El que sea un ladrón o el que esté metido en las causas que esté metido, lo único que le importa es la supervivencia. Pasa a ser una película de supervivencia. ¿Qué pasa si pasás un par de días sin tomar agua? ¿Qué pasa si pasás un par de días sin comer, lastimado, encerrado en una camioneta blindada, insonorizada?
—Hace muy poquito vivimos un caso de un linchamiento. Un chico que fue violado, los vecinos en una manifestación terminan incendiando y matando al padre del presunto violador, que terminó no siendo el violador porque el nene no lo reconoció.
—Una locura. Y eso es donde estamos: abordados por el miedo, abordados por la inseguridad y queriendo tomarlo por mano propia, al no recibir del otro lado alguien que tome cartas en el asunto. Y esa tampoco es la solución. Estamos pasando por momentos difíciles y hace más de diez años (la inseguridad) es el tópico más importante al que todo el argentino le teme.
—¿Te gusta cuando las películas o los personajes tocan un tema social y dejan un mensaje?
—Sí. Que dejen un mensaje, armen un debate o generen una emoción. Porque en definitiva, eso es el cine.
—Contaste cuál fue el hecho delictivo que sufriste: te robaron en el auto, vos no estabas, perdiste un guión en el que estabas trabajando. Lo que no conozco es cuál es el mayor hecho delictivo que vos cometiste alguna vez.
—Habré cruzado algún semáforo en rojo.
—¿Algún robo en el kiosco de chico?
—Nunca robé de chico.
—En otra charla me contaste algún pis por la calle.
—Algún pis por la calle puede haber pasado, sí. Pero bueno, ante no encontrar un restaurante abierto que me permita ingresar… Y hay muchas veces que tampoco te permiten entrar si no consumís. ¿Tenés que comprar un agua para tener más pis y hacerlo? Bueno, qué sé yo.
—Cuando miras para atrás tu recorrido, ¿qué ves?
—Veo crecimiento. Veo una búsqueda. Veo ganas. Veo pasión, y eso es lo que más me reconforta porque es la decisión que vengo tomando hace un tiempo.
—Hubo una búsqueda muy clara, vos sabías lo que querías.
—Sabía que estaba buscando algo, y que algo iba a encontrar. Y en definitiva, eso es lo que busco.
—Pero cuando tuviste que parar en pleno boom, paraste.
—Quería correrme de la comodidad porque dentro de esa incomodidad uno busca, siente más, se preocupa. Quizás se equivoca, pero aprende de los errores; o acierta, y aprende de sus aciertos. Nunca dejamos de aprender. Ese es el mejor lugar donde se puede colocar un actor, porque no hay un punto adonde llegás actoralmente. De hecho, mientras más buscás más encontrás, pero menos a la vez porque abrís unas puertas y te das cuenta que tenés otros 700 mundos para incursionar.
—¿Cómo te llevás con la inestabilidad de la carrera del actor?
—Por el momento bien. Me considero afortunado de poder estar eligiendo entre los proyectos que me llegan. Sé que esto no es para siempre, entonces trato de dar lo mejor que tengo, y en base a eso seguir creciendo para estar preparado para nuevos desafíos.
—¿Da miedo pensar que se puede terminar en algún momento?
—Yo creo que no se termina, al menos la carrera de un actor. Quizás se corta el hacer proyectos enormes y la cosa más famosa, que no vendría nada mal tampoco. Pero si el actor está en búsqueda, puede. Yo vengo haciendo obras de teatro que no me requieren dinero invertido ni tampoco pretendo buscar un teatro de tantos miles de espectadores, y lo hago en galpones para 80 personas y sigue siendo actuación, y sigue siendo una búsqueda.
—¿Y da el mismo placer?
—Sí, claro. O a veces más. Matadero es una obra que armamos entre nosotros, no compramos derechos.
—Y se disfruta tanto como la película que la rompe o la televisión con las mejores críticas del mundo.
—Sí. Son diferentes formatos; para mí el teatro es para que el actor entrene. El cine y la televisión se hacen de otra manera, pero también es disfrute. A mí me gusta lo que hago, me apasiona, y siempre y cuando tenga oportunidades voy a tratar de aprovecharlas.
—En esto que decíamos de la inestabilidad de la carrera, ¿ahorrás para momentos que no sean tan fructíferos como este?
—Sí, sin dudas. Me ayuda mucho mi viejo. Cuido mucho la plata.
—Recién decías: "Soy un afortunado porque puedo elegir los proyectos". Uno es un afortunado al poder trabajar en lo que a uno le gusta.
—Y sí. Hay que considerarse afortunado, sin lugar a dudas. Pero también es fruto del trabajo duro de un montón de tiempo, y en base a eso hay que tratar de seguir aprovechándolo. Y aprovechar esas oportunidades para ser mucho más tajante en cada uno de los personajes. Siempre tenés que estar preparado para lo que se viene.
—Y en esa exigencia, ¿lográs quedarte contento?
—A veces sí, a veces no tanto. Esa exigencia a veces puede ser tu peor enemiga; a veces puede ser tu mayor virtud también. Es algo que uno va tratando de entender, de progresar, de moldear.
—Yo sé que tu tema favorito es que me querés contar si estás de novio, si estás enamorado.
—Es mi tema favorito del mundo.
—Es a lo que viniste; la película es una excusa.
—No, no estoy enamorado, no estoy de novio. Estoy muy tranquilo, muy enfocado en mi trabajo. Y tampoco buscando: creo que es algo que sucede. Por el momento no viene sucediendo.
—¿Cuántos mensajes recibís por día en las redes sociales?
—No lo sé. Algunos sí, algunos con buena onda. Hoy día un montón, pero porque estoy con la película. Son mensajes de apoyo.
—¿Entrás a ver la foto de perfil de quien te manda el mensaje?
—No, no, no.
—No es por ahí, por ahí no te van a conquistar…
—No, no, claramente no. Es cara a cara: mirar a los ojos y salir a charlar y conocer a la otra persona. Pero bueno, para eso también hay que tener tiempo, y esas cosas suceden.
—¿Hoy la libido está puesta en el trabajo?
—Sí, sin dudas.
—¿Te dan ganas de volver a hacer una tira televisiva?
—Por el momento no. Te requiere un ritmo diferente al unitario porque las miniseries se graban de otra manera. Se dedica mucho más tiempo a una escena. Eso hoy es lo que más me llama la atención. Igual, nunca digas nunca; pero por el momento no.
—¿Te interesa la actualidad del país?
—Sí, me interesa.
—¿Te informás?
—Menos de lo que me gustaría o debería. Pero sí, sí, estoy informado. Y de alguna u otra manera, trato de estar al tanto de las cosas que van sucediendo. No soy una persona política en lo más mínimo. Me cruzo con gente que dice que todo es política, pero tampoco es algo que me ocupe la cabeza.
—Pero en un asado de un domingo, ¿te sumás a una discusión sobre política?
—No, porque tampoco es que estoy tan al tanto como para ponerme a expresar mi opinión. Detesto el "hablemos sin saber", y me parece que no suma absolutamente en nada. Entonces, cuando siento que no estoy apto, me hago al costado.
ENTREVISTA COMPLETA