Padre e hijo enfrentados por el amor de una mujer, una herencia millonaria y la posibilidad de exhumar el cuerpo de Ricardo Fort: la historia de Paloma

Paloma tiene el apellido Fort. Sin embargo, su camino en busca de la verdad recién comienza. La hija de Aschira llegó a  Buenos Aires para pedir un ADN que demostraría, según ella, su identidad: reconocida como hija de Felipe (abuelo de Ricardo), ella asegura que es hija de Carlos (papá del mediático fallecido en el 2013).

Detrás del pedido de Justicia de Paloma no solo está la necesidad de una mujer de conocer sus verdaderos orígenes, sino también una historia de engaños amorosos, traiciones entre padres e hijos y mentiras con el objetivo de proteger la reputación y el nombre de la familia, además de los intereses económicos. Es que si Paloma es hermana de Ricardo, el mapa accionario de la empresa cambia por completo.

¿Quién es Paloma?

Radicada en Londres, es hija de la astróloga Encarnación Ruíz Ruíz, más conocida como Aschira y fue reconocida como hija de Felipe Fort (abuelo de Ricardo y creador de la empresa). Sin embargo, hace unos años ella aseguró que en realidad era hija de Carlos Fort (papá de Ricardo).

"Soy fruto de la relación de Aschira con Carlos Fort. Ella vivía con Felipe Fort pero se acostaba con Carlos. Felipe se llevó un disgusto grande cuando Carlos le dijo que yo no era hija de él. Él se enfrentó a esta señora y tengo testigos presenciales", aseguró ella en el 2017, pero ya había iniciado un juicio por filiación en el 2012.

Un amor que cruzó el océano y un hijo que traicionó a su padre

Aschira y Felipe se conocieron en España. Ella viuda y madre de Eva, él separado y devastado por la muerte de uno de sus cinco hijos. El flechazo entre ellos fue instantáneo y luego de que él viajara asiduamente al viejo continente para estar con la astróloga, ella se instaló en Buenos Aires, donde convivieron.

En 1964 se casaron vía México, ya que en ese entonces aún no existía la Ley de divorcio en Argentina, y años después se convierten en papás de Paloma. Sin embargo, antes de que Felipe muriera en 1969 Aschira le habría contado que en realidad la beba de seis meses no era suya, sino fruto de su relación clandestina con Carlos. Es decir que casada con el padre, la astróloga era amante del hijo.

"Ella vivía con Felipe Fort pero se acostaba con Carlos", reveló hace un tiempo Paloma que vivió (de ser verdad lo que cree) toda su vida engañada. "Marta Fort confirma (en televisión) que Carlos y Aschira habían sido amantes y después una persona que había sido vecina nuestra me contó que escuchó una discusión entre mi madre y Felipe donde le contaba la verdad", declaró alguna vez.

Detrás de las sospechas de Paloma se esconde un terrible engaño amoroso que involucra a un padre y a un hijo y además la decisión de una familia, o de al menos de Aschira y Carlos, de callar y mentir.

La mujer que acaba de llegar al país es busca de verdad nunca pudo disfrutar de sus hermanos Ricardo, Eduardo y Jorge a quienes creyó sobrinos, ni de su padre como tal, de quien le dijeron que era hermana.

Más allá de los sentimientos, ¿qué cambia si Paloma es hija de Carlos y no de Felipe?

Felipe (abuelo de Ricardo) tenía solo doce años cuando en 1912 creó su propia fábrica de chocolate, produciendo cada noche sus dulces de manera artesanal y seis años después pudo comprar las primeras máquinas para ampliar su sueño. En 1963 le pasó el mando a su hijo Carlos y la empresa se amplió de manera exponencial, hasta ser un emblema tal como hoy la conocemos.

¿Por qué siendo nieta de Felipe accedería a una herencia mucho mayor que si fuera hija? "Porque Carlos es quien desarrolló la fortuna, fue gerente y levantó la empresa (Felfort), más de lo que lo hizo su padre", había explicado hace un tiempo Javier Moral, abogado de Paloma y agregó: "A raíz de las recaudaciones de la empresa, cada uno de los hermanos recibe unos 267 millones de dólares. Tendría que hacerse una cuenta de lo que le correspondería a mi cliente, pero eso es un segundo paso".

Si se comprueba que es hija de Carlos, Paloma sería tan dueña de la empresa como lo son hoy Marta Campa (mamá de Ricardo), Eduardo, Jorge y los mellizos Martita y Felipe.

Actualmente Marta tiene la mitad de la fábrica mientras que el 50 por ciento restante está dividido en tres partes iguales, una de Eduardo, otra de Jorge y la otra la comparten los hijos de Ricardo. Si la hija de Aschira fuera heredera, ese 50 por ciento debería dividirse en cuatro y no en tres.

Un reclamo de años ante la Justicia y la posibilidad de exhumar el cuerpo de Ricardo

El caso por filiación está desde hace ocho años en el juzgado número 75, a pesar de la extensa peregrinación por Tribunales, Paloma está segura de que su historia llegará a buen puerto: "Llevo la verdad, cuando hay una verdad adelante, eso siempre sale a la luz", dijo en Involucrados.

En diálogo con Teleshow, Javier Moral uno de los abogados de Paloma, explicó por qué el reclamo lleva tanto tiempo: "Ella inicio el proceso de impugnación de filiación de Felipe para ser reconocida por Carlos, en este caso por sus herederos que en su momento eran Jorge, Ricardo, Eduardo y Marta. En el trayecto se tuvo que ir a litigar a la sucesión de Carlos, luego muere Ricardo y se tuvo que  hacer la sucesión de él y la tutela nativa de sus dos hijos, que quedaron declarados herederos y una vez que quedaron intervino un defensor de menores y ahí quedaron notificados para que continúe el juicio porque de alguna manera también los menores y sus derechos económicos se podrían ver beneficiados o perjudicados".

Paralelamente los letrados pidieron una medida cautelar para que el cuerpo de Ricardo "no se pudiera tocar ni cremar" durante el tiempo que dure el juicio: "Así, si eventualmente (Jorge y Eduardo) no permiten acceder a prestar una muestra para tomar un ADN, bien se podría utilizar una partecita del cadáver de Ricardo".

Un triángulo amoroso que incluye a un padre y a un hijo, una mujer que busca su identidad, décadas de mentiras y una herencia millonaria. Todos condimentos dignos de un culebrón, cuyo último capítulo Paloma espera poder escribir pronto.

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