¡Agotado! Así anunció la producción del Lollapalooza Argentina 2019 que ya no se podía vender un ticket más para entrar al festival al que todos querían ir. 100 mil personas por día dijeron presente en el Hipódromo de San Isidro, nutriendo las tres jornadas de chicas y varones de diferentes tribus y edades que coparon un espacio que ya es suyo desde hace seis ediciones. Una marca registrada mundial que los argentinos hicieron propia.
Espacio prudencial entre escenarios, stands súper producidos con invitaciones a indagar en las fantasías más locas y agua en todas partes, fueron algunos de los diferenciales que hicieron de este encuentro un momento único. Además de propuestas para los más chicos como el Kidzapalooza, que se actualizan edición tras edición y se convierten en una sana costumbre. Este año, la novedad fueron la casitas con dj´s que pasaban música todo el tiempo, un nuevo lugar de encuentro para bailar y disfrutar con amigos.
Cada día tuvo momentos épicos que vivenciaron los presentes y recorrieron las redes sociales a la velocidad de la luz. El viernes terminó con la disco al cielo abierto de Steve Aoki, el dj puro carisma que volvió el domingo a la noche a visitar al cordobés Paulo Londra. También sorprendió con un reflexivo Post Malone y dejó más que conformes a los fanáticos de Interpol.
El detalle fue el color amarillo, presente por todos lados e invitado a participar por parte de los fanáticos de Twenty One Pilots. El dúo dejó a medio predio boquiabierto con su potencia y una performance espectacular que incluyó un auto en llamas en su escenografía.
La página se dio vuelta y el sábado llegó con la frescura de Lelé, el alter ego musical de Calendaria Tinelli, que debutó en el escenario principal; la catarata de clásicos de Fito Páez, que hizo cantar a todo el mundo con un show para el recuerdo; y unos Artic Monkeys afiladísimos. Alex Turner llegó muy compenetrado en su papel de héroe del rock y terminó su setlist con el clásico "R U Mine?", como no podía ser de otra manera. El broche de oro estuvo a cargo de Tiësto, el dj neerlandés que siempre está de moda.
La grilla del domingo no tuvo desperdicio por lo popular, atractiva y sorprendente. Temprano, una Lali Espósito endemoniada prendió fuego con su pop sexi y atrevido el escenario 2; La Mona Jiménez estrenó su cuarteto cordobés en el Lolla haciendo bailar al mismísimo Perry Farrell y Paulo Londra demostró por qué fue el argentino más escuchado en plataformas digitales de 2018. La antesala del cierre con Lenny Kravitz que llegó plagado de clásicos, Vicentico en simultáneo con el rapero Kendrick Lamar que enloqueció a una multitud en el escenario 1 y la despedida con Odesza, hicieron de la última jornada un fin de fiesta a la altura de lo esperado.
La música siempre es plato principal y el Lollapalooza tiene la particularidad de saber reunir entre sus filas a lo más nuevo de la escena, a los clásicos y a los que ni te imaginás. Con la curaduría del legendario creador del Lolla, Perry Farrell, más el aporte de su socio nacional DF Entertainment (la empresa fundada por Diego Finkelstein a la que recientemente se sumó la prestigiosa compañía Live Nation) el festival logró romper con la tradición argentina de "ir por una banda". Con miras a la séptima edición argentina en 2020, el Lollapalooza se ha convertido en una experiencia en sí, un festival itinerante que nació hace dos décadas y que hoy es garantía de pasarla bien.
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