La palabra mágica fue ¡eskere! Y al rato: "Nos queda una sorpresa, tenemos al señor Steve Aoki". El DJ estadounidense entró corriendo a bailar con la camiseta de la selección argentina puesta (la "10" de Lionel Messi) y bajo una lluvia de papelitos.
Quien lo recibió fue Paulo Londra, el primer trapero argentino en horario central de esta edición Lollapalooza 2019 que llevó adelante un show en
el que con muy poco logró hacer mucho.
Poco, por lo austero. En el escenario 1 solo se lo vio a él, su DJ Alan y la pantalla de fondo reproduciendo visuales que hacía ver todo como un gran
videoclip. Mucho, porque el público que ya lo amaba, lo adoró, al punto de hacer llorar a chicas histéricas de pasión y arrastrar al baile a otros tantos.
"Es el más groso del mundo", dijo Aoki, en inglés. "Vos sos un maestro", le respondió Paulo también en inglés, y salió selfie, como tiene que ser en estos casos.
"Yo empecé rapeando con los pibes y ahora estoy saliendo con Steve Aoki…", reflexionó el cordobés casi sin poder creer lo que pasaba. Londra cuenta historias sencillas, las de cualquier pibe como él: "Me tiene mal
ese ron y ese fernet de litro/ y la play 4 y el sushi, los party, las mamis que vienen al show".
Aunque no cualquier pibe tiene 10.579.788 suscriptores en su canal de YouTube como él (al cierre de esta edición). En plataformas digitales fue el artista argentino más escuchado de 2018 y en esta noche del Hipódromo de San Isidro, no se quedó atrás.
Cordobés como La Mona, el huracán que había pasado unas horas antes por el mismo lugar, Paulo arrancó bien arriba, no solamente cantando, sino también invitando al juego. "Mirá lo que tengo acá, ¿alguien de mi país va a tirar unos tiros conmigo?", dijo Londra y señaló un aro de básquet.
Ahí nomás llegaron la pelota naranja y Juan, el voluntario. "¿Algo que le quieras decir a toda la prole?", preguntó el cantante a lo que el fan, tímido, respondió: "¡Aguante Paulo Londra!". La mala puntería de Juan no opacó el momento y Paulo le regaló su gorrita, tal como le había prometido al comienzo.
No hubo quien no lo acompañara cantando "Noche complicada", para después seguir en charla interna (pero abierta al público) con Alan, la chicana al público, las risas y otros artilugios de entretenedor que tan bien le salen. Paulo no para, recorre el escenario palmo a palmo con la soltura de un experto.
Alan se queja de que hay "muy poco flash" aunque se note un promedio de 1, 5 teléfonos móviles por persona, entonces pide que los celulares se
enciendan. Todos hacen caso, los mayores para pertenecer, los menores (algunos recién salidos del kidzapalooza) porque ya son parte.
"No hay nada más lindo que tocar en casa y ustedes son mi casa", dice Paulo sobre el final, emocionado de verdad y contento por el triunfo. Su primer Lollapalooza fue todo un éxito.
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