Empezó cantando tangos pero el destino lo llevó hacia otro género musical, y no se equivocó. Hoy es uno de los referentes del rock nacional mas vigentes que tenemos. El es Adrián Barilari, desde hace décadas la voz de Rata Blanca.
Nunca se imaginó que algún día llegaría a ser famoso, él mismo cuenta que fueron muchas las veces que le dijeron que no tenia talento. Pero no se dio por vencido y atravesó todas las adversidades hasta ser la figura que es hoy. Sin embargo admite que "por suerte" la fama le llegó de grande, "sino hubiera sido un descontrol", dice. Con ustedes Adrián Barilari..
—Arrancaste este 2019 con disco nuevo…
—Sí, a full. Siempre digo que el verano me agarró trabajando, podría haber estado así en la playa, ponele, pero elegí darle bolilla a este emprendimiento, que fue éste disco que salió hace muy poquito, Infierock. Estoy dedicado a full estos tres meses a la salida del CD, vinilo, presentación, firma de autógrafos, video, todo en un paquete así desparramado en estos meses.
—¿Te dijeron muchas veces "no" en tu vida?
—Uf, todavía creo que hay mucha gente que dice: "No te va a salir". Pero siempre pasa. Está el que "derrota" ¿no? O el que se siente derrotado y piensa que a vos también te va a pasar. Yo, la verdad, es que toda mi vida fue empujar, empujar, empujar, desde muy chico. Y bueno, los resultados los tengo. O sea, una carrera solista de ya 20 años casi, quinto disco, dos DVD y un vinilo.
— Te siguen pidiendo fotos, autógrafos, recién acá (en la redacción) sucedió eso…
—Feliz porque esto es de todos los días. Uno no puede decir "bueno, ya está, ya terminé". No, no se termina. Uno tiene que estar en carrera con las redes hoy como está todo, todo avanza, en internet, en Instagram, en Twitter. Todos están ahí y si vos te quedás perdés un poco el hilo de la cuestión y te quedás.
—¿Soñabas con algo en particular?
—Siempre, desde muy chico, mi idea era grabar un disco. En esa época, en los 80, era muy difícil, las compañías discográficas no escuchaban rock, rock pesado, entonces era muy difícil, había que cantar un montón de otras cosas. Yo canté folclore, canté folk-rock, canté tango, bueno, hice de todo. Y todo fue un aprendizaje, toda mi vida musical tanto como hobby o como profesional fue un aprendizaje. Son muchos años de subirse a escenarios, de viajar, de intentar, de golpear puertas, de que no se te abran.
—¿Y cumpliste todos tus sueños?
—Yo creo que no, tengo sueños. Si hubiese cumplido todos mis sueños no sé, no tendría mucha razón para sonreír, tengo sueños.
— Por ejemplo, ¿alguno que te quede?
— Voy a ver si este año puedo ir a darle la mano a Paul McCartney.
– ¿Con el tiempo la vara en tu carrera se puso más alta?
—Uno se exige, trato de exigirme un poco más. Como te decía, ahora sacamos un CD pero también sacamos un vinilo, porque es como volvemos a esto ¿no? El vinilo es algo que se dejó de fabricar pero ahora hay mucha gente que quiere tener el disco, el vinilo, el arte grande, la foto grande, la información. Y está volviendo. Y bueno, es un esfuerzo más también. Fabricar vinilo es caro, entonces hicimos una tirada de vinilos como para el fan-fan, el que hace la cola. El que lo compra y no lo abre, lo guarda, lo pone así en un cuadrito. Y está buenísimo. Entonces esas varas te las vas proponiendo y son desafíos que vos tenés que lograr. De poder hacer un show mejor. De poder llegar a todos lados. Hoy se llega a todo el mundo a través de las redes. Tenés que ambientarte y ponerte a tiro con eso.
– ¿Hoy qué te sigue motivando?
— La música. los fans. Yo digo que este disco, Infierock, es un homenaje a los fans porque habla de un lugar, por eso se llama así. Infierock es el lugar, es el antro donde los fans van a vivir un momento de lujuria con su artista, donde se produce esa comunión entre el artista y el fan. Porque el artista también ve un show, yo me subo a un escenario y veo un show de parte de la gente, vos ves a la gente cantar, saltar, gritar, poguear.
— ¿Observás todo?
— Sí, sí, yo me tomo ese espacio para ver. Lo aprendí, con el tiempo aprendí a pausarme, a mirar, a ver las caras, a ver si hay disconformidad, si hay aceptación. Y lo que se vive en un Infierock, como yo lo llamo, en ese antro esas dos horas son espectaculares, tanto para ellos que vienen a ver a su artista, que pagan para ver a su artista, y para mí que están coreando las canciones.
—¿Te considerás una persona exitosa?
—No. No, yo soy exitoso no por la música, no por eso, me siento exitoso porque tengo la posibilidad de hacer lo que me gusta, de tener una familia que me acompaña, de tener dos hijos, un perro, una mujer. Soy exitoso porque la vida me permite hacer esto. Pero el éxito de la fama, la que vos preguntás, es como el vapor de agua de la pava ¿viste? Que la prendés y cuando hace mucho vapor es porque hay fuego, es porque hay agua, el día que no haya vapor es que algo se acabó. Entonces no, exitoso es lo que yo digo, ser una persona de bien y vivir lo mejor que pueda y dar todo de sí. Después todo lo demás lo hace la vida. No voy al éxito de la televisión o al éxito de ganar.
— ¿El éxito y la fama te llegaron de grande?
— Yo tuve la suerte de llegar a tener fama grande, casi a los 30. Porque si me hubiese tocado a los 18 hubiera sido quizás una locura ¿no? Porque el rock tiene todo, sexo, droga, rock n roll están. Siempre digo que cuando sos muy joven te comés el mundo, te llevás todo por delante. Yo cuando tuve la oportunidad de entrar a Rata Blanca en el 90 casi ya estaba grande. Grande en el sentido que ya tenía una familia. No estaba desesperado por ser famoso y con lo que vos decías, con ser exitoso. Yo quería cantar, lo que me interesaba era cantar, componer, hacer canciones. Entonces tenía una responsabilidad muy grande que era una familia atrás. Mis viejos, mis hijos. Entonces no estaba pensando: "ah, ahora me voy a drogar, y ahora voy a volar". No sé, las cosas que por ahí la gente cree que pasan siempre y no es así. Pero sí digo que, si me hubiese tocado de muy joven y no hubiese tenido el respaldo familiar, quizás habría sido distinto. Quizás habría sido mucho más volada mi vida o más volátil. Porque bueno, eso te lleva también.
—¿Existen muchas mas tentaciones para el músico?
—Sí, no es una fantasía, es una realidad. Cuando vos tenés una oportunidad de aparecer en los medios, en la televisión, la gente te empieza a seguir… siempre se acercan los amigos del campeón ¿no?, esos que quieren estar al lado tuyo solo por estar, para tener un poco de lo que vos tenés.
—¿Tuviste muchos?
—Sí, aparecen. Aparecieron muchos. Por suerte la vida los va filtrando y te va dando amigos reales. Mis amigos reales están, te diría, fuera de la música, son amigos de la vida. La música también es un negocio y el negocio trae otras cosas. Entonces yo no mezclo el arte con el negocio, me parece que van por distintos caminos. A veces obviamente hay que cruzarlos, pero trato de mantenerlos separaditos para no confundir.
—Es difícil vivir de la música, ¿cómo hacés?
—Sí, es difícil. Hoy es muy difícil también. ¿Cómo se hace?, haciendo lo que me preguntaste antes, insistiendo, estando, no desapareciendo, haciendo discos, lo que uno sabe hacer, haciendo buenas canciones. Acercándose al público, tocando. Yo tengo Rata Blanca, mi carrera solista y (el disco) Canciones Doradas, o sea que tengo tres frentes abiertos. Pero porque trabajo, porque me gusta trabajar. Porque no me puedo quedar en mi casa más de un fin de semana. Estos meses de enero, febrero y marzo los dediqué a fabricar un disco, no me tomé vacaciones. Así que me tomaré vacaciones en algún otro momento. Pero sí necesitaba sacar este material, que hacía mucho que lo tenía, y me parece un disco excelente, me encanta. Siempre digo que los discos son todos diferentes pero el último es el mejor.
— Tiene una historia interesante el tema "Mujer amante"
— Tiene una historia rara. Como pasa siempre, son los hits que uno no piensa. Una canción que no iba a ir al disco, porque en aquel disco, Magos, espadas y rosas, ese tema no era de la partida. No iba a estar porque es una balada y ya en el disco había otra balada. Yo había pedido componer una canción y me dieron esa, que la parte musical ya estaba armada. Yo quería hacer alguna letra y me dijeron "bueno, fijate, ponele letra a esto". Hice una letra y le puse como nombre "Estrella fugaz", que la letra lo dice.
— Sí, lo dice
— Y la entregué. Walter (Giardino) la revisó, hizo algunos arreglos, y bueno, quedó ahí. Cuando el disco va a la compañía discográfica resulta que era corto en tiempo, tenía que durar ponele 45 minutos y duraba 40. Y en esas épocas el disco tenía que tener un tiempo determinado, porque se fabricaban vinilos. Dijeron: "Chicos, es corto el disco". "Uh, ¿y ahora qué hacemos?". "Bueno, y pongamos la balada esa que quedó ahí". "Bueno, ponela pero como relleno. Corte de difusión no". Era relleno como para rellenar lo que faltaba. Pero la compañía quiso que fuera corte de difusión, porque le había gustado, y dijimos "no", porque queremos salir con "La leyenda del hada y el mago" y "Días duros"en el lado A y en el lado B. Y así fue. Y después pasó lo que pasó.
— Nunca la íbamos a conocer
— La gente eligió en vivo esa canción y recuerdo que teníamos que tocar "Mujer amante" al final del show porque si la tocábamos muy arriba, digamos quinta o sexta, la gente terminaba de escucharla y se empezaba a ir… iban a escuchar esa canción. Entonces decíamos "no, pará, vamos a mandarla al fondo de la lista, toquemos 15 temas y dejémosla para el final". Y bueno, así empezamos a lograr que escucharan todo el disco.Porque era el medio tiempo que la gente había adoptado ¿no? No sé realmente, hasta el día me pregunto qué pasó. Me siguen diciendo de esa canción, para mí es una canción que fue un homenaje, hablando del Día de la Mujer, lo hicimos, fue un homenaje para la mujer, no era para alguien especial. Digamos, la mujer amante es la mujer.
—¿Tú mujer no te dijo "me la hubieses dedicado"?
—No, porque encima fue raro. Yo vivía en un departamento muy chiquito y no tenía lugar para estar concentrado, tenía un perro que ladraba todo el día, entonces me encerraba en el baño, bajaba la tapa del inodoro y me sentaba a escribir. Y ahí salió, digamos. Increíble, van a decir "no, este está loco", pero así salió. Y obviamente yo no tenía ni idea de lo que iba a pasar con eso, era una canción que yo empecé a escribir y salió para ese lado, hablando de la mujer. Yo siempre fui un poco enamorado de esas cosas.
—¿Muy romántico?
—Sí, sí. Siempre escribí baladas, de muy chico. Cuando era muy joven escribía baladas para levantarme a alguna chica, era así. Y daba resultados.
—¿Sí? Ganaste mucho entonces.
—(Risas) Sí. Pero nada, fue la primera canción que yo escribí en Rata Blanca, imaginate que para mí era ya un honor poder escribir una canción que iba a estar en un disco oficial. Pero nadie imaginó, yo creo que ninguno de nosotros imaginó que iba a cruzar el charco, que se iba a ir a Latinoamérica, que se iba a ir a Europa, que iban a hacer 500 versiones distintas.
SEGUÍ LEYENDO