Por Susana Ceballos
Es medianoche y en el hotel Sands de Las Vegas las localidades están agotadas. El público espera impaciente. Cuando se apagan las luces, en el escenario irrumpe un grupo de hombres elegantes y magnéticos; visten de smoking y llevan una copa en una mano y un cigarrillo en la otra. El show que ofrecen deja a todos sin aliento. Cantan, cuentan chistes, interactúan con el público pero, sobre todo, juegan entre ellos y se divierten a lo grande. "Somos un grupo de tipos normales que se reúnen de tanto en tanto para apoderarse del mundo", explica con histrionismo el único artista negro del grupo. Esos "tipos normales" se sienten los dueños del mundo. ¿Soberbios? No. Simplemente son Frank Sinatra, Dean Martin, Peter Lawford, Joey Bishop y Sammy Davis Jr y juntos forman los Rat pack.
Pero vayamos al inicio de los Rat pack. El nombre no se le ocurrió a un ignoto gerente de marketing sino a la bellísima Lauren Bacall, esposa de Humphrey Bogart. Cuando la dama regresó una noche a la suite de su hotel, en el suelo no encontró una alfombra inmaculada sino a su recio esposo junto a otros buenos muchachos "durmiendo la mona". Rodeados de botellas de alcohol vacías, cigarros y alguna otra sustancia estaban Tony Curtis, Debbie Reynolds, Errol Flynn, y un joven Frank Sinatra. Estrella rutilante pero humana al fin, Lauren Bacall al verlos les largó un "You look like a goddamn rat-pack" (parecen una maldita pandilla de ratas). Los bebedores lejos de mostrarse arrepentidos festejaron semejante descripción y ¡adoptaron el nombre! Así nacieron los Rat pack, una especie de sociedad secreta que se regía por cuatro principios básicos: "Hollywood apesta. No te fíes nunca del jefe. Bebe todo lo que puedas y ama la música como a ti mismo". El grupo solía reunirse para beber y divertirse como para encabezar el rating de "las mejores fiestas de la historia". Cuando Bogart murió, Frank decidió seguir la juerga…
(Video: Youtube)
Los nuevos Rat pack
Sus nuevos integrantes eran Frank Sinatra, Dean Martin, Peter Lawford, Joey Bishop y Sammy Davis Jr. La flamante formación se originó en 1960 cuando, convocados por Frank Sinatra se juntaron para rodar la película Ocean's eleven. El líder indiscutido era Frank, pero cada uno era brillante en lo suyo. Dean Martín cantaba, podía ser muy gracioso y tenía una pinta que rajaba la tierra. Sammy Davis también cantaba, pero además tocaba el piano y la trompeta y bailaba como suele puede hacerlo alguien que en vez de pies tiene alas. Bishop era experto en el arte de contar chistes, solo con su rostro impasible ya lograba arrancar carcajadas. Y por último, Peter Lawford un actor británico cuyo principal mérito entre tanto talento era estar casado con la hermana de John Kennedy y por eso para todos era "el cuñadísimo".
Mucho antes de que la palabra cool se impusiera ellos ya lo eran, hombres elegantes, divertidos, seductores y con toneladas de talento que hacían lo que querían y ganaban fortunas sin renunciar a su esencia. Amaban con intensidad el lujo, el dinero, el alcohol y las bellas mujeres. De día filmaban pero a la noche se presentaban en el Sands. Parecía que no dormían jamás. Los carteles con sus presentaciones anunciaban "Dean Martin – Maybe Frank – Maybe Sammy" (Dean Martin – Tal vez Frank – Tal vez Sammy) es que cuando uno de ellos actuaba siempre aparecían los otros para apoyar. El público enloquecía porque pagaba por uno pero sabía que tarde o temprano acabaría viendo a los demás. Su éxito era descomunal y las ganancias millonarias.
La fórmula del espectáculo era sencilla. Ni guión ni preproducción, solo cinco hombres que derrochaban talento y una única consigna: divertirse y pasarla genial como la pasaban en el living de sus casas. No actuaban de amigos, eran amigos.
El consumo de alcohol del grupo se hizo leyenda. Solían reírse al recordar la vez que Sinatra fue al médico por un chequeo de rutina, y este le preguntó por su consumo de alcohol. "Tomo una botella de Jack Daniels por día", fue su respuesta. Asombrado, el doctor le preguntó cómo se sentía por las mañanas y Sinatra le espetó: "Jamás me levanto por las mañanas, y no creo que usted sea el doctor que necesito".
El grupo era masculino pero a veces se sumaban algunas chicas. Angie Dickinson, Juliet Prowse y Shirley MacLaine fueron bautizadas por los periodistas las "Rat pack mascots". Con ellas, los muchachos eran caballeros y seductores pero también podían mostrarse irrespetuosos y machistas. Algo que en aquellos tiempos muchas veces causaba incomodidad pero pocas veces protestas.
Pero los Rat Pack no solo eran compinches. El grupo se negaba a trabajar en los hoteles que no permitían que Sammy entrara con ellos por la puerta principal sino por la lateral destinada a los negros. Cuando en un accidente de auto Davis perdió un ojo, la banda entera lo esperó en la puerta del hospital luciendo un parche. Sinatra se encargó de su recuperación, sin dudar ni cuestionarse lo llevó a su casa. Sus vecinos, blancos y ricos, se mostraban indignados por semejante invitado y se preguntaban por qué Frank no cambiaba el agua de su imponente piscina con forma de piano, cada vez que ese "nigger" se daba un chapuzón.
La banda tenía claro que Frank era el jefe. Cuando le pidió a Peter Lawford, el cuñadísimo, contactarlo con John Kennedy para ayudar al entonces senador a llegar a la Casa Blanca con una serie de conciertos a beneficio, el británico aceptó. Martín no estuvo de acuerdo pero Sammy y Bishop siguieron al jefe. Como lo recaudado no alcanzó, Frank recurrió su amigo Sam Giancana, un hombre que fumaba puros, andaba en limusinas y encargaba asesinatos con la misma facilidad con la que pedía pizza y que, como jefe de la mafia de Chicago, logró que los sindicatos le dieran su apoyo a Kennedy y las salas de juegos ilegales le aportaran miles de dólares a su campaña. "Frank consiguió la victoria de Kennedy, todos lo sabemos", se escuchaba en la Casa Blanca, por eso nadie se opuso a que organizara el concierto de asunción.
Pero la llegada de Kennedy al poder fue letal para los Rat pack. Apenas asumió, su hermano Bob encabezó una campaña contra la mafia y sus líderes, esos mismos hombres que con sus salas de juegos ilegales habían aportado miles de dólares para llegar a la Casa Blanca. Ante los nuevos tiempos, los hoteles de Las Vegas comenzaron a cambiar de dueños y Sinatra ya no quiso actuar más en ellos. Con el jefe en retirada, el grupo se disolvió. Jamás hicieron un show de despedida y cada uno siguió su propio camino. Sinatra nunca más se comunicó con Lawford. Lógico era más fácil sentirse traicionado por un británico que por un Kennedy.
Desde entonces los hoteles de Las Vegas siguen brindando los mejores shows del mundo. Sin embargo, pese a los nombres y los renombres, los escenarios majestuosos y el despliegue de luces, todos los que alguna vez vieron actuar a los Rat pack murmuran "estos son buenos, aquellos fueron incomparables".
SEGUÍ LEYENDO