Néstor en Bloque y sus ataques de pánico: "Llegó un día en que no quería cantar mas"

Después de dos años de estar alejado de la música por sufrir ataques de pánico y depresión, hoy el artista vuelve al ruedo y se enfrenta a una charla profunda con Teleshow

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Néstor Bordiola, más conocido como Néstor en Bloque,  se dedica a la música desde chico. A los 17 años comenzó tocando el teclado en Grupo Red y en 2002 se lanzó como cantante en la banda de cumbia villera denominada La Base, donde cosechó miles de fanáticos. Después de tres años llenando boliches y haciendo giras, el intérprete decidió encarar su carrera solista, con su nuevo apodo y su primer gran hit, .  y el éxito "Una calle me separa".

Pero no todo lo que brilla es oro, junto al éxito también llegaron los ataques de pánico. El artista no podía salir de la casa, dejó de trabajar  y bajó 10 kilos. Estuvo dos años desaparecido del medio y recién ahora se anima a hablar con el periodismo.

—¿No te gustan las notas?

—Sí, nunca se me dio, así que bueno, éste año la meta mía es esa, empezar a ir a los canales y también hacer videoclips, cosa que no estaba haciendo.

—¿Por qué, antes qué pasaba?

—Y… mucho trabajo, y como que no me gustaban mucho las cámaras. Pero bueno, es un desafío.

—¿Cuándo empezaste a vivir de la música?

—En el 2005 cuando empecé con Néstor en Bloque. No, en el 2002 con La Base, ahí empecé a vivir de la música. Pero no era dueño de la banda, era como un empleado.

—¿No te gustaba?

—Sí, sí porque era un trabajo. Pero bueno, después se dio que me fui, me hice solista y ahí ya pasé a ser dueño digamos.

—¿Y es fácil? ¿ Cuántos shows hay que hacer para que te vaya bien?

—Nosotros hacemos alrededor de 10, 15 shows por mes. A veces más, a veces menos. Pero hemos llegado a hacer 44 en una semana, en los comienzos. Pero hoy en día está heavy. Aparte tuve problemas de ataques de pánico ya hace un par de años atrás entonces mi meta hoy en día es hacer cuatro shows por noche y más de eso no. Puedo llegar a hacer más pero no quiero.

—¿Qué te generaron los ataques de pánico?

—El ataque de pánico que me vino fue porque me pasé de estrés, de laburo, de problemas ¿no? Problemas de uno mismo, familiares. Bueno, de todo un poco. Se rebasó el vaso.

—Hacías diez shows por noche y al día siguiente era levantarte y hacer lo mismo ¿no?

—De vuelta lo mismo, sí.

—¿Y cómo hacías?

—No paraba. Por ahí parábamos una semana, dos, y seguíamos de vuelta. Y la psicóloga que me atendió me dijo: "Vos tenías que haber parado por lo menos un mes en el año, o dos meses". No, yo paraba una semana o dos. No me servía. No me ayudaba.

—¿Qué te hacía volver?

—En ese momento nada, estaba bien. Pero como te digo, en un momento llega, son como sensaciones, y pensamientos. Bueno, el que pasó por esto me va a entender. El que no lo pasó no lo entiende. Pero es como que te desbordás y no querés salir de tu casa, no querés hacer nada y te encerrás, no querés comer.

—¿Qué pensabas?

—Y, yo en ese momento me metía en internet y buscaba, porque encima te da síntomas, yo qué sé, te agarran dolores acá, acá atrás, te duele el brazo, y buscas dolor acá… buscás en internet y te dice infarto ¿viste? Y eso te hace como maquinar. O te duele acá y buscás cáncer de no sé qué. La psicóloga me hizo entender, me dijo: "No mires más", agarré y dije "no miro más". Y ahí es como que me empecé a sacar eso.

— ¿Y dijiste "voy a frenar un poco con la música hasta que me recupere"?

— Sí. Sí porque llegó un momento que, yo había vuelto de la costa, me había agarrado cuando yo paré en las vacaciones, estaba en la costa en plena tranquilidad, me agarró ahí, no es que me agarró tocando y eso, me agarró cuando estaba tranquilo. Y cuando volví, tenía que tocar, e hicimos dos shows y al tercer show armaron el escenario en Palermo, con todo, con los músicos… y cuando yo tenía que entrar, era como que había una pared, acá, adelante y no…

—¿No podías?

—No podía pasar, era como un miedo irracional ¿viste? No sé cómo explicarte, algo…

—¿Estaba la gente ahí esperando?

—La gente esperando. Yo me tiraba agua en la cabeza, tomaba agua, el corazón pa, pa, pa, me faltaba el aire ¿viste? "Qué me pasa, que me muero". Pero es como que el cuerpo se activa una alarma que es para proteger en realidad ¿entendés? Es como que, no sé, viene un león y vos ¿qué sentís en ese momento?.

—¿Qué hiciste ese día?

—Me fui, me bajé. Me bajé, le dije "no, me voy, me voy, no puedo tocar, me voy, me voy". "Vení, vamos a la oficina, relajate", "No, me voy, me voy a mi casa". Y cuando llegaba a mi casa estaba bien, se me iba. O sea cuando estás en el lugar de confort se te va ¿viste? Se te pasa.

—¿Al día siguiente decías "le voy a dar otra oportunidad, vuelvo a intentar" o no?

—Al otro día yo quise salir de mi casa y me daban los mismos síntomas. Yo vivo en un lugar cerrado. Y salía así a la vereda, a la puerta de mi casa, y entraba de vuelta, no quería salir. Y así estuve casi dos años.

—¿Dos años?

—Sí.

—¿Te agarró angustia?

—No sé si angustia, impotencia tenía ¿viste? Como una bronca tenía. No me agarró depresión tampoco. Era más estresante lo mío… Estrés.

—¿Te pasaba que veías a otros músicos que tocaban…?

—No, ni miraba. No miraba nada de eso.

—¿Cómo era un día tuyo en esos dos años, en ese estado?

—Yo me despertaba, me levantaba y me sentaba en el sillón a mirar la tele. Trataba de no mirar cosas agresivas ¿viste? Por ejemplo ponía Discovery Channel ponele, cosas de animales. O pesca. Ponía cosas así como para relajarme. Ponía música relajante.Tomaba té de tilo, hasta flores de Bach. Pero no, no me ayudó nada eso. Me calmaba un poco pero necesitaba el psicofármaco, que le dicen. Me recetaron eso y con eso empecé de vuelta.

—¿Podías dormir a la noche?

—Dormía pero no descansaba. Me acostaba y dormía, pero mi cabeza seguía trabajando. Decía "de vuelta lo mismo, voy a vivir de vuelta lo mismo" y "hoy va a ser el mismo día que ayer"… Y así.

—¿En un momento no dijiste "bueno, dejo la música y me pongo hacer otra cosa"?

—Y… cuando me pasó eso en el boliche dije "no quiero cantar más". Estaba buscando la manera de salir de la música, hacer otra cosa. Pero después dije "no, si lo mío es la música, por qué voy a buscar por otro lado. Voy a vencer esto" ¿me entendés?.

—¿Te pasaba que veías a otros músicos que tocaban…?

—No, ni miraba. No miraba nada de eso.

—¿Cómo era un día tuyo en esos dos años, en ese estado?

—Yo me despertaba, me levantaba y me sentaba en el sillón a mirar la tele. Trataba de no mirar cosas agresivas ¿viste? Por ejemplo ponía Discovery Channel ponele, cosas de animales. O pesca. Ponía cosas así como para relajarme. Ponía música relajante.Tomaba té de tilo, hasta flores de Bach. Pero no, no me ayudó nada eso. Me calmaba un poco pero necesitaba el psicofármaco, que le dicen. Me recetaron eso y con eso empecé de vuelta.

—¿Podías dormir a la noche?

—Dormía pero no descansaba. Me acostaba y dormía, pero mi cabeza seguía trabajando. Decía "de vuelta lo mismo, voy a vivir de vuelta lo mismo" y "hoy va a ser el mismo día que ayer"… Y así.

—¿En un momento no dijiste "bueno, dejo la música y me pongo hacer otra cosa"?

—Y… cuando me pasó eso en el boliche dije "no quiero cantar más". Estaba buscando la manera de salir de la música, hacer otra cosa. Pero después dije "no, si lo mío es la música, por qué voy a buscar por otro lado. Voy a vencer esto" ¿me entendés?.

¿Qué te dio esa confianza?

—Mi familia por ahí, los chicos, yo tengo chicos. Tengo a mi mujer. Y bueno, empecé a pegar fotos en la heladera de cuando yo estaba bien con mis chicos ¿viste? Y eso como que me fue ayudando a fortalecerme un poco. Más allá de que había bajado como diez kilos de peso, llegué a pesar 58 kilos, mira lo que te digo. Pero bueno, después empecé a hacer terapia, me medicaron y ahí como que empecé a salir y empecé ya a tocar de vuelta. Hacíamos un baile por fin de semana, después dos bailes, y bueno, ahora el fin de semana que pasó hicimos, no me acuerdo cuántos bailes hicimos, pero hicimos cantidad.

—Pero no es algo que vos habías soñado de alguna manera…

—Sí, lo primero es lindo, pero calculá que yo tengo 34 años, yo empecé a los 15 años con la música. Me explotó la cabeza. Como todo, la gente que está acá atrás mío están todo el día con la computadora y si no relajan en algún momento les va a pasar lo mismo. A todos les pasa.

—¿Sentís que perdiste tiempo de estar con tus hijos por tanta adrenalina?

—Sí, sí. Mi hija más grande cumplió 15 años el año pasado, en noviembre, y bueno, no puedo creer cómo pasó tan rápido.

—¿Te hubiese gustado volver atrás y modificar algo?

—Y sí, sí.

¿Qué por ejemplo?

—Y estar un poco más con la familia, con mis hijos, con mi esposa. Salir, porque yo no podía salir a ningún lado tampoco. Salía… No es que me molesta que la gente venga a pedirme cosas, pero cuando yo salgo quiero estar tranquilo con mi familia y disfrutar ¿me entendés? Y a veces no se puede.

—¿Tu mujer te bancó, se quedó siempre al lado tuyo?

—Sí, sí, sí. Yo estoy con mi esposa hace 17 años. Y ella se puso todo al hombro. Cuando yo estuve esos casi dos años se puso todo… O sea la que fue al frente fue ella. Porque yo no podía hacer nada. Llevaba al colegio a los chicos, los traía, me hacía la comida, le hacía la comida a los chicos, bueno, todo lo que es…

—¿Tuviste que cambiar el estilo de vida? Porque quizás al no haber ingresos de la música en esos dos años…

— No, no cambié el estilo de vida pero estuve un poco ajustado en esos casi dos años. Pero no, el estilo de vida fue siempre lo mismo.

¿Qué pasó con los amigos?

—Bueno, yo me había separado de mis amigos. Cuando empecé a tocar, es como que estaba distante de mis amigos de la infancia. Tenía conocidos digamos nomás. Y cuando caí en esto del estado de pánico, todo eso, contacté con mis amigos de la infancia, nos juntamos y eso también me ayudó a salir adelante.

—¿Qué aprendiste en todo este tiempo?

—En estos dos años que yo estuve así mal, muchas cosas. De lo material, que la plata no hace a la felicidad. Que la felicidad viene por otro lado, la familia, los hijos, los hermanos, un compartir con los amigos. Muchas cosas.

—¿Antes creías que el dinero compraba todo?

—Claro. Me compro este coche, me compro esta camioneta, o me compro este reloj ¿viste? Y sos feliz es por un segundo pero después… La felicidad viene por otro lado, para mí ¿no? Hoy en día yo me doy cuenta de eso.

—¿De chico tenías esa fantasía de tener el súper auto, la cadena?, era como toda una imagen…

—No, no. De chico yo quería ser veterinario, nada que ver. Y después bueno, me empezó a gustar la música y comencé a tocar. Y cuando empecé a tocar empecé a ganar plata y bueno, quería tener mis zapatillas, mi buena ropa ¿no? Como todos. Y después, cuando ya fui dueño de la banda, ahí sí ya quise tener mi auto, mi casa. Pero me di cuenta en estos años que pasaron, que la plata ayuda, obviamente, pero no hace a la felicidad.

— ¿Y no te daba miedo la pregunta de las fans: "qué pasó estos años"?

—No porque ya sabían y se rumoreaba que yo estaba con la droga y nada que ver.

—¿Eso te dolió? Porque se dijo

— Sí, pero no, no me dolió, yo salí a desmentir eso, pero bueno, si vos querés creerlo, creelo. Yo sé lo que yo hago y el de arriba sabe lo que yo hago. Mi familia sabe cómo soy yo, asi que listo, el que quiera pensar otra cosa que piense. No me interesa la opinión de los otros.

—¿Pero no te lastimaba?

—No. No porque la gente es así, está el que habla bien de vos y el que habla mal.

—¿La mirada ajena también la tomás de la misma forma?

—Y a veces te da bronca, pero aprendí que no tengo que darle bolilla.

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