Migue Granados hizo un divertido relato en sus redes sociales y con el humor que lo caracteriza, contó cómo fueron los días en los que se creía que era Pablo Layus y se encontró con otro hombre que se creía Daniel Ambrosino.
"Esto nunca lo conté. La verdad, no quise llamar la atención con cosas personales para evitar malentendidos. Pero ahora que ya estoy bien, me alegro estar entero para compartirlo", comenzó el humorista y siguió: "El año pasado venía muy bien, con bastante trabajo, mi hija hermosa y mi casa estaba más cálida que nunca. Resulta que un día me empiezo a sentir raro, hablaba con una 'tonada' distinta".
¿A qué se refería? "Bueno, llego a casa raro. Me lavo la cara con agua fría un rato largo. De hecho creo que nunca había estado tanto tiempo en la bacha lavandome la cara. Y cuando me incorporo al espejo, veo que yo era Pablo Layus. Me asusté muchísimo".
Las cosas en el día a día del actor se pusieron cada vez peor: "Bueno la obsesión se agudizó y me trajo mil problemas laborales y familiares. Mi pareja quería dormir y yo le decía que tenía que hacer un móvil desde la casa de Claudia Ciardone en Carlos Paz. Dormía con la cuca puesta esperando que me avisen del control que estaba al aire. Fueron meses de tener el auto lleno de cubos de Intrusos, de hablar con tonada Cordobesa y no solo eso, gasté más de 100.000 pesos en merchandising de Belgrano de Córdoba. Fue un infierno, ese día mi pareja me pone un ultimátum. Me acuerdo que me fui a dormir solo a un hotel".
Y cuando las cosas no podían ponerse peor… "Fui de urgencia a ver al gran José Abadi, psiquiatra. Me habló de Eric Monti, el hombre que hace 12 años se crée Ambrosino. Lo llamé y nos juntamos. Fue una pésima decisión, yo pensé que me iba a servir de algo pero fue totalmente contraproducente. Me hice amigo. Mi mambo con Pablo Layus aumentó mal, y con Eric Monti jugabamos a los móviles desde Carlos Paz y él desde Mar del Plata. Estuve casi 3 meses sin ver a mi familia. Ahi toqué fondo y me interné en una granja de recuperación".
"Conocí a Benicio el hombre que se creía Mauro Viale, imaginate esa tortura. Y pegué muy buena onda con Sandrita, una chica divina que está internada hace bastante porque flasheó Laura Oliva. Son cosas que la sociedad le da la espalda, digamos las cosas como son. En fín. Me curé. Mis días de Pablo Layus pasaron y estoy mucho más tranquilo. Mi familia me dio otra oportunidad. Esto es como la cocaína, que se sigue siendo adicto pero sin tomar. Bueno yo sigo siendo Pablo Layus, pero no estoy haciendo ningún móvil", cerró Granados.
Sus divertidos tuits consiguieron miles de "Me gusta" y decenas de comentarios que lo felicitaban por su humor, entre ellos, el del mismo Pablo Layus: "Ojalá algún día yo fuera Migue Granados", respondió también con humor el periodista cordobés.
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