La China Suárez regresa a la ficción con "Argentina, Tierra de Amor y Venganza" (Video: Teleshow)
A mediados del siglo XIX la Argentina adoptó una política de inmigración abierta porque, entre otros motivos, necesitaba mano de obra para abastecer la expansión del modelo agroexportador, por las políticas económicas librecambistas adoptadas por la generación del '80 y porque el país era visto como la tierra ideal para quienes se escapaban de las guerras y persecuciones en Europa.
Todos estos factores influyeron para que Raquel Zimmerman, el personaje que interpreta Eugenia La China Suárez en Argentina, Tierra de Amor y Venganza (ATAV), la nueva ficción de época de Pol-ka que se estrenará el lunes a las 22 por El Trece, se suba a un barco sin más que lo que tenía puesto para "hacer la América".
"Es una gran responsabilidad hacer este personaje". Quien habla es la China… O, más bien, la propia Raquel Zimmerman. La blusa blanca, la pollera larga, los tacos, el rubio casi platinado y la medalla que cuelga en su cuello dibujan de pies a cabeza a su personaje. Los ventanales desvencijados del conventillo en el que la actriz dialoga con Teleshow le dan el toque final para viajar en el tiempo hasta la década del '30: la productora recreó ambientes de la época en una superficie de 1200 metros cuadrados, que incluyen además 100 metros lineales de calle, con fachadas de viviendas que emulan a la perfección a las existentes en aquellos años.
"Todos somos nietos o bisnietos de inmigrantes, por eso es especial para mí este papel. No lo digo solo por mis compañeros en el elenco: cuando les conté a mis amigas que iba a interpretar a una polaca fue inevitable encontrar similitudes con algunos de sus antepasados", explica la actriz, recién llegada de unas breves vacaciones en Nueva York junto a sus hijas, Rufina y Magnolia.
Raquel Zimmerman es una bella y sensible campesina judía de origen polaco que es traída a la Argentina en barco por Torcuato Ferreyra (Benjamín Vicuña) bajo la promesa de un matrimonio con un hombre adinerado para sacar a su familia de la pobreza. Pero cuando cruce el Atlántico será explotada por una famosa red de trata de la época y su destino, inevitablemente, será el burdel, manejado por Samuel Trauman (Fernán Mirás) y la Madama Ivonne (Andrea Frigerio).
La vida de Raquel Zimmerman retrata el destino que tuvieron innumerables mujeres que llegaron al país en las oleadas inmigratorias: "Si bien esta historia tiene casi cien años, el tema de la trata de blancas -hoy se le dice 'trata de personas'- es algo súper actual. Y eso es tremendo".
En ese sentido, asegura que el empoderamiento de la mujer y la igualdad de género son cuestiones tratadas desde el comienzo de la ficción, centradas principalmente en su papel: "Mi personaje era feminista sin saberlo en ese momento. Raquel fue la primera prostituta en desbaratar una red de trata muy poderosa de la época, llamada 'Zwi Migdal'. Por eso desde el primer instante quise interpretarla. Me encanta y me parece espectacular hacerlo en este momento: me parece que es una responsabilidad, pero me gusta y me hace sentir bien".
Por supuesto, el trabajo que hizo para meterse en la piel de Raquel no fue igual a otro que haya hecho hasta el momento: no solo tuvo que instruirse en cuestiones históricas y culturales de la época, sino que tuvo que aprender un poco de polaco.
"Estuve leyendo mucho sobre aquellos años. Además, me preparé con una coach y con una profesora de polaco. La producción nos mandó muchas referencias de diversas cuestiones para tener en cuenta. También es muy importante que tenemos buenos directores y libros. Cuando uno se puede apoyar con tranquilidad en ellos, la mitad del trabajo está hecho", dice.
En la gran apuesta de El Trece para el prime time de este año, su personaje se topará en el barco que la traerá a la Argentina con Aldo Moretti, interpretado por Gonzalo Heredia, y se enamorará perdidamente. Para la China eso no implica un conflicto con su pareja -en la vida real-, Benjamín Vicuña: "Es trabajo, todos somos actores y sabemos de lo que se trata y lo entendemos. Este es un muy buen elenco y es todo parejo: no hay roces ni nada raro. Cuando uno trabaja así siente como que está medio angelado el proyecto".
Benjamín Vicuña interpreta a Torcuato Ferreyra. Un hombre que peleó en la Guerra Civil española y le hizo creer a uno de sus subordinados, Bruno (Albert Baró), que eran como hermanos pero luego lo traicionó y se escapó a la Argentina, donde lidera todo tipo de negocios ilegales: es tratante de personas, traficante y dueño de barcos que traen inmigrantes desesperados. Un villano de verdad. Y si bien la China y el actor chileno ya han trabajado juntos en las películas El hilo rojo y Los Padecientes, es la primera vez que sus personajes no son pareja en la ficción.
Al respecto, la China, con más de 15 años de experiencia en televisión, manifiesta: "Es espectacular trabajar juntos. Nos encanta hacerlo y hablamos mucho de esta novela. Estamos muy entusiasmados por lo que estamos haciendo, ¡así que ojalá que nos vaya muy bien!"
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