A cuatro años de la muerte de Gerardo Sofovich, el recuerdo de su hijo Gustavo: "Mi viejo era un cabrón en el laburo, pero después era un tipo tierno"

El creador de "Polémica en el bar" y "La peluquería de don Mateo", entre otros tantos éxitos, falleció el 8 de marzo de 2015. Hoy su heredero continúa con el legado

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Gerardo y Gustavo Sofovich
Gerardo y Gustavo Sofovich

"A mi viejo lo recuerdo con todo el amor del mundo. Para mí es muy fuerte todo lo que está pasando y me tiene muy movilizado. Porque, si yo no estuviera bien, no lo podría estar homenajeando como lo estoy haciendo. Yo estuve 30 años de mi vida en la oscuridad. Y hoy voy con la memoria de mi viajo a todos lados. Porque creo que, mientras la gente lo siga recordando, él no se va a ir", aseguró Gustavo Sofovich en diálogo exclusivo con Teleshow.

Gerardo Sofovich murió el 8 de marzo de 2015, pero dejó un invaluable legado no sólo para su hijo, que decidió tomar las riendas de sus creaciones y está produciendo Polémica en el bar, sino también para el mundo del espectáculo en general.

Conductor, director, guionista y productor de innumerables ciclos, el "Ruso", cómo le decían, era bravo. Muy bravo. Sin embargo, el mismo Gerardo se reía de su fama de "cabrón". Es que, justamente, fue gracias a ese carácter fuerte y a su obsesión por el perfeccionismo, que logró dejar su huella en un terreno en el que muchos pasan sin pena ni gloria.

"Mi viejo era un cabrón, sí. ¿Pero sabés lo que pasa? Gerardo tenía 300s personas a cargo. Y cuidaba el laburo de toda la gente que estaba detrás de él. Por eso era cabrón, porque si algo se descontrolaba en ese contexto, era un desastre. Así que no le quedaba más remedio que ser 'el malo de la película' para seguir generando trabajo. Pero después era un tipo tierno…", explicó Gustavo.

Sofovich, en sus primeros años
Sofovich, en sus primeros años en televisión

Nacido el 18 de marzo de 1937, en Buenos Aires, Sofovich había comenzado su carrera junto a su hermano, Hugo, en la década del '60. Fue el creador de emblemáticos programas de televisión como Operación Ja Ja, del que luego se desprendieron Polémica en el bar y La Peluquería de don Mateo. Y estuvo al frente de éxitos como La noche del domingo o A la manera de Sofovich, entre tantos otros.

En cine, en tanto, Gerardo se había adueñado del género picaresco con películas como Los caballeros de la cama redonda, Los doctores las prefieren desnudas o Las minas de Salomón Rey, por mencionar sólo algunas. Y todo esto sin contar las innumerables obras de teatro que produjo tanto en Buenos Aires como en Mar del Plata y Villa Carlos Paz, entre las que se recuerda la exitosa comedia El Champagne las pone mimosas.

"Mi viejo dejó una marca en cinco generaciones de argentinos. El hizo popular al humor sano y marcó récords de 68 puntos de rating en televisión. Era un tipo que, cuando se decidió a estar en cámara, con una manzana te hacía un programa de cuatro horas. O con una pulseada, lo mismo. Fijate que hace 56 años creó un formato como el de Polémica, que hoy está más vigente que nunca", explicó Gustavo, que actualmente está en negociaciones para reflotar La peluquería de Don Mateo.

Gerardo Sofovich con Minguito
Gerardo Sofovich con Minguito

El otro Gerardo, el que pocos conocían, se había casado con Carmen Morales en 1965 y con ella tuvo a su único hijo. Gustavo nació en 1967 y fue la gran preocupación de su padre, sobre todo, en los años en los que según él mismo confesó estuvo preso de las adicciones. Sin embargo, en los últimos tiempos, ambos se habían mostrado muy unidos.

¿Cómo era Sofovich como papá? "Yo tengo el mejor de los recuerdos. Uno no nace sabiendo ser padre, sino que hasta el día que se muere aprende cómo serlo. Mi viejo me quiso dar lo mejor siempre. Y, a lo mejor, yo no estaba receptivo como para tomarlo. Pero él se preocupó toda la vida porque yo estuviera sano. Lo único que le importaba era eso", contó Gustavo.

Y agregó emocionado: "Es más, yo creo que se pudo ir porque me vio bien. Yo compartí el último año con mi papá y, siete días antes de morir, cuando ya le dolía mucho el cuerpo, me dijo: 'Se terminó. Ya te veo bien a vos, así que no quiero pasarla más mal'. Y a la semana, cuando se estaba yendo para la clínica, me sonrió. ¡Qué increíble! El sabía que se estaba muriendo y tenía un dolor terrible, pero me sonrió. Y, a la media hora murió. Así que la última imagen que yo tengo de él fue esa, mientras me sonreía".

Separado de la madre de Gustavo, a quién nunca dejó de acompañar, Gerardo decidió refugiarse en su hijo y sus nietos, Tatiana y Nacho. ¿Si dejó de trabajar? ¡Jamás!

Gustavo Sofovich con sus hijos
Gustavo Sofovich con sus hijos

Reconocido por sus contemporáneos, en los años finales de su carrera Gerardo logró conquistar al público juvenil gracias a su destacada participación en Los ocho escalones, dónde se convirtió en un verdadero imbatible. Y se mostraba feliz haciendo gala de su gran cultura general, característica que se conocía pero que en ese ciclo dejó a más de uno con la boca abierta.

"Ese programa lo puso nuevamente en la cima y permitió que una generación más lo conociera. Te voy a contar algo: nosotros estábamos en Punta del Este y mi viejo ya no le daba autógrafos a nadie. Pero se le acercaban nenes de siete, ocho o nueve años y él se quedaba una hora hablando con ellos. A los grandes no les daba ni bola, pero a los chiquitos sí. Porque ellos recién lo habían descubierto con Los ocho escalones. Pero Gerardo fue uno de los tipos más leídos que ha tenido este país", contó Gustavo sobre los últimos años de su padre.

¿Si Sofovich se quedó con alguna asignatura pendiente? "Ninguna. Mi viejo fue un tipo que vivió lo que quiso: viajó por el mundo y se dio todos los gustos. Así que no le quedó absolutamente nada pendiente. El no le tenía miedo a la muerte, en lo más mínimo. Y se fue cuando se quiso ir, estando en la gloria", concluyó Gustavo.

(Video: Gerardo Sofovich con Oscar González Oro)

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