Conoció la fama, el éxito y la popularidad, pero debió enfrentar el dolor más atroz: la vida de Beatriz Taibo

La actriz falleció este sábado a los 88 años. Se inició en la radio pero se destacó en cine, teatro y televisión, con la prepotencia de su talento y el encanto de su belleza. En 2004 la muerte de su hijo menor, Marcelo, la alejó por un tiempo del espectáculo

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Por Susana Ceballos

Beatriz Taibo
Beatriz Taibo

Una niña, ingeniosa y desinhibida deslumbra en La Pandilla Marilyn, un programa de radio que allá por 1942 descubría talentos infantiles y por el que pasaron otros niños que se convertirían en estrellas, como Guido Gorgatti, Raúl Rossi y Violeta Rivas. Esa niña era Beatriz Taibo. Años después su capacidad hizo que comenzara a trabajar como locutora en Radio El Mundo, nada más ni nada menos que con Antonio Carrizo. Una de sus primeras tareas fue anunciar un matapolillas de la época. Todos la comenzaron a llamar Polilla, algo que a Beatriz no le disgustaba, y temrinó conservando el sobrenombre.

La radio fue el primer paso de una carrera brillante que incluyó cine, teatro y televisión. Su debut en la pantalla grande fue con Los Millones de Semillita, una película en blanco y negro de 1950. Siguieron otros 27 filmes más, como Los Pérez GarcíaPocholo, Pichuca y yo, Amor prohibido, Canuto 
Cañete y los 40 ladrones y El profesor tirabombas, entre tantas otras. También comedias picarescas con Alberto Olmedo y Jorge Porcel: brilló con su participación en Atracción peculiar, en 1984.

Beatriz Taibo y una escena imperdible en "Atracción peculiar"

En la televisión ocupó un espacio estelar que impuso a fuerza de belleza, talento y una capacidad maravillosa tanto para la comedia como para el drama. En 1958 protagonizó Matrimonio feliz se necesita, con Sergio Renán, y al año siguiente, con guión de Abel Santa Cruz, hizo Qué mundo de juguete.

La década del 60 la encontró en Canal 9 y con libros de Alberto Migré en Amelia no vendrá, novela que duraba apenas media hora. En el mismo canal formó parte de Todo es amor, con Oscar Rovito, Marta González y Osvaldo Terranova. A fines de los 70 las telenovelas comenzaban su reinado y un grupo fantástico de actores y actrices tomaba protagonismo. Claudio García Satur, Arturo Puig, Rodolfo Bebán y Arnaldo André hacían suspirar a sus seguidores, mientras que Soledad Silveyra, Thelma Biral, Gabriela Gili, María de los Ángeles Medrano y Beatriz Taibo se convirtieron en las reinas indiscutidas del formato.

Todavía se recuerda el exitazo que en 1974 la Taibo –como la llamaban- protagonizó con Alberto Martín en la novela Me llaman Gorrión. Allí encarnaba a Rosa Morelli, una muchacha humilde que, disfrazada de muchacho, obtenía un puesto de repartidor para poder sostener a su abuela y al pequeño Coquito. Fue de esos programas que atrapan audiencia, marcan generaciones y logran picos de rating pero, sobre todo, permanecen para siempre en la memoria de la gente.

Beatriz Taibo y Alberto Martin
Beatriz Taibo y Alberto Martin en “Me llaman gorrión”

Beatriz era tapa de las grandes revistas de la época: Radiolandia, TVguía, Antena, pero también una mujer querida por sus pares y a la que Quinquela Martín, el gran pintor de La Boca, solía invitar a su casa para conversar y reírse entre amigos.

Fue una de las pioneras en hacer teatro de temporada en Mar del Plata y Carlos Paz. En 1974 protagonizó Pero de noche es mejor, con los actores furor del momento: Alberto Martín, María de los Ángeles Medrano, Arturo Puig y Jorge Martínez. En esos veranos donde la playa se mezclaba con los aplausos, conoció y se casó con Ricardo Tito Olivero, productor y dueño del Teatro Refasí. Aunque luego de un tiempo se separaron, mantuvieron una excelente relación. Se los veía compartir salidas y ella lo definía como su gran amigo.

Los trabajos se sucedían tanto como el reconocimiento y los premios. Obtuvo el Martín Fierro a la mejor actriz de comedia en tres ocasiones (1964, 1967 y 1988), también el Premio Bamba (1973 y 1978) y el Sol de Oro (1985), entre otros. Sin embargo, su gran orgullo no eran los premios sino Raúl y Marcelo, sus hijos, dos galanazos además de buenos actores, exitosos y queridos.

Beatriz y Raúl Taibo (Foto:
Beatriz y Raúl Taibo (Foto: Verónica Guerman)

Beatriz parecía que tenía todo lo que uno desea: trabajo, reconocimiento y una hermosa vida familiar. Ese equilibrio comenzó a resquebrajarse cuando Raúl debió atravesar dos cirugías de corazón. La primera, cuando tenía 25 años; la segunda una década después. Ahí estuvo su madre sosteniendo su mano, disimulando su angustia. Ya no era ni gorrión, ni polilla; era madre coraje.

En 2004 la vida le tenía preparado otro dolor injusto y cruel. Su hijo menor, Marcelo, falleció al ser atropellado accidentalmente por un tren. Su muerte y el tratamiento inescrupuloso de algunos medios provocaron que Beatriz decidiera retirarse por un tiempo. "Nunca pensó que le iba a doler tanto la forma en que se vio expuesta en los medios en la tragedia. Y tener que seguir estando expuesta a ese dolor como una obligación, como una especie de crueldad le hizo decidir no seguir participando", explicaba su hijo Raúl.

Beatriz en 2002, en su
Beatriz en 2002, en su regreso a la radio: conducía “Una para todas” junto a Ernestina Pais, Mónica Galán, Mariana Levy y Andrea Politti

El tiempo, los afectos y su voluntad de vivir hicieron que poco a poco retomara su actividad. En 2010 comenzó a desarrollar obras de teatro para escuelas, realizó participaciones en radio y fue parte de algunos espectáculos, pero siempre fuera de los circuitos comerciales. En el 2013 estrenó Los árboles mueren de pie, y en esa oportunidad le dijo a Teleshow: "No lo pensé, no estaba esperando nada. Lo importante es que lo hago, que me siento con fuerzas y me siento bien, con los problemas, las alegrías y las penas. Hay que dejar atrás las tristezas y mirar para adelante".

Beatriz Taibo en “Los arboles
Beatriz Taibo en “Los arboles mueren de pie” (Foto: Verónica Guerman)

También negó haber estado deprimida, como se rumoreaba por ese entonces.  "Cómo estoy, lo sé yo sola; la gente no tiene por qué enterarse. Beatriz Taibo es un ser humano como cualquier otro. Cuando dijeron eso, no sabía si reírme o tomármelo en broma", contaba.

Este sábado, la Taibo partió. Como en la vida de los grandes artistas, en su carrera sobraron los aplausos y faltaron los escándalos. Ojalá los gorriones de Buenos Aires la acompañen y, volando alto, muy alto, se encuentre en el abrazo de Marcelo.

Beatriz Taibo (Foto: Verónica Guerman)
Beatriz Taibo (Foto: Verónica Guerman)

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