"Hoy disfruto cada cosa que me sucede. Esa es la consigna: disfrutar y pasarla bien", dice Andrea Ghidone en medio de un gran momento profesional y personal. "Estoy hace muy poquito en pareja con Axel, pero estoy muy bien. Ya no quiero que el hombre con el que elijo compartir mi vida tenga la carga de hacerme feliz. Muchos no han podido ni ser felices ellos, ¡imaginate que les pida que me hagan feliz a mí!", reflexiona la bailarina, confesando que descarta la convivencia, y fantasea con volver a ser madre en el 2022.
"Yo tuve que pagar para entrar al mercado. Quiero que la gente entre porque tenga capacidad, talento", recuerda la creadora y protagonista de Madame Tango, que hoy con su compañía le da trabajo a 40 personas, mientras proyecta su propia escuela. "Durante tres años visité a todos los productores argentinos. Todos me cerraron la puerta, ninguno me quiso ni producir el espectáculo ni dar un teatro. Hoy, la satisfacción es mayor", dice.
"El día que me fui de Señor Tango mi hija me dijo: 'Mamá, ¿y el sueldo tuyo ahora quién te lo paga?'. En ese momento sentí que había tomado una decisión, y que no había sido ciento por ciento responsable", recuerda Ghidone, que en ese entonces priorizó pasar más tiempo con su hija.
—Pasó algo muy feo con Natasha hace algunos años.
—Ese fue el puntapié de esta nueva Andrea. No hay dudas de eso. La pregunta era por qué, qué hice yo para que me suceda eso.
—Recordemos un poquito qué fue lo que pasó: entraron a robar a tu casa, y los entregadores fueron la niñera y su pareja.
—Sí. Natasha estaba sola, era el día de mi estreno en Señor Tango. Me hice una gran autocrítica de esta persona (por la niñera) en la que había confiado.
—Ella estaba con tu hija, y entran a la casa a robar.
—Sí. La atan. Revólver. Le piden el número de la caja de seguridad para abrirla. Natasha tenía 7 años. En esa etapa conocí mi parte más oscura: no creés que podés mandar a matar a alguien.
—Y ahí te sentiste capaz.
—Sí, obvio, cómo no. Lo único que quería era venganza. Pero en un momento tuve que dar vuelta la página porque me estaba llevando a una gran ruina.
—Los dos fueron presos.
—Sí, dos años.
—Poco.
—Sí. El juicio hoy está en manos de la Justicia. Estuvieron dos años presos porque yo hice la investigación. Yo los encontré, porque se habían fugado. Voy a la comisaría y les digo: "Los vas a buscar vos o los voy a buscar yo". El comisario me vio tan decidida que dijo: "Vamos a buscarlos porque esta chica va a ir a hacer cualquier cosa". Uno disfruta ese momento, pero nada te devuelve lo que le pasó mi hija.
—Tengo algunos textuales tuyos que quiero que veamos: "Soy hincha número uno de las mujeres".
—Sí, ¿cómo no voy a ser hincha número uno? Amo poderosamente a mi madre y a todas las mujeres que a lo largo de la historia, frente a una situación socioeconómica muy difícil, han salido adelante y han podido generar cambios. El hombre no tiene conciencia de lo que nosotras tenemos que romper para poder avanzar. Cualquier mujer que da un paso, el mínimo que sea, yo lo voy a festejar de pie.
En la vida hay cosas mucho peores que la prostitución y sin embargo no las juzgamos de igual manera
—Hablando del espectáculo, dijiste: "Yo homenajeo a la mujer, a las prostitutas de hace 100 años".
—Las primeras que bailaron tango. La primera profesión que hizo que la mujer no dependiera del hombre para ganar plata.
—¿Qué mirada tenés de la prostitución?
—Cada uno debe elegir qué hacer con su cuerpo. Yo bailar, tango; vos periodismo; y si otra persona tiene deseo y satisfacción, mientras sea de mutuo consentimiento y no sea porque la trajeron de otro país… Todos somos adultos grandes. En la vida hay cosas mucho peores que la prostitución, y sin embargo no las juzgamos de igual manera.
—¿Te han ofrecido plata por sexo?
—Por supuesto.
—¿Nunca te tentó?
—Cuando llegué a este país me parecía muy horrible que alguien me venga a decir eso. Me pasaron situaciones muy incómodas que no he sabido cómo manejar. Ya en este momento de mi vida, me río. Soy libre de elegir si estoy o no estoy. Como se dice en los chistes, porque creo que uno tiene que naturalizar los temas: "Depende de la cifra". Supongamos, como Robert Redford (en la película Propuesta indecente), un millón de dólares. La mujer que me diga que no lo aceptaría a Robert Redford un millón de dólares, no le creo. ¡Le estaríamos pagando nosotras! Antes me causaba mucha bronca, mucha frustración, mucho enojo que un hombre me viniera a ofrecer plata por tener sexo; hoy, me sube la autoestima.
—Hablaste de Thelma Fardin y generaron mucha polémica tus declaraciones en la revista Gente. Dijiste que trabajarías con Juan Darthés, y que Thelma debería empezar por creerle su hermana.
—Lo de Thelma sirvió para un antes y un después. Ella pagó un alto precio. Nosotras, las mujeres, tenemos que alinearnos con Thelma… Pero no públicamente. Yo no lo quisiera públicamente porque hay inocentes, y están los hijos, y está una mujer, y está una mamá o no, y un papá y una familia. Me pongo en ese momento y digo: "Tengo un monstruo al lado mío". En el momento que dije que trabajaría con Darthés, es solamente porque estoy segura de que hoy Darthés ha cambiado 100%. Y como mujer, me siento preparada para estar al lado de un violador y acosador, y no te voy a decir hacerlo pagar, pero sí hacerle sentir que hoy las mujeres tenemos otro poder. No para ningunearlo ni para hacerlo sentir mal, sino para que se dé cuenta lo generosas que somos y el gran corazón que tenemos. No hay duda de que las mujeres tenemos que dominar el mundo porque tenemos un corazón muy grande. Con algunas mujeres no comparto sus formas, y lo de Thelma hubiera sido mejor en privado. Eso es lo único que digo: en privado, y que la Justicia saque la información. Ese cuento, esa narración… que entiendo que es muy importante para ella. Yo me puedo sentar acá y te puedo contar 35 momentos de situaciones muy feas que he vivido y he sabido convivir con ellas, y he sabido seguir adelante, de chica, de grande. Cada uno tiene su forma. Respeten la mía. Yo lo hubiera hecho de otra manera. Hay dos criaturas ahí, esos chicos (por los hijos de Darthés) tienen un cambio enorme y también son inocentes como Thelma. Uno tiene que tratar de hacer justicia haciendo el menor daño posible. Darthés no es el único, hay un montón más, por arriba de Darthés y por debajo de Darthés. A mi hija le tengo que enseñar que ninguna situación de esas es normal, y que en caso de que ella viva una situación así, tiene que ser muy hábil para conseguir una prueba. De esa manera su palabra va a tener una validez.
Conozco un montón de mujeres que porque el marido se fue con una mujer más joven le hacen una denuncia policial para complicarles la vida
—Pero en el caso de Darthés, había tres denuncias previas de situaciones de incomodidad o acoso. No debería ser responsabilidad de las víctimas tener la prueba, y vos sabés que tenés un carácter y una fuerza que no todas las mujeres tienen.
—Yo no era así. Me cansé. Siempre tuve empuje, me vine de otro país, me banqué como pude. Cuando uno siente que hay algo que no está bien uno tiene que buscar asesoramiento. Lo que Thelma hizo no tiene precio para todas nosotras, y ver que una persona que te violó tiene tres acusaciones y sigue libre, y un montón que no se animan a hablar para no quedar como una más, entiendo que ese acto fue como tenía que haber sido.
—¿Acordás con que las mujeres no denunciamos sin motivos, y hay que creernos lo que sea que estemos denunciando? ¿O te da un poco de miedo?
—No, no, hay que creerlo. ¿Estás loca? Yo conozco un montón de mujeres que porque el marido se fue con una mujer más joven le hacen una denuncia policial para complicarles la vida. Me parece de muy poco cerebro. Porque en este caso yo te cuento que he hecho un montón de denuncias en la policía por amenazas de muerte, por intentos, por el cuello negro.
—¿Violencia de una pareja?
—Sí. Nunca pasó nada.
—¿Vos denunciaste que una pareja te ahorcó y no pasó nada?
—No pasó nada, absolutamente nada. Hace 10 años, o menos.
—¿Tenías miedo?
—Claro que tenía miedo. Tenía un montón de pruebas, no servían de nada. Audios, mensajes, lo que quieras. Nunca sirvió de nada.
—¿Cómo saliste de esa situación?
—Yo soy muy brava, dije: "Okey, tengo que encontrar pruebas para que me tengas miedo a mí". Y eso fue lo que hice. Nadie en esta vida que sea tan malo, dije, puede tener una vida muy digna. Toda la basura y toda la mugre de su vida se la pude encontrar. Así se terminó esa situación.
—¿Así y todo sentís que hay que tener cuidado con la falsa denuncia?
—Por supuesto, porque hay chicas, hay mujeres que hacen eso. Eso es lo que me parece patético de nosotras. Hay mujeres que presentan denuncias para complicarles la vida a los tipos, para generar conflictos dentro de lo que son los rehenes, los hijos y todo eso. Yo conozco alguna mujer que lo ha hecho.
—¿A qué te referís cuando decís que no acordás con las formas del movimiento feminista?
—No es que no acuerdo, entiendo que nosotras pedimos derechos y pedimos respeto. A veces hay un poco de agresión. Y yo conozco gente que está con el pañuelo verde puesto, y que mañana tiene una relación sexual y se olvidó de ponerse el preservativo y se tiene que comprar la pastilla. Eso no está bien, para mí no está bien. Quiero mujeres responsables de las decisiones que estamos queriendo que se nos den. Si yo pido aborto legal, entonces me tengo que buscar un método anticonceptivo para que la concepción no llegue a estar. Porque si yo pido un aborto legal pero en la concepción después voy a buscar una forma así no, yo quisiera que nosotros tengamos una educación sexual donde las mujeres tomemos decisiones con la responsabilidad de nuestros actos. Si yo veo que tengo una relación de una historia donde el tipo toma y se pone un poco loco, tengo que decir: "Buenas noches, muchas gracias", y ver de qué manera me saco a ese tipo cuanto antes. Yo no lo puedo creer.
Conozco gente que está con el pañuelo verde puesto y que mañana tiene una relación sexual y se olvidó de ponerse el preservativo
—A veces es muy difícil. Desde lo emocional, lo económico, incluso lo habitacional; mujeres con hijos que están presas a merced de hombres que les prometen que van a cambiar.
—Lo viví, creéme que lo viví. Todo lo que me estás contando no me lo contaron, lo viví yo en carne propia.
—Hablaste del aborto: pensé que estabas a favor de la legalización.
—Sí, estoy a favor. A morir: a favor. Por supuesto. He tenido que pasar por esa situación. Y lo cuento porque mi hija lo sabe, no tengo nada para esconder.
—No sabía.
—Me hago cargo. Cuando mi hija me preguntó por qué lo había hecho, le explique que era porque tenía mucho miedo.
—¿Cuando fue? ¿Qué edad tenías?
—Tenía 23 años. No tenía una pareja estable. No tenía nada. Era una persona que estudiaba, dependía absolutamente de mis papás, vivía con ellos. Se lo tuve que contar porque me parece que es honesto contar toda la verdad, todo lo que se puede contar.
—¿Y en ese momento quién te acompañó?
—La pareja que estaba conmigo. Un lugar inhóspito, desolado, horrible, espantoso, lo peor que he conocido en mi vida. Terrible. Es muy fuerte pero los lugares donde hoy se realizan los abortos clandestinos no pueden estar, no pueden existir.
—¿Te acordás cuánto pagaste en ese momento?
—500 dólares. Todo, todo me acuerdo. A partir de ahí mi método anticonceptivo cambió. Porque lo padecí, lo sufrí y yo no sabía qué hacer.
—¿Fue difícil?
—Fue muy difícil porque después que ves a tu hijo decís: "¿Y esta persona cómo habría sido?". Ahí es como que tomás un poco de conciencia. Con lo cual dije: "Esto no me puede volver a pasar". Hoy me arrepiento.
—¿Sí?
—Sí, claro, ¿cómo no me voy a arrepentir? Pero en ese momento no sabía ni lo que hacía ni yo ni nada. Hice lo que pude.
—Andrea, no puedo dejar de preguntarte cómo te impactó la noticia de la muerte de Natacha Jaitt.
—Nada de lo que hoy se averigüe puede cambiar el presente: ella está muerta. Ha sido dueña y responsable de su vida. Ojalá que la Justicia esclarezca todo lo que sucedió esa noche. Y lo más importante, que los hijos logren tener una familia que los ame y los contenga para que puedan tener una vida un poco más normal y en paz, al menos de ahora en adelante.
ENTREVISTA COMPLETA:
Agenda: Madame Tango se presenta viernes y sábados en el Teatro Lola Membrives