"Calu Rivero…… poner título aquí", reza la tapa del libro de la actriz que se lanzará en los próximos días. Página tras página la protagonista de Campanas en la noche habla sobre sus anhelos, sus experiencias y tal como lo había adelantado hace dos años, relata sus días en Dulce Amor, la novela que protagonizó en el 2009 con Juan Darthés, aunque sin nombrarlo.
En el capítulo "No era ficción, estaba ocurriendo en la realidad" la actriz que nació en Recreo, Catamarca, recordó su experiencia con el actor, se refirió a su renuncia de la ficción cansada de los excesos por parte de él y a lo que le costó sanar.
"Necesito que salga el dolor, con el deseo que no regrese más", comienza su relato. Luego sigue: "Era más joven de lo que soy ahora y, por cierto, mucho más ingenua. Vivía la actuación como una aventura, un juego, más que como una profesión. Era una actriz esponja que todo lo absorbía y lo hacía carne y eso me volvía especialmente vulnerable".
En la tira, a la que nunca mencionó, interpretaba a Natacha: "Bella, seductora, histérica, sensual y peligrosa" y Darthés, su pareja en la ficción, a Julián: "Del otro lado estaba el galán, arrogante, el macho proveedor, viril, desmesurado. Era una historia de pasiones y de amor estereotipado".
Calu sentía que la cosa entre ellos no eran parejas: "Él era un actor consagrado, varón y mucho más grande que yo, en edad y contextura. Entre nosotros había una situación asimétrica, tanto en experiencia como en poder y en relaciones con el medio". Las escenas entre ellos eran "jugadas, comprometidas con lo actoral, lo emocional y lo físico". Tratándose de su primer protagónico, estaba "entregada" a su papel.
Pero un día, toda la felicidad que le daba su trabajo desapareció: "Recuerdo la primera acción que me paralizó ante el exceso. Intenté justificarlo entendiéndolo como un impulso de seducción que mi compañero no podía controlar. La angustia, el vacío y el dolor se instalaron en mí y se hicieron cada vez más intensos".
Tal como lo contó en varias oportunidades, le expresó a su compañero su incomodidad y lo hablaron pero "escena tras escena, el exceso se repetía". "El malestar crecían en mí y mientras crecía, más paralizada me quedaba. Es una sensación de vértigo constante, de miedo y espanto, pero al mismo tiempo de no querer soltar eso en lo que me había comprometido, eso que prometía ser mi sueño", siguió.
Hasta que un día se preguntó "¿qué pasa si te vas?" y por fin dijo "basta": "La bola de nieve me abrazó. Siguió la burla, la incomprensión. Era él quien estaba confundido o más bien fundido en su personaje. Pero esa fusión lo hacía un monstruo opresor para mí, Calu, no para mi personaje".
"Me quedé muda, paralizada, creí que estaba rodeada de sordos y luego la situación terminó por devolverme una imagen distorsionada de mí misma. Me ayudó a conocerme más, a replantearme cómo vivir y encarar mi profesión", continuó.
Tras su salida de la ficción de Telefe, estuvo tres años alejada de la actuación y tuvo que hacer terapia para poder volver a eso que tanto le gustaba, ya que "actuar se trata de confiar", habilidad que había perdido.
Tiempo y terapia la ayudaron a sanar y a convertirse: "Aprendí que nadie me va a ayudar mejor que yo misma, aprendí a sacar fortaleza de mí. Ahora soy una mujer autodeterminada, decidida, sensible, consciente del otro, pacifista y más fiel a mí misma", cerró el capítulo.
El prólogo del libro fue escrito por Guillermo, su papá, que así la definió: "Son el testimonio de esos momentos que la fundaron como Calu. Son la prueba concreta de que, como una maga, puede transformar todo en amor y que cuando debe defenderse o luchar es la guerrera más implacable que he conocido".
Luego de años de callar, la actriz comenzó a contar su verdad en el programa de Catalina Dligi. Allí dijo que había sufrido excesos por parte de su compañero en la ficción y luego publicó una carta en Twitter contando su verdad.
Tiempo después Darthés la denunció ante la Justicia por calumnias e injurias. En diciembre se realizó una audiencia de conciliación a la que su ex compañero no asistió y ella sí, justo dos días después de que Thelma Fardin hiciera pública su denuncia por violación contra el actor.
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Calu Rivero, una pionera en alzar la voz de las actrices contra la violencia machista