Todo empezó con una canción. "El Dinosaurio Bernardo, muy cansado de ser mozo, quiso cambiar de trabajo y ser actor", decía la primera línea. Su autor era Pablo Granados, que por entonces estaba formando Macaferri & Asociados (el hit más recordado de la banda: El oficio de ser mamá), pero en este caso había grabado un disco aparte junto a Patricia Liberati -su mujer en aquel momento- que se llamó las canciones de Pablo y Pata, y de algún modo era para apoyar a Unicef. Era el año 1994 y Marcelo Tinelli puso VideoMatch a disposición para promocionar el disco, que habitaba un extraño territorio entre el romance y la comedia, como casi todas las canciones de Granados.
¿Quién era ese Dinosaurio que fue al mercado compró un par de anteojos negros, un pañuelo colorado, un cinturón y fue a probarse a la tevé? Las historias de su origen son varias. Algunas de ellas apuntan a una pequeña venganza cómica en relación a Bernardo Neustadt, que por entonces tenía el programa previo a VideoMatch (Tiempo Nuevo), y entregaba siempre tarde. ¿Qué mal podía hacerle una pequeña humorada?
Esta es la canción, presentada por Marcelo, y con Pablo y Pata en el videoclip:
(Video: YouTube)
Salió entonces el disco, y para presentar las canciones un día hicieron una convocatoria a actores, que tendrían que usar un disfraces y animar el programa. Allí fue, entre otros, Javier Adarvez, que no iba a ser el dinosaurio sino otro personaje, pero sobre el filo del programa al parecer el actor que iba a estar detrás de Bernardo faltó, y Adarvez tomó la posta. Como el disfraz no tenía ojos, su hermano hizo un corte a la altura de la garganta (que disimularían con el mentado pañuelo rojo), para que el actor pudiera ver. Salió a escena. Nacía entonces, en cuerpo y alma, el verdadero Dinosaurio Bernardo.
Como casi todo en aquella época de VideoMatch, improvisaron sobre la marcha y salió bien. La producción pidió al actor prolongar la promoción dos semanas más, y así fue. "Fui al lunes siguiente y Marcelo ni bola, el martes tampoco, el miércoles nada. Hasta que el jueves dijo: 'Vamos a presentar al Dinosaurio Bernardo, un invento de Pablo Granados'. Me hizo entrar y yo le hacía muecas desde atrás. Y ahí él empezó a tener una figura que le hiciera contrapeso, sin guión. Eso gustó y me pidieron que fuera a la semana siguiente. Así empezó el juego", cuenta Javier Adarvez, que hoy está radicado en Miami.
Al poco tiempo, la gracia pasó a ser que Bernardo no quería ni ver a otros muñecos en el set, entonces cuando aparecía uno, él lo atacaba. Una vez, recuerda Javier, sin querer le rompió el diente a la persona que estaba dentro de otro disfraz, que afortunadamente era amigo suyo y no pasó a mayores, pero la anécdota retrata la seriedad del juego.
"Un día Marcelo me preguntó de qué cuadro era y, sin hablar, le hice entender que era de Independiente. Por eso me dijo que tenía una semana para hacerme de San Lorenzo, si no, no trabajaba más. Y yo pensaba: 'Este me echa'. Pero la gente empezó a llamar, preguntando cómo iba a echar a alguien por eso. Y al final, ese viernes me dijo que a la semana siguiente me quería ahí, pero que tenía que hacerme de San Lorenzo. Así, de la nada, aparecieron los primeros personajes que le llevaron la contra a Marcelo sin que se enojara: el Dinosaurio Bernardo y el Oso Arturo", dice en aquel libro de los 20 años de VideoMatch.
El "Dinosaurio" sufriendo con una canción de Comanche (Video: YouTube)
El dinosaurio empezó a hacerse popular. En cierta ocasión, Adarvez se presentó en un restaurante, contó que él hacía a Bernardo y le dijeron que unos días atrás otro había dicho lo mismo y le habían invitado la comida. Las variaciones del éxito fueron muchas. Una, por caso: salió un disco con las canciones preferidas de Bernardo, una suerte de homenaje al rock nacional… Todo era posible, y así siguió siendo durante años. "En los primeros programas de Bernardo la gente llamaba pidiendo que yo mostrara la cara, y Marcelo llegó a preguntarme al aire si quería. Pero no acepté para que no se perdiera la magia", recuerda Adarvez.
Con el tiempo, Claudio Villarruel le dijo que les encantaba Bernardo, pero era tiempo de pasar la página. Se tenía que inventar un muñeco nuevo. El actor se puso a dibujar y presentó al Oso Arturo, que casi triplicó en tiempo de vida a Bernardo (el dinosaurio duró tres temporadas; el oso, ocho).
Arturo creció a un nivel descomunal. Por lo pronto, era el único que siempre estaba junto a Marcelo del lado del escenario, aunque no siempre saliera en cámara. Sus participaciones pasaron por todos los colores. Entró a caballo al estudio, tuvo un musical propio en tiempos de Bailando, le rompió la pierna a una bailarina sin querer, y hasta detuvo a un manifestante. Sucedió en el año 2000, el día en que Fernando de la Rúa visitó el programa. Apenas entró el ex Presidente, un militante salió de la tribuna y se acercó a hacerle un reclamo. Fue Arturo uno de los que lo agarró para que no abordara a De la Rúa.
Por supuesto, Arturo también tuvo su disco. De hecho, tuvo dos. Ambos venían como regalo con una marca de piezas de pollo congeladas. Este cronista recuerda haberlo comprado: entre las patitas, en un sobre, un disco cubierto del rebozado del pollo. Cinco temas cada CD. El segundo, del 98, dedicado a la Selección de fútbol en el año del Mundial de Francia (para otra historia será el recuerdo de las coberturas internacionales, pero vale mencionar aquí que Arturo también viajó a Francia).
En 2005, después de ocho temporadas en VideoMatch, Javier Adarvez (y con él, el Oso Arturo), se a vivir a Estados Unidos. Nadie lo reemplazó; aunque no se le viera la cara, el Oso sería siempre él. Además, una cuestión de derechos se metió en el medio. Telefe tenía el 50% de los derechos del personaje, el otro 50% era de Ideas del Sur, por lo cual con el cambio de emisora (primero a Canal 9, cuando el programa mutó de nombre y pasó a ser ShowMatch, y después a El Trece), la continuidad no era tan fácil.
Grandes momentos del "Oso Arturo" recordados en 2014 (Video: YouTube)
Con Adarvez fuera del país, la vida del Oso que se animó a hacerle fuck you a Tinelli, el único que lo enfrentaba abiertamente (tal era su pase de comedia), parecía haber terminado para siempre. Sin embargo un día volvió. Fue en 2014. Durante un tiempo, justamente por los derechos, se lo llamó el Osho Arturro. Era Adarvez, que vino de Miami para hacer algunas presentaciones. Debido a su residencia en Estados Unidos, solo podía estar fuera de ese país por 180 días, por lo que su participación fue durante unos meses. Pero fue resonante. Participó del Bailando, tuvo su musical, y hasta se habló de él en la prensa. En un momento, incluso se especuló con que seguiría su carrera en Telefe como muñeco de Susana, pero el mismo actor lo desmintió: "No aceptaría, el Oso es la mascota de Marcelo. El juego que yo tengo con él es el que divierte; él lo eleva. No me puedo imaginar con otra persona".
Como tantos otros personajes de VideoMatch, el Oso Arturo (el súper Oso, el Oso basquetbolista, el Oso patotero, el Oso que hacía todos los gestos ordinarios habidos y por haber, el Oso que sacó dos discos, el Oso que protegió a un presidente, el Oso que se indignaba con Trompiz -la versión naif e insoportable de Arturo, con forma de elefante-, ese Oso quedaría en el recuerdo de muchísimos argentinos. Tanto más incluso que otro oso también llamado Arturo: el último oso polar de la Argentina, que murió en julio del 2016 en Mendoza.
¿Veremos este año, en el festejo de los 30, un nuevo regreso de Arturo o, incluso de Bernardo? Como cada año, los productores ya habrán puesto a rodar la máquina de la memoria. Queda aquí debajo aquel regreso de 2014. En tiempo en que todo vuelve, en un país en que todos se van, no viene mal recordar algunos buenos momentos.
El regreso del "Oso Arturo" (Video: YouTube)
SEGUÍ LEYENDO