El viaje se demoró más de la cuenta, hasta que finalmente en la noche del lunes, y acompañada por Jana Maradona, Verónica Ojeda viajó a Sinaloa, México. Y por supuesto, junto a ella estaba su hijo, Dieguito Fernando.
El pequeño de cinco años es el principal motivo del viaje. Y también motivó la tardanza en abordar el avión: la salud del hijo menor de Diego Armando Maradona es prioridad, y la realización de algunos tratamientos hizo que el reencuentro de sus padres tuviera que esperar algunos días. Pero Verónica pudo cumplir con su deseo de que el nene pasara su sexto cumpleaños, el 13 de febrero, con sus padres unidos, ¿y reconciliados?.
El tratamiento ambulatorio que Dieguito realiza en Argentina tendrá continuidad en Miami, para el que está a la espera de la definición de un turno en esa ciudad. Ya hubo un viaje anterior con los mismos fines, pero deben aguardar cama en un centro especializado en el que Ojeda se internará durante un día junto a su hijo. Después sí regresarán a Sinaloa para quedarse definitivamente; al menos esa es la intención inicial.
Aunque Ojeda nunca fue muy específica con el cuadro que tiene el niño de cinco años, en una entrevista con Pampita Ardohain declaró: "Dieguito va al psicólogo porque le cuesta hablar. Pero eso es un bloqueo emocional que tiene. Le hice todos los tratamientos, hasta lo he llevado al exterior (…). Le hice el estudio del sueño más para ver si está funcionando bien su cabecita. Salió perfecto, pero todo depende de él que salga adelante".
Maradona, se sabe, no puede entrar a los Estados Unidos desde 1994 por el doping positivo en el Mundial de fútbol realizado en aquel país, por lo que no puede acompañar a su hijo. Y esperará en México su llegada. Así se va afianzando la relación que fue tan mínima durante años.
Por ahora Ojeda no reconoce un vínculo sentimental con Diego, pero nadie está en condiciones de negar que una vez que El 10 rompió con Rocío Oliva, volvieron a acercarse. "Somos familia, lo importante es Dieguito", dice Verónica.
El paso de Maradona por Buenos Aires para las Fiestas y parte del mes de enero fue —como siempre— polémico y controversial. Se amplió su grieta personal con su hija Dalma, terminó la relación de seis años con Oliva y volvió a acercarse a su hijo más pequeño y la madre. Bautizó aquí a su nieto Diego Matías, hijo de Diego Junior, y siguió adelante con las causas judiciales contra Claudia Villafañe.
En tanto, en Villa Devoto avanza a toda marcha la grabación de la serie sobre su vida. La primera temporada se centra desde su infancia, pasando por la gloria de los Mundiales '86 y '90, hasta el trágico verano del 2000 en Punta del Este cuando estuvo al borde de la muerte. A propósito de ello, habló por primera vez, en las últimas horas, el médico que lo atendió en plena crisis, en coma, en el sanatorio Cantegrill de esa ciudad. Jorge Romero estaba recién recibido en esos tiempos, y le tocó atender de urgencia al hombre más famoso del mundo.
"Nunca hablé con la prensa porque no era relevante para el paciente ni para el médico. Era mi cuarto día de ejercicio profesional, tenía 28 años, atendía en la policlínica de la Barra, en un consultorio, suena el teléfono la una de la tarde, atiende una enfermera y le piden un aparato para medir la presión, le pasan el teléfono al médico. Dijo que estaba somnoliento desde hacía dos días y que le costaba despertarlo. Le dijimos que podía ser un coma y que necesitábamos verlo de inmediato. Requería asistencia médica intensiva inmediata. Habíamos podido encausar la asistencia médica del paciente. Se salvó porque es un deportista, tiene un físico fuerte para resistir los desafíos que tuvo. Nosotros estábamos a una hora del hospital y lo aguantó él", contó el médico en Confrontados, por El Nueve.
Verónica Ojeda en el entrenamiento de Dorados (Video: Twitter/@cris28islas)
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