Anna Chiara del Boca reveló los motivos por los que decidió dejar de ver a su padre, Ricardo Biasotti, cuando solo tenía 9 años. La hija de Andrea del Boca aseguró que "no se sentía respetada ni querida" por el empresario a quien solo consideraba su "progenitor masculino". Estos fuertes dichos generaron polémica y fue tema de debate en la televisión.
En medio de este escándalo, Enrique Torres, el esposo de Anabella del Boca, hermana de la protagonista de Perla Negra, escribió una extensa carta en su cuenta de Facebook para defender a su sobrina por haberse animado a contar su historia. Además, aprovechó para criticar con dureza a quienes cuestionaron a las Del Boca.
"Algunos personajes, habitúes de los programas de chimentos en la TV argentina, pusieron en funcionamiento "la máquina de picar carne", como si hubiesen sido traicionados. La verdad, fue un torneo de 'a ver quien dice la estupidez más disparatada'. Por supuesto la competencia fue tremenda y no hubo un claro ganador", dijo el productor y director que en la actualidad vive y trabaja en los Estados Unidos.
Luego, puntualizó en el caso de un "desinformador profesional que, mirando a cámara y sin ponerse colorado, dijo que Anna había nacido porque su mamá es alérgica al látex y se negó a usar preservativo". Además, señaló que en otro programa aseguraron que Andrea "tenía cita programada en un banco de esperma de California y que como se cruzó con el progenitor masculino, se ahorró los dólares de 'la gotita'".
Por otra parte, recordó que cuando su sobrina tenía 9 años se reunió con un juez y una asistente social para explicar los motivos por los que no quería seguir viendo a Biasotti. "Anna nunca contó lo que le dijo el juez. El juez jamás contó lo que escuchó. Pero el resultado fue terminante: se acabaron las visitas. Ni siquiera con la presencia de asistente social alguno. Anna jamás volvió a la casa de su progenitor. Además, con el tiempo, dejó de tenerle miedo a los miércoles y a los sábados, que eran los días que más odiaba, los días de los encuentros obligatorios".
Por último, dijo sentirse decepcionado de las personas que "dudaron de Anna, hablaron de lavado de cerebro, pretendieron desacreditarla y dudaron de su inteligencia". Y destacó que en un contexto mundial en el que se está luchando por el empoderamiento de la mujer, "en Argentina algunos perversos pretenden hacer pelota a una mujer de 18 años que decidió volar sola, sin necesidad de permisos paternos ni judiciales".
Otros fragmentos destacados de la carta de Enrique Torres:
-¿Por qué comento esto ahora y no hace una semana, cuando salió la revista? Porque estuve esperando que alguno de los disparatados personajes descubrieran algo muy importante: Anna contó que desde sus 9 años jamás volvió a tener contacto con su "progenitor masculino" (así lo llama). En Argentina, si una madre impide que el padre visite a su hija, el mismísimo juez actúa y obliga a que se realicen esas visitas. Todo el mundo sabe esto. Todo.
-¿Por qué los que hablaron del látex, de la gotita californiana, de los lavados de cerebro, no se preguntaron por qué Anna dejó de ver a su progenitor a los 9 años? Sorprende, ¿verdad?
-Algunos criticaron a Anna por llamar "progenitor masculino" a su progenitor masculino. Como si la paternidad dignificara por el sólo hecho de llegar a un "final feliz". Yo no creo en los santos orgasmos. Y si Dalmiro Sáenz confesó: "Yo también fui un espermatozoide", algunos "hombres necios que acusáis a la mujer sin razón", deberían reconocer que en la vida de un hijo solo fueron un espermatozoide. Personalmente, en el caso de Anna, estoy muy agradecido al espermatozoide más veloz del batallón. A pesar de la distancia, la disfruto cada día.
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