Por Marianela Insua Escalante
"La Plata", de Juanes, ft. Lalo Ebratt (Video: Youtube)
"De Colombia para el mundo, papá", canta Juan Esteban Aristizábal Vásquez, mientras los corazones de un ejército de santos brillan detrás suyo en el videoclip de "La Plata". Este tema es un vallenato hecho y derecho, emergido de lo más profundo de las raíces colombianas, allá donde fue el cantante conocido como Juanes a buscar la inspiración para el segundo corte de su nuevo disco que verá la luz en pocos meses.
Para este tema con presente de hit y futuro de clásico, el cantante acopló a Lalo Ebratt, referente del reggaetón en su tierra, que fue quien le puso su cuota de hip hop. "…Y tengo de superhéroe lo que Juanes de vallenato", lo espeta Lalo a su colega, que recibe el mal cumplido con una sonrisa. Si de algo está seguro Juanes es que su nombre -que pasó por el rock, la cumbia y la música folclórica de su país- es sinónimo de Colombia.
Sin miedo a los desafíos, Juanes se anima a todo y este 16 de febrero llega al Teatro Colón de Buenos Aires con un show sinfónico. Acompañado de una gran orquesta, el cantautor formará parte del Festival Únicos, que este año también contará con protagonistas como Lila Downs, Café Tacvba, Pedro Aznar, Gustavo Santaolalla, Luciano Pereyra, Katheryn Jenkins y el espectáculo El Abrazo del Tango y el Flamenco.
—¿Conocés el Teatro Colón?
—No personalmente. Pero sí he visto imágenes, conozco la historia y lo que significa. Estoy súper emocionado de ser parte de este festival y sobre todo me emociona mucho el formato. Poder tocar con la orquesta es algo que he hecho un par de veces, pero es una sensación muy hermosa. Así que estamos preparando todas las cuerdas de las canciones que hemos hecho durante años. Vamos a hacer unas versiones especiales para el Teatro Colón. Estoy súper emocionado de volver a la Argentina y poder hacer este espectáculo.
—De adolescente fuiste músico de rock pesado, luego te abocaste a lo popular. ¿Cómo es tu relación con la música clásica?
—Siempre me ha gustado muchísimo y la escucho constantemente. Comencé con la música popular y después me fui al rock, al metal pesado, pero siempre a través de bandas como Metallica con las que encontraba muchísima conexión en la geometría musical. Mezclando el metal con el rock, no tan separado, y obviamente, en los últimos 20 años escuchando mucho más música clásica y aprendiendo, analizando. Sobre todo aprendiendo, porque son cosas geniales las que están ahí, conociendo el sonido de la orquesta en sí. Para mí es algo súper mágico.
—¿Qué rescatás de la música clásica que termines poniendo en práctica en la música popular?
—La composición es fundamental y también la armonía que se maneja en la música clásica. Eso es como lo más de lo más, el top del top. Eso es lo más importante para mí, sobre todo en determinadas piezas clásicas: es bueno escucharlas y analizarlas, cómo se mueven los acordes, cómo va la progresión, cómo cambian, ir tratando de entender… Yo soy un músico empírico, siempre he estudiado, y en los últimos años con YouTube y con toda la información que uno tiene hoy en día siempre me la paso tratando de aprender. Por ejemplo, con Juan Luis Guerra, con quien tenemos una gran amistad, siempre hemos hablado de la importancia de escuchar la música clásica, además de escuchar la música que suena hoy en día en el mundo, el mainstream. Entonces, sigo hoy conectado con eso.
—Mencionás a Juan Luis Guerra, un artista que ha logrado un alto nivel de popularidad con su música en toda Latinoamérica. ¿Qué otros artistas te inspiran?
—Mis gustos son demasiado variados y van por distintas cosas, pero hay artistas como Bob Marley, The Beatles, The Rolling Stones, Caetano Veloso, Silvio Rodríguez, (Gustavo) Cerati, Totó la Momposina, Café Tacvba. Hablando de música clásica me encanta Chopin; y así podría mencionarte muchas cosas. Me gusta la buena música, y donde encuentro buena música, ahí me conecto.
—También conectás con lo social, y justamente se está dando un proceso de transición en Venezuela, país que has visitado varias veces y por el que te has mostrado preocupado, como lo expresaste en tus redes sociales. ¿Cómo vivís el presente de este país hermano?
—Mira, yo he conocido a varios artistas venezolanos y en el barrio donde vivo tenemos muchos amigos venezolanos, padres de niños que van al colegio con mis hijos. Hay una comunidad muy grande de venezolanos en Colombia. Para mí siempre han sido muy cercanos: son hermanos. Esto lo vivimos muy fuerte y lo que tengo es esperanza de que algo puede cambia. Creo que históricamente se lo merecen, han sufrido demasiado. Han tenido un gobierno maquiavélico muy malo. No entiendo cómo han durado tanto tiempo ahí, y espero que este sea el comienzo de una transición a una democracia.
Juanes le canta a Venezuela (Video: Instagram)
—Tu último corte, "La Plata", es un vallenato: siempre volviendo a las raíces de Colombia. Y se destaca que el videoclip fue grabado en Medellín y que todo el equipo está integrado por colombianos. Personalmente, ¿sentís que tenés que devolverle a tu patria lo que ella te dio?
—Simplemente, creo en el talento. Y en mi carrera he tenido la oportunidad de viajar por todo el mundo y de grabar con diferentes productores y estar en diferentes estudios. Y al final me doy cuenta de que en Colombia también están pasando cosas interesantes. Hay una nueva generación de productores, músicos y directores de cine, de videos, y es muy especial para mí poder decir en este momento voy a Colombia y lo hago ahí. Antes no podías hacerlo porque no existía para mí esa posibilidad. Por eso ha sido muy gratificante poder conectarme con esa parte de Colombia y es una forma de mostrar que las cosas han evolucionado. Siempre hay dificultades, las cosas no son fáciles, pero hay un cambio importante en Colombia.
—¿Cómo te llevás con la era digital? ¿Creés en los algoritmos que nos sugieren son lo que tenemos que escuchar?
–En mi caso personal, uso Apple y Spotify. Pero los algoritmos están en todas partes, ¡y eso me aterra un poco! Cuando te metés en Netflix hay algoritmos, cuando estás en YouTube hay algoritmos… ¡es increíble! Todo eso ha transformado la industria de la música y es increíble dónde se ha ido todo. Entonces, entiendo lo que está pasando ahí, lo comprendo, pero no estoy sumergido en eso, ni estoy trabajando para los algoritmos. Yo hago la música que a mí me gusta, me junto con la gente con la que tengo buena onda y trato de hacer lo mejor que puedo. Lo que pasa afuera ya no lo puedo controlar. ¡Pero es muy fuerte! Algo de lo que yo me he dado cuenta es que si, por ejemplo, estoy viendo una serie y no le doy like o dislike, por si me gusta o no me gusta, me siguen apareciendo parecidas. Entonces, tengo que decirle que no me gusta para que no me aparezcan más. Terminás siendo esclavo de los algoritmos igual. Pasa en Spotify, que te aparecen cosas que no estás buscando, pero que supuestamente están relacionadas… Es un poco raro todo esto, pero ¡en fin! Lo importante de la música son las canciones, y seguir trabajando en eso. Porque esto seguirá cambiando más y más y la tecnología llegará a cambiarlo todo. Lo importante es que la gente se conecte con las canciones; si la gente se conecta, los algoritmos tienen que reaccionar (risas).
—¿Cómo usás las redes sociales? Más allá de tus cuentas oficiales, ¿estás atento a lo que hacen otros usuarios?
—La que más uso, y es la que va a mi teléfono, es Instagram. La manejo yo, pongo mis cosas, la sigo yo. Twitter lo tenía en mi teléfono, luego lo quité, de repente lo veo, pero no estoy tan sumergido en las redes sociales porque de alguna manera la energía me cambia. No me gusta estar todo el día pensando qué hizo otra persona, qué dijo este o el otro. Quiero estar haciendo música y tranquilo. De repente me meto un poco y luego me salgo, no quiero estar todo el día en ese mundo. Puede ser una ventaja o una desventaja, la verdad es que no lo sé, pero no soy el mejor para estar todo el día frente al teléfono poniendo cosas. Si me toca hacerlo, lo hago.
—En Instragram, sobre todo, se muestra un modo de vida siempre feliz, que puede no ser un reflejo de lo que pasa realmente…
—¡Total! Vos estás un viernes en la casa y en Instagram está todo el mundo emparrandado… (risas). Y también veo el estrés que genera en mí, o que genera en mis hijos, estar dos horas ahí, mirando el teléfono. ¡No más! Es una locura que genera adicción, pero al mismo tiempo es súper positivo desde el lado en el que puedo conectarme con mis fans y cómo ayuda en mi música. Eso es súper agradable, es una manera súper directa de llegar a ellos y de que ellos te contacten. Las redes sociales tienen sus pro y sus contra.
—A través de las redes deben llegarte muchas historias de fanáticos de todo el mundo. ¿Hay alguna que te haya impactado más que otra?
–Muchas historias me han llegado. En este momento me viene a la mente una en particular. Es sobre una niña que estaba en Israel y tuvo un accidente fuertísimo que la llevó a estar en coma dos, tres meses. Cuando se despertó en el hospital estaba sonando "A Dios le pido" y esa canción la ayudó a conectarse. Son historias que hay quien dice: "No puede ser verdad". Pero esas personas ¡no pueden estar diciendo mentiras! Realmente pasó, y así muchas historias de gente que estaba enferma y que una canción mía la ayudó de alguna manera. Eso es para mí muy importante. Igual que los fans que te acompañan por el mundo, compran el boleto y llegan a primera fila. Y dices: "No puedo creer, ¡tú no eres de España!". Y te dicen que fueron especialmente hasta allí para verte. Eso me parece súper loco, y es muy bonito también.
—A lo largo de los años, ¿cuál es esa canción tuya que te sigue definiendo?
—Tengo varias canciones que me definen, como "A Dios le pido" o "La camisa negra", pero también "Fuego", "Es por ti". A mí me gusta todo tipo de música, por eso mi música es ecléctica, no solo baladas, sino también música bailable, me gustan el rock, el folk, me gusta experimentar con todo eso. De todas formas no quiero sentir que ya me definí, sino que quiero seguir experimentando y quiero darle vueltas a todo y seguir adelante.
—¿Qué seguís manteniendo de tu época más rockera?
—Nunca me he considerado un rockstar, siempre he sido un amante de la música y he vibrado con distintos tipos de música. Cuando recuerdo épocas en las que tenía 15 o 20 años trato de recordar qué fue lo que me movió a tomar una guitarra y hacer música, cuál fue ese sentimiento, incluso espiritual, de conectarme con la música. La libertad de pensamiento, eso de "yo hago lo que yo quiero, y lo hago porque lo siento, y punto". Me puedo equivocar o no, hacer cosas buenas y malas, pero tengo la certeza de que es lo que yo quiero. Siempre defiendo mis sueños. Eso es algo que, incluso, lo tengo más fuerte que hace unos años.
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