Un programa de televisión argentino que trae a Brian May, el guitarrista de Queen, unos días después del aniversario de la muerte de Freddie Mercury. Un programa de televisión argentino que recrea la final del mundo del Mundial de 1978, con los protagonistas de Argentina y Holanda originales. Un programa de televisión argentino del que Carlos Vives -aún desconocido- es fanático, y donde toca -apenas conocido- un tal Ricky Martin. Un show dominical argentino en el que tocan Kiss, Xuxa, Cindy Lauper, Poison (que sobre el final de show rompe todo), Charly García, León Gieco, Mercedes Sosa, Pappo…
De eso se trata esta historia, de un programa televisivo argentino que hacía 30 puntos de rating y superaba a los programas de los otros cuatro canales de aire sumados entre sí. Un furor impresionante del que, al principio, Marcelo Tinelli no quería ser parte. "Soy alto, flaco, desgarbado, de madera para bailar, encorvado, no sirvo para conducir en un estudio gigante", le dijo a Gustavo Yankelevich cuando se lo propuso, en 1991. Gerardo Sofovich se había ido de Telefe y debían cubrir el espacio que dejaba los domingos a la noche. La idea de Yankelevich era simple: "Un VideoMatch pero en el estudio grande. Pasamos bloopers, algún musical… Vamos a ponerte un auto, un Cadillac, así vos cada tanto te sentás y te sentís protegido, como si ese fuera tu escritorio", le explicó en su momento a Marcelo. El nombre también estaba elegido, lo había tomado de una canción de The Sacados que era un hit por ese entonces. Le gustaba tanto que hasta le había comprado los derechos. Estaba todo decidido: se llamaría Ritmo de la noche y esa canción se convertiría luego en un himno para una generación. Quién no está tarareándola en este minuto: "Ritmo…. Ritmo de la noche…".
Las cosas que pasaría por el programa eran impensadas. Si muchas veces la producción de Bailando por un sueño sorprendió con los invitados que trajo, lo de Ritmo de la noche lo superaba por escándalo. Un ejemplo: año 1994, Argentina queda fuera del mundial y Maradona, suspendido. Lo gana Brasil. La final soñada, Argentina-Brasil, queda trunca. Tinelli dice: "¿Y si la hacemos en nuestro programa?" Un imposible hasta para imaginarlo nomás. ¿No? Más tarde entre estos párrafos veremos si lo logró. Antes, recordemos un poco de qué se trataba el show.
Comenzó el 6 de enero de 1991 en el estudio mayor de Telefe. La tribuna, con más de mil personas, equipada con cotillón de los colores del canal. En medio del estudio, un Cadillac. Junto a Tinelli, al comienzo, un elenco imposibles de olvidar: las T-Nellys, un cuerpo de baile que acompañaba al conductor. Entre ellas, Paula Robles, la segunda mujer de Marcelo. Con ellas se abrazaba en línea y al ritmo de Ritmo de la noche revoleaba las patas para un lado para el otro.
Otro nombre: Lionel Campoy. Nadie lo recuerda así sino con el nombre de su personaje: Boby Goma. Llegó al programa por casting y se volvió un emblema. "Fuimos a un casting, había como 500 personas. Llevamos nuestra rutina. Mi compañero era un científico loco y yo, su creación. Hicimos lo nuestro y nos fuimos, cero expectativa. A los pocos días nos llamaron: nos interesa el de gorrita, o sea yo", recuerda Campoy. Debutó en la primera temporada de Ritmo, en enero de 1991. Fue el primer actor del equipo que no era periodista.
"En el primer programa, lo único que hice fue una pasada barriendo el estudio. Nada más. Y después fui encontrando mi lugar. Tenía muy buen feeling con Marcelo, interactuábamos bien", recuerda Boby, que a través de los cuatro años de programa tuvo participaciones junto a Maradona, con un león del zoológico, con músicos, y hasta grabó un disco y tuvo un muñeco propio (de goma, lógico) que se vendía en todos lados.
Inicialmente, debía durar 12 programas. Sin ir más lejos, el contrato de Marcelo era por tres meses, pero duró 179 emisiones. Terminó porque Tinelli no quería trabajar más todos los días (entre VideoMatch y Ritmo), pero el éxito podría haber continuado. Fue de hecho el programa que convirtió a Tinelli en un conductor para toda la familia. Antes, a la medianoche en VideoMatch, era solo un gran personaje. A partir de los domingos, nació el verdadero amo y señor de la televisión.
El equipo, que fue creciendo y cambiando en sus cuatro temporadas, contaba con el Teto Medina, Gonzalo Bonadeo, Lanchita Bissio, Daniel Jacubovich, Osvaldo Príncipi, Néstor Kot y muchos más. Otro nombre: Marixa Balli. Fue la primera "Diosa del Verano" nombrada por el programa. "Alcancé una popularidad increíble", recuerda ella.
Con el tiempo llegaron tres variables impensadas: primero las giras, luego el fútbol, después el boxeo. Era tal el furor que los productores pensaron lo que piensa todo productor: sacarle el máximo provecho. Armaron entonces giras de Ritmo de la noche por todo el país. El ritmo no era apto cardíacos: hacían VideoMatch en vivo de lunes a jueves, cuando también grababan el del viernes. Luego, salían de gira viernes y sábado, y volvían el domingo para hacer Ritmo. Las giras, además, eran una cosa extraña. Iban por todo el país en un avión Hércules que alquilaban. La escenografía, recuerda Marcelo, dejaba bastante que desear, y los shows no estaban a la altura del programa. Pero el público nunca faltaba y, bueno o malo, era un éxito más.
Por ese entonces comenzaba en Canal 9 un tal Mario Pergolini con Hacelo por mí. Aunque también fue un éxito, no jugaba en la misma liga que Ritmo de la Noche en cuanto a público. ¿Nació ahí la enemistad entre el creador de CQC y Marcelo? Podría ser. Fue ese año, en la segunda temporada, que llegó el boom del fútbol 5. "Estaba convencido de que teníamos que salir con algo grande para arrancar el año. Miré las dimensiones del estudio y dije: 'Acá se puede hacer una cancha de fútbol'. En principio lo pensé para nosotros, un picado, pero después tiré: '¿Y si traemos a Maradona?' Todos me miraron como si estuviera loco. Era el momento en que Diego estaba suspendido, no tenía club. Lo llamé y me dijo que sí. Un par de sábados después ya estábamos en Telefe, midiendo el estudio, para ver cómo instalábamos la cancha", recuerda Tinelli.
La locura pasó a ser un clásico. El programa armó su equipo con Marcelo, el Teto Medina, Bonadeo (al arco) y Lanchita Bissio. Para ese equipo jugó Diego, debutando contra un equipo de músicos (Miguel Mateos, Guillermo Guido, Eddie Sierra y Alberto Tarantini), al que le ganaron 7 a 2, con 5 goles de Maradona.
Obviamente, como todo en el universo Tinelli, la cosa se fue a las nubes. En 1994 pasó entonces el delirio ya mencionado: a Marcelo se le ocurrió hacer en el programa la final Argentina Brasil que no pudo darse en 1994, tras la consagración de Brasil y la eliminación de Argentina. ¿Lo logró? Lo logró. Jugaron Maradona, Goycochea, Burruchaga y Ruggeri contra Dunga, Branco, Bebeto y Taffarel, los flamantes campeones del mundo -unos años antes, incluso, se había replicado la final del 78, con Passarella, Kempes, Gallego, Luque y Houseman, contra los holandeses Krol, Suurbier, Van de Kerkhof y Schrijvers-.
Ese mismo año, el de la final Argentina-Holanda, sucedió otro hito: la pelea de box entre Henry de Ridder (del staff de Ritmo), contra el ultra famoso actor Mickey Rourke. Variaciones impensadas del uno a uno, sin dudas, pero ante todo variaciones impensadas del destino de un conductor que no quería hacerse cargo de esa nave y sin embargo, casi como escupido por el "tiragoma" (un artefacto por el que aparecían los integrantes de Ritmo de la noche -y un invento de Sebastián Borenzstein-), terminó convirtiéndose en la mejor versión de sí mismo.
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