Lizy Tagliani, una aspirante a "Gran Hermano" (Video: Canal 26 / Youtube)
Con el pelo atado, una campera oscura cerrada y dándole la espalda a una pared descascarada, una joven desconocida responde la intriga del periodista: "¿Por qué querés participar de Gran Hermano?". "Porque me gusta la televisión, me gusta actuar", aporta. Y hasta ahí, lo esperable.
Entonces asomó la naturalidad, el carisma, el humor, la historia de superación, la ruptura de prejuicios… "Y bueno, encima soy travesti, sumale eso. Me parece que es la única posibilidad que tengo para demostrar algo", completó la aspirante al reality.
"¿Cuál es la sorpresa que tiene la casa de Gran Hermano, siendo que ya se vio cómo es el juego?", agregó el notero de Canal 26, quizás pretendiendo exhibir cierta picardía, tal vez sin otra intención que la de completar su salida al aire con otra pregunta. Lizy Tagliani tomó aire. Y dijo: "La sorpresa que tie… Yo tengo sorpresa".
Pero esa tarde no la eligieron, y se quedó afuera de la casa más famosa del país, del lado de la pared descascarada, lejos de la pared que iluminan los focos de los estudios de televisión. Porque quienes le tomaron la prueba no advirtieron todo el potencial de aquella aspirante, por entonces una ignota peluquera de la zona sur del Gran Buenos Aires. En aquel 2006 (ese GH comenzó en enero de 2007) no supieron ver que allí, en esa joven del pelo atado y la campera cerrada, se escondía quien unos años después se convertiría en una de las figuras más queridas del país.
Ya pasaron 12 años de aquella edición de Gran Hermano, la cuarta, y una de las más recordadas. Ganada por Marianela Mirra, también contó con las modelos Claudia Ciardone, Griselda Sánchez y Silvina la Profe Scheffler, entre otros veinteañeros que luego llegaron a los medios, con suerte dispar. La final, emitida por Telefe, marcó… ¡50 puntos de rating!
Lejos de los reality shows, hoy el canal apuesta sus fichas a un programa de entretenimientos conocido en todo el mundo: El precio justo. Y lo conducirá una de sus grandes figuras: Tagliani, claro. Porque a esta altura, lo que ya no sorprende de Lizy es su éxito.
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