La televisión de verano suele tener propuestas distintas a la que propone durante la llamada "temporada alta". En este comienzo de año, Telefe, El Trece y El Nueve apostaron, con diferentes estilos, a los ciclos de entretenimientos para la franja de la noche, el "prime time" de la TV.
Leo Montero
El Nueve mantuvo Mejor de Noche, el programa de Leo Montero que entró en su cuarta temporada y es uno de los caballitos de batalla del canal. El conductor interactúa con los participantes en los diferentes juegos, no sólo como maestro de ceremonias, sino cantando, bailando y haciendo todas las gracias que los juegos requieren. El formato es más bien rígido, con dinero en efectivo, y competencias clásicas de los ciclos de entretenimientos.
Luego de 10 años en AM, Montero se alejo del magazine y encontró en este programa una gran oportunidad de mostrarse en otra faceta y se luce en el nuevo rol. El número de rating siempre oscila entre los 2 y los 3 puntos, un muy buen número para las noches del canal que comanda Diego Toni.
Marley
Telefe este verano decidió apostar a Marley, uno de los favoritos del canal, y reciclar Minuto para ganar. El programa, que ya había estado al aire entre el 2011 y el 2013, regresó a la pantalla del canal líder el 14 de enero y ganó su horario con un rating de 13.6, siendo lo más visto del día. El ciclo volvió con los clásicos juegos que se popularizaron en la primera edición, en los cuales los participantes tienen que demostrar su habilidad física y la destreza en algunos juegos. La diferencia con sus competidores es que en Minuto para ganar la gente se gana dinero en efectivo y se lo lleva esa misma noche. No deben competir toda la semana, el premio es instantáneo. También tienen la posibilidad de parar o ir por más dinero, ese es el "gancho" del programa. Todos los juegos hay que hacerlos en 60 segundos.
Marley maneja con toda su gracia este formato, en el cual la tensión es otro punto clave. El conductor tiene la participación justa y de él no depende el desarrollo del programa. Es un clásico ciclo de entretenimientos de formato y también es el más exitoso de los tres que pueblan las noches de la tele.
Guido Kaczka
El Trece también eligió hacer entretenimiento, y Guido Kaczka se puso al frente a un nuevo programa llamado Una noche familiar. El ciclo estrenó "El perro del millón", el juego estrella del programa que se va a resolver el 25 de marzo. En el juego, los perros deben recorrer una distancia, cruzar el agua y llegar a una meta, en el tiempo que la familia participante dice que lo puede lograr. Un juego simple, pero súper efectivo. Visualmente es el programa con más despliegue, porque además cuenta con un clásico segmento de preguntas y respuestas, pero en el cual los que contestan mal se caen en un "pantano" o pileta desde 4 metros y medio de altura. En este caso el ciclo está sostenido sobre los hombros del conductor, que interactúa todo el tiempo, les pide a sus participantes que canten, que cuenten sus habilidades, que hablen de su vida personal, de sus historias de amor, de sus peleas, de todo. Guido hace una especie de talk show con todos los presentes en el estudio. Un recurso efectivo en el cual el conductor saca el actor que lleva adentro.
Guido juega con los perros, con los chicos, no le teme al ridículo, es el anti héroe perfecto y a partir de ese personaje logra atrapar a una audiencia que noche a noche crece. El ciclo es el más largo de los tres y él está casi todo el tiempo en cámara. El día del debut hizo 8.7 de rating, frente a los 13.6 de Minuto para ganar. En la noche del martes 22 de enero, el ciclo de Marley hico 11.1 puntos y Guido 10.2; la diferencia se fue achicando, calentándose de esta manera la competencia entre los dos canales líderes.
Más allá de las diferencias, los tres programas tienen sus seguidores y todos tienen sus diferentes estilos y formatos. El verano invita a la diversión y los juegos, y la televisión se hace eco; por eso en este verano, como nunca antes, el entretenimiento copó las pantallas y los ganadores de esta moda son los televidentes que eligen despejarse un rato viendo juegos a la hora de la cena y antes de dormir.
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