Louta: "Antes de dedicarme a la música estaba desesperanzado, un clásico pibe de 18 que no sabe bien qué hacer"

El joven artista, adorado por los millennials, habla sobre su vida, su carrera y explica cómo logró ser tan exitoso en tan poco tiempo

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Louta, en su encuentro con Teleshow

Escribió en un papel: "Voy a sacar un disco en 2016″. Y lo logró. Su vida se maneja por la Ley de la Atracción (soñar con algo, visualizarlo y conseguirlo). Así es Jaimes James, más conocido como Louta. Con 24 años sigue forjando una carrera que no para de sumar reproducciones en las redes de sus temas y público en sus espectáculos, en presentaciones que sobresalen de la media, con distintas estéticas o escenografías.

Gracias a esto Louta recorrió distintos escenarios de Buenos Aires, se presentó en el último Lollapalooza, también en el Personal Fest 2018, y se ganó el mote de revelación del under. Hoy sigue pisando fuerte. Pero practicando budismo y rodeándose de su familia y amigos, evita creérsela.

—¿Cómo nace el nombre Louta?

—No tiene mucho sentido pero sí tiene como el formato de una marca. Como Nike, ¿entendés? Como una marca, una palabra ¿viste? Es eso un poco, pero no tiene un significado. Armo bastantes palabras así, como sin significado; que sea corto, memorizable.

—Y aparte, es una manera de crear un personaje y resguardar un poco tu identidad.

—Sí, un poco sí. El proyecto tiene un poco eso, de una cuestión ficcional, que igual después todo el tiempo se está mezclando, y es como un vivo que te permite saltar para diferentes lados, como un disparador.

—Empezaste hace muy poquito en esto de la música, tres años atrás.

—Sí. A finales de 2016 salió el primer disco y después todo fue muy rápido. Su ves un poco los movimientos de ahora, de todas las cosas, ya no es tanto como una banda que tarda 10 años en salir del under.

—Pero lograste un reconocimiento y un nivel popular al que no muchos artistas llegan en tan poco tiempo.

—No, claro. Eso esta buenísimo. Y después también es un poco la pregunta que uno se hace: "Bueno, ¿ahora qué hacemos?". Y es el espíritu de desafiarse un poco todo el tiempo.

—¿La vara se pone más alta?

—Eso también. Pero me parece que está bueno no perder el contacto de uno con la creatividad. Hay un montón de cosas logísticas que resolver, pero lo fundamental es lo que uno está decidido a generar.

—¿Que buscás transmitir?

—Me gusta generar algo que tenga fuerza, potencia y que sea distinto, pero no como buscando una originalidad. a ver cuán original se puede ser, sino como que a uno le dé la sensación de que puede haber otra cosa.

—Antes de arrancar en este proyecto con la música, ¿tenías una vida estructurada?

—No. Antes de empezar con la música yo estaba particularmente desesperanzado con todo, en general, como un clásico pibe de 18 que no sabe bien qué hacer. Venís de la secundaria, recontra sabes lo que querés, pero después, cuando tenés que decidir no sabés bien qué, o qué carajo con tus viejos, o qué hacer, si laburar o no. Me empecé a enroscar, sin encontrar una forma de vivir que me convenza. Pero después tomé la decisión de sacar un disco y eso me permitió como generar otra cosa.

—En ese momento de desesperanza, ¿qué te pasaba?

—Es difícil, es como no poder encontrar un formato de vida que te cierre. Y no digo que ya lo solucioné. Me parece que es un desafío lo que uno quiere generar.

—¿Te referís a un estilo de vida lineal: ir al colegio, estudiar, casarse…?

—No, no, como lo profundo… ¿Para qué estoy generando lo que genero? Uno no se lo pregunta todos los días, pero una vez por semana, por mes, una vez por año: en un momento uno se pregunta qué quiere generar. Es como una intuición: cada persona tiene una misión.

—Me llamó mucho la atención de que vos escribiste en un papelito: "En  2016 saco un disco". Dicho y hecho. ¿Te pasó así?

—Sí, un poco sí. Es que la fuerza de determinación del ser humano es infinita. La Tierra es una pelota gigante pero está delimitada, es un territorio, la sociedad y el mundo están de una manera porque así es cómo lo decide el ser humano. Y si hay problemas, pasa todo lo que pasa, es porque el ser humano todavía tiene que decidir que sea de otra manera.

—Además del disco, ¿te pasó haber soñado con otra cosa, y haberla cumplido?

—Sí. Lo empecé a entender como una forma de vivir. Tampoco como un súper poder, sino a través del esfuerzo y de poder profundizar. Lo que me parece clave es que cada persona entienda que su decisión es fundamental para la sociedad en la que vivimos. Sobre todo los jóvenes, con el papel protagónico que tienen: están generando la sociedad que viene.

—¿En qué te cambió ser conocido, que te pidan fotos, tener tantos seguidores en Instagram?

—No me cambió tanto: lo llevo con tranquilidad. No me híper expongo, ni tampoco soy el re paranoico, ¿viste?, como que tranca. Ahora tuve que ir a trabajar a Mar del Plata y me sorprendió que me pidieran fotos en un evento. Todo el tiempo me pedían fotos. Antes no me pedían tantas. Eso es lo que estoy descubriendo ahora.

—Y con el tiempo habrá más.

—No me molesta sacarme fotos, pero por un lado decís: "¿Qué onda esto de las fotos?". Y por otro lado, también es lindo. "Che, se está moviendo la música que hago, está bueno". Algo muy gracioso es que muchas veces la foto está antes del saludo: te hablan, foto y se van.

—¿Y tu familia, tus amigos, cómo lo viven?

—Mis viejos no fueron figuras públicas pero estuvieron en el teatro, en la movida. Y tengo muchos amigos que todo el tiempo me descansan, me joden con todo, lo cual es híper sano porque hace que uno se ría de uno mismo.  Tenés diez al lado y te dicen: "¡Espectacular, espectacular!". Y después te dicen: "No loco, sos un boludo, sos un boludo". Y como que estás todo el tiempo en esa contradicción. Pero cuando tenés uno al lado que te dice: "Che, sos un personaje", te podes reír de eso y suavizar todo. Y también entender la verdadera: a quién sí le importas, a quién no tanto, quién tira un comentario a la pasada.

—¿Te ayuda algún psicólogo? ¿Hacés yoga, meditación?

—Sí, practico el budismo de la Soka Gakkai, que es un budismo, que la práctica consiste en repetir Nam Myōhō Renge Kyō, lo que permite extraer el máximo potencial de cada ser humano.Y la organización Soka Gakkai tiene como objetivo profundizar y fomentar la paz, la cultura y la educación. Es espectacular. Habla del rol protagónico de los jóvenes para generar una nueva sociedad. Ahora, con Adolfo Pérez Esquivel, que es Premio Nobel de la Paz argentino, hicieron juntos un llamamiento a la juventud donde habla de eso, de que los jóvenes tomen ese rol protagónico de la sociedad para generar una nueva era y poder ver de frente los problemas concretos del lugar dónde estamos, y generar eso.

—¿Esa práctica la hacés muy seguido en el día?

—Dos veces por día, a la mañana y a la tardecita, a la noche. Esa práctica me permitió sacar el disco. Y entender esto de que yo podía determinar cómo quería que sea mi vida, porque las circunstancias en un momento te están liquidando, y también la importancia de ver cuán grosa es la decisión de una persona para transformar la sociedad, cómo la revolución humana de una sola persona puede generar un cambio en el destino de una Nación.

—¿Dónde te pueden ir a ver?

—El 24 vamos a estar en el FIBA, en el Abasto, que va a tener un montón de movida, de jóvenes, un montón de teatro, y nosotros vamos a estar abriéndolo a las 7 de la tarde, el 24. Y después hay un montón de shows: tenemos una gira por Chile, México, vamos a estar en el festival Buena Vibra. Ahora  tenemos un show en Mar del Plata. En Instagram pueden ver todos los miles de shows; ahí los voy pasando.

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