Del flechazo de amor a un hijo que su papá casi no vio: la historia de Diego Maradona y Verónica Ojeda

Se conocieron en el 2005 en un casamiento en Villa Fiorito y durante los siguientes ocho años no se separaron, aún con la disconformidad de Dalma y Gianinna. Se separaron cuando ella estaba embarazada y ahora su hijo los reencontró

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Todo en la vida de Diego Maradona está lleno de contrastes y como no podía ser de otra manera, su historia de amor (odio) con Verónica Ojeda, también. En 14 años el ex futbolista y su ex novia pasaron de todo: amor incondicional, internaciones, embarazos perdidos, el nacimiento de Dieguito Fernando, separación, nuevos amores, abandono y mensajes sin responder y reencuentro.

Flechazo y vuelta al barrio

Verónica y Maradona se conocieron en el 2005, en el casamiento de unos amigos en común. El flechazo fue instantáneo, bailaron y charlaron toda la noche, sin prestarle atención a los novios. Semanas después él ya estaba en la mesa familiar de ella, en Villa Fiorito.

Durante el tiempo que estuvieron juntos, ella mantuvo un perfil super bajo e intentó llevarlo a él por ese camino: "Mi vida era él y todo el mundo sabe cómo estaba Diego. Cambió un montón, era casero y no salía para nada. Cuando lo conocí salía todas las noches", dijo alguna vez.

Se los vio muy pocas veces juntos, recién en el mundial de Sudáfrica 2010, cuando él era director técnico de la Selección, a ella se le pudo conocer un poco más la cara. Sin embargo, durante los ocho años que duró la relación, reinó el hermetismo.

Ojeda acompañó al ídolo futbolístico en cinco internaciones, varias de ellas duraron meses e incluyeron afecciones cardíacas, pulmonares, problemas con el exceso de peso, cólicos renales y hasta una mordida de perro.

Maradona tuvo muchas mujeres, pero Ojeda fue la primera con la que vivió una relación larga, como lo había hecho con Claudia Villafañe. Por celos o por incondicionalidad a su mamá, fue en este período en el comenzó el alejamiento de Dalma y Gianinna con su papá.

Es que hasta ese entonces él había estado con muchas personas, pero ninguna se había llevado el título de "mujer y compañera" que Claudia había dejado vacante.

En el 2009 la profesora de educación física quedó embarazada por primera  vez, pero a los cuatro meses perdió al bebé. A diferencia de lo que ocurriría años más tarde, apenas supo lo que pasaba, el Diez que estaba en San Juan se tomó un avión para acompañarla.

La llegada de Dieguito Fernando, en medio de la tormenta

En el 2012 Ojeda anunció su embarazo y generó el descontento de las hijas de él, Dalma y Gianinna, las únicas reconocidas hasta ese momento (Diego Junior aún reclamaba el apellido y Jana era un misterio): "A Diego no le gustó cuando le dije que estaba embarazada. Se fue a Dubai enojado. No estaba alegre. Me abandonó y se fue", dijo recién un año después.

El 14 de febrero del 2013, días antes de lo previsto, Verónica Ojeda dio a luz a Dieguito Fernando. El pequeño pesó 3,200 y la ausencia de su papá ya se notaba desde ese entonces. El ex futbolista estaba desde hacía unos meses trabajando como embajador deportivo en Dubai. Recién conoció a su bebé tiempo después, acompañado de Rocío Oliva.

En el 2014, en un fugaz reencuentro en Buenos Aires, en un paréntesis en la relación entre Maradona y su última novia, Ojeda volvió a quedar embarazada y a las 14 semanas perdió a su bebé.

Sin Diego Maradona, Ojeda y Dieguito cerca de Gianinna y de Diego Junior

En abril del 2016 Dieguito Fernando fue opereado, lo sometieorn a una hidrocelectomia y para desilusión de su mamá, el papá del nene no apareció ni llamó: "Diego está al tanto de la operación, se lo dije a Matías Morla el sábado cuando me enteré y creo que él se lo dijo el miércoles pero no llamó para nada, en absoluto. No se comunicó para nada".

En ese momento, Gianinna y Claudia sí se habían acercado a Ojeda, preocupadas por la salud del pequeño.

Dieguito jugando en la casa de Gianinna
Dieguito jugando en la casa de Gianinna

Meses más tarde el pequeño fue bautizado y nuevamente la ausencia del Diez fue el titular.  Abierta a ensamblar la familia, la rubia invitó a las hermanas de su hijo a la ceremonia y Gianinna asistió. Incluso por esa época el nene fue a jugar con su sobrino Benjamín Agüero, a la casa de su media hermana.

Ese año, Ojeda también se acercó mucho a Diego Junior, el hijo que Maradona tuvo en Nápole con  Cristiana Sinagra en 1986 y que aún no había reconocido. En su paso por la Argentina, el joven italiano se mostró muy cerca de la ex de su papá y de su hermanito.

Ellos no eran los únicos que reconocían a Dieguito. También así lo hacía Don Diego, que desde el primer momento estuvo con su nieto, lo visitaba y asistía a sus cumpleaños, cosa que el ex futbolista no.

Reencuentro, ¿esperado?

Diego Maradona vino de México a Buenos Aires para las Fiestas con su relación con Rocío Oliva ya terminada. Recién varios días después de estar en la Argentina, fue a visitar a Dieguito Fernando.

El ídolo y su hijo más chico se reencontraron el 2 de enero: "Papá, cómo te extrañé, te amo", le dijo el pequeño, después de meses sin verse. Hasta habían pasado el último cumpleaños del Diez separados y el nene le mandó un tierno mensaje por las redes. Días más tarde se volvieron a ver, sin Ojeda, en el bautismo de Diego Matías el bebé de Diego Junior y hasta hay una foto de los cuatro Diegos juntos.

La semana pasada se difundió una imagen de un nuevo encuentro, pero esta vez era diferente: Ojeda estaba presente. En este punto es importante destacar que las veces anteriores era el hermano de la rubia o sus padres eran quienes intercedían en los encuentros para que ellos no se cruzaran.

De inmediato se hicieron fuertes los rumores de reconciliación: "Verónica está acá como madre de Dieguito. La relación murió también", dijo en Intrusos el director técnico de Dorados de Sinaloa: "Cuando tenga vacaciones o cuando la terapeuta me diga que Dieguito preguntó por el padre, hablo por teléfono y le digo que se tome el primer avión. A mi hijo no me lo sacan de al lado mío ni con la orden de (el juez Norberto) Oyarbide. No hay nadie que se interponga.  Pero eso no quiere decir que dentro de un mes y medio él diga que quiere ver al padre. ¿Vos te creés que algún piojo resucitado me va a poder frenar a que yo me lleve a Verónica, a mi hijo y a la fisioterapeuta a México?".

Sea solo por el hijo que tienen en común o por hacerle honor al dicho que reza que "donde hubo fuego, cenizas quedan", Maradona y Ojeda están más cerca que nunca, o al menos hasta el miércoles que él regrese a México. Amores, embarazos perdidos, abogados, abandono y llamados sin contestar… muchas cosas pasaron desde su separación hasta hoy, que la vida los vuelve en encontrar. Esta nueva unión, ¿será definitiva?

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