"Fue un boom hace siete años", recuerda Marley sobre la primera emisión de Minuto para ganar que invitaba a realizar juegos de habilidad y destreza con elementos muy simples, e invitaba al desafío en todos los hogares. "Está buenísimo eso de reunión familiar y poder jugar a las cosas que ves en la tele", agrega el conductor, feliz con el programa que en esta oportunidad entrega hasta un millón de pesos.
"Yo no nací con mucha habilidad, lo intento y alguno que otro me sale de casualidad, pero algunos son complicados", dice entre risas el papá de Mirko, quien sí reconoce ser talentoso para todo lo referente a la comunicación. "En la escuela me iba muy bien en lo que era hablar, y si había un examen que era oral podía pasar al frente y hablaba y hablaba y hablaba… Por más que no supiera bien, podía zafar. Lo que sí, en Educación Física y todo eso, me iba pésimo".
—¿Cómo papá en qué decís: "En esto soy un 10 y acá no soy habilidoso"?
—Me ocupo de todo, no tengo problemas con nada, soy de cambiar pañales, pasé todas las etapas. Por supuesto que tengo ayuda porque grabando es imposible hacerlo solo, pero me encanta jugar con él y la paso bien. Por el momento vamos bien en todos los pasos. Sí soy de preocuparme por demás de algunas cosas. El otro día veía que tenía unas ronchas y al principio dije: "No, es una picadura de mosquito y después se le multiplicaron". Y llamé al médico. Quizás soy un poquito exagerado".
—Mirko ya tiene 14 meses, ¿te encontraste con el papá que te imaginaste que ibas a ser o te sorprendiste?
—Me sorprendo porque quizás lo que más me costaba era al principio. cuando nació. Yo siempre fui como de acostarme súper tarde y de despertarme tardísimo y de dormir un montón, y ahora ya no duermo tanto. Te cambia algo, hay algo en el cuerpo que estás atento todo el tiempo a todo, y creo que eso es al principio. ¿Viste cuando dicen que ellos no duermen nada? Me despertaba cada hora y media. No pensaba que podía hacer esas cosas, por lo profundo que yo dormía siempre.
—¿Y ahora Mirko duerme en su habitación o se pasa?
—Ahora en las vacaciones sí, me lo llevo a dormir conmigo, pero como a veces llego a unas horas tarde y ya está durmiendo, entonces tiene una cuna divina que le regaló Susana (Giménez), y duerme ahí, en su cuarto. Aparte él pide ir ahí porque está acostumbrado. Cuando está cansado te va llevando para su cuarto, te empieza a mirar y agarra un pañuelo y se lo pone en la cara; le agarra sueño, y ya te lleva para su cuarto porque quiere ir a dormir.
—Hace poquito tuvimos oportunidad de hacer una entrevista con el directivo Darío Turovelzky y le pregunté si ya lo había firmado a Mirko para Telefe. Me dijo que no, que estaban en negociaciones, pero que vuelve a irse de viaje con vos…
—Sí, obviamente: no hay ningún contrato (risas). Estamos ahí, viendo cuándo hacemos el programa y todo eso, pero sí, está la intención de ambas partes de hacerlo.
—¿Tenés ganas de un hermanito o hermanita para Mirko?
—Sí, me dan ganas. Lo que pasa es que estoy estudiando bien a ver cómo hago, porque es un proceso que va de un año y medio a dos años, no es una cosa instantánea. Es una decisión fuerte, un cambio de vida intenso; lo quiero hacer cuando esté bien seguro. En esta etapa que mi hijo empezó a caminar y requiere mucha atención, hay que estar muy atrás de él, porque camina pero se cae. Tenés que estar muy atento todo el tiempo. No me quiero imaginar cuando sea Por el mundo en esta nueva etapa porque no es como el año pasado, que me lo ponía a upa y se dormía. Ahora va caminando por los pasillos.
—Pero en algún momento va a llegar el hermanito o la hermanita para Mirko.
—Sí, aparte lo crucé a Rodolfo Barili en un evento y vino con Cristina Pérez, y él me dice, directamente: "Tenés que tener un hermanito, porque yo tengo dos hijos y se acompañan muchísimo. La realidad es que los padres en un momento nos vamos y se necesitan los hermanos, es una relación que queda para siempre". Y me dejó como pensando…
—Te cambio de tema. ¿Cómo ves la tele que tenemos?
—Fue un año maravilloso en contenidos, hubo muy buenas ficciones, muy buenos programas de entretenimientos. La Voz Argentina fue una bomba. Y el país sigue produciendo muy buena televisión en comparación a otras partes del mundo: sigue siendo más entretenida que la de Europa, por ejemplo. Tiene un ritmo que es bastante incomparable, que tiene que ver con los estilos de conducción y con las temáticas de las ficciones que tenemos acá. Es un país que tiene buena televisión.
—¿Todavía te divertís haciendo lo que hacés? ¿La pasás bien?
—Sí. Si no me divertiría, directamente no lo haría.
—Trabajar en lo que a uno le gusta es una fortuna enorme.
—Obvio, no estaría acá si fuera un sacrificio. Me hace bien hacer lo que hago y me divierto, por eso lo hago.
—Es un momento donde uno necesita despejarse un poco porque la realidad es muy abrumadora.
—Sí, aparte el entretenimiento siempre es bueno y la realidad es abrumadora siempre en Argentina. Hay entretenimiento y espectáculos, y programas como La Voz Argentina tienen esa cosa de acompañar en los momentos difíciles.
—En La Voz se veían algunas historias de vida tremendas. ¿Qué te pasa como conductor con eso?
—Es más difícil todavía porque en Operación Triunfo o en otros programas que he hecho se anotaban y ya sabíamos la historia. Pero en La Voz Argentina la historia la sé yo, nadie más: los cuatro coachs no la saben y están dados vueltas. Yo estoy con la familia y me pongo nervioso y ansioso porque se den vuelta (los coachs), pero ellos no se dan vuelta a veces porque no tienen idea la historia y están simplemente evaluando la voz. Eso es lo que me parece tan genial del formato.
—Y te debe pasar con los participantes de Minuto para ganar: querer ayudarlos, querer que ganen.
—Obvio, obvio. Cuando ves que alguien es muy humilde o que necesitan realmente la plata, lo querés ayudar para que suceda.
—¿Voy a ver lindas cosas en Minuto para ganar?
—Sí, muy lindas historias. El programa está muy divertido y la gente está muy preparada: se nota que están preparando los juegos porque se están llevando un montón de plata.
—¿Qué es lo que no te voy a ver haciendo nunca en televisión?
—Supongo que programas de política porque no es mi rubro y no entiendo mucho, ni trato de entender, ni saber. Entonces no es algo en lo que esté cómodo, pero me gustan los periodísticos, como hice programa biográficos y demás. Pero no me imagino nunca en un programa de política.
—¿Estás viendo mucho infantil con Mirko?
—Sí, ya me sé todas las canciones infantiles. No estamos ahí, todo el tiempo prendidos a la tele; pero cuando le prendés, se queda hipnotizado.
—Se viene un gran año, un 2019 con muchísimo trabajo y con un bebé divino.
—Sí, la verdad que sí. Ahora estamos con Minuto, después Por el mundo y después volvería La voz. Así que un gran año.
—¿Parás en algún momento o no parás nunca?
—Mi idea es irme de a pedacitos a Pinamar; me imagino un rato con el bebé.
—Con el bebé y con el perro,
—El perro ya está en Pinamar. Se fue hace poquito, era mucho entre el bebé, el perro, todo; si lloraba en el viaje se le tiraba encima a mi hijo. Entonces preferí que al perro ya lo llevarán y yo en estos días voy a Pinamar.
—Todos tienen sus redes sociales, ¿lo manejas vos todo?
—Sí, sí, sí. Bayle tiene como 260 mil seguidores, no imaginé nunca que un perro…
—Cuando tengas el hermanito o la hermanita para Mirko ya es una cuarta cuenta
— Sí, me voy a volver loco (risas). Aparte le contesto yo mismo a Mirko, Mirko le contesta al perro, yo le contesto al perro, soy como un esquizofrénico.
— Sí podés pedir un deseo para el 2019 ¿qué pedís?
—Que salga adelante el país, obviamente, eso sería lo mejor que nos puede pasar en el 2019, sería bueno que todo se acomode y que funcione bien para la mayoría de los argentinos.