Raúl Porchetto habló de la reedición en vinilo de su álbum "Metegol": "Fue un disco bisagra"

El músico comentó sus sensaciones luego de que el Instituto Nacional de la Música presentara el material rescatado. "Hay que partir siempre de la obra y eso es lo que le digo a la gente joven", afirmó en diálogo con Infobae

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Raúl Porchetto, micrófono en mano, junto a Pablo Guyot, Alfredo Toth y Diego Boris (INAMU)
Raúl Porchetto, micrófono en mano, junto a Pablo Guyot, Alfredo Toth y Diego Boris (INAMU)

El Instituto Nacional de la Música (INAMU) presentó la reedición remasterizada del disco Metegol, uno de los álbumes más emblemáticos de Raúl Porchetto, que pertenece al catálogo recuperado de Music Hall.

En diálogo con Infobae, el músico manifestó sus sensaciones, recordó cómo fue la grabación del trabajo editado en 1980, habló de la importancia de que los discos pasen a manos de los artistas y se refirió al rock argentino actual.

-¿Qué significa para vos que se haya reeditado Metegol?

-Para mí es muy lindo porque es un reconocimiento a un disco que me parece que fue importante. Es un reconocimiento del Instituto Nacional de la Música (INAMU) porque si no todo eso se hubiera perdido. Nosotros no cobramos regalías desde el año '82 nunca más. Y eso se seguía vendiendo por algún lado. Que se haya reeditado para mí es muy importante porque me parece que fue, con toda la subjetividad que pueda tener lo que digo, un disco bisagra. Se comenzaba una nueva era.

Que se haya reeditado para mí es muy importante

Diego Boris (presidente del INAMU) dijo que es un disco del futuro y me gustó. Trabajamos muchos meses desde un lugar diferente, tratando de buscar la sonoridad que yo pretendía.

Músicos muy conocidos venían a la grabación, nos venían a ver tocar y estaban impresionados. Muchos me declararon que los influenció mucho ese disco, como Televisión, y algunos me dijeron que hasta ampliaron muchas de esas cosas para utilizar, cosa que me puso muy feliz.

La portada de Metegol (INAMU)
La portada de Metegol (INAMU)

-Mucha agua pasó debajo del puente desde el '80 -año en que salió Metegol– hasta hoy pero uno escucha el álbum y suena muy actual. ¿Te pasa lo mismo a vos?

-Sí, pasó mucha agua debajo del puente pero creo que cuando uno logra algo interesante es totalmente atemporal y eso me pasa con los grandes discos de la gente que admiro. No son nuevos ni viejos, son grandes discos.

Yo escucho hoy Strawberry Fields Forever, de Los Beatles, y me parece que es lo más avanzado que escuché. Todavía no encuentro nadie moderno que pueda equilibrar eso. Creo que, en cierta manera, Metegol es un disco atemporal y aparte suena muy bien la masterización. Fue excelente. Así que me parece que se da una sinergia con un montón de elementos que me parece que es contemporáneo.

-El Instituto Nacional de la Música reeditó muchos discos en los últimos años. Que los mismos pasen a manos de los verdaderos dueños, los artistas, es todo un logro que ustedes los músicos celebran, ¿verdad?

-La decisión de recuperar este catálogo es maravilloso. Que pase de Piazzolla a Gieco, García, Cantilo, a toda la gente que integramos ese catálogo, me parece fantástico. Los verdaderos dueños siempre son los artistas y después viene la comercialización.

Hay que partir siempre de la obra y eso es lo que le digo a la gente joven. Que primero produzcan un hecho artístico y después vean el marketing que le hacen, cómo se venden en el buen sentido, cómo se muestran, cómo entran a las redes, a tocar, a la sonoridad, a ensayar, a buscar la excelencia…

Hay que partir siempre de la obra

Pero primero hay que tener el hecho artístico porque si no se está jugando con algo que es inexistente. Es una fantasía jugar a ser músico, creador, artista, poeta. Uno tiene que producir verdaderamente una acción artística y, desde allí, seguramente va a haber respuesta. Más en tiempos donde lo sensible hace falta tanto.

Pareciera que el mercado prima la vida y la existencia de los seres humanos hablando desde el punto de vista de lo económico, que pareciera que es lo único que existe y que es lo que genera la vida. Me parece que es al revés: se empieza desde otros lados y esas son consecuencias, pequeñas consecuencias de grandes acciones de otro tipo que hace el ser humano.

Foto especial incluida sólo en la reedición (INAMU)
Foto especial incluida sólo en la reedición (INAMU)

-Estas reediciones también permiten que muchos jóvenes puedan acceder a esas obras que quizás no hubieran podido si no existía todo este trabajo del INAMU. Me imagino que eso también te debe poner muy feliz.

-Que la gente joven pueda acceder a partir de las reediciones me parece que es fundamental. Es una sinergia que se hace del pasado y el presente y que las generaciones nuevas tengan de repente esa información para saber cómo se hizo, quiénes las hicieron, cómo desde algún punto nuevos creadores pueden anclarse para ser disparadores ellos de nuevas cosas.

Es fundamental y por eso la obra del INAMU es inimaginable. Los artistas podemos entender eso y aparte es una acción federal. Ese federalismo nos va a enriquecer a todos. Se genera realmente un salto cuántico hacia otros lugares.

Todavía sigo con esa fiebre como cuando comencé. Esa fiebre por mostrar la poesía y la música que uno está haciendo y compartirlo con la gente

-Antes de la entrevista me decías que estabas por ir a grabar. ¿Qué nos podés contar? ¿Se vienen cosas nuevas para 2019?

-Sí, son unos videitos. Acabo de sacar dos álbumes: mi primer álbum en vivo en toda mi carrera, que se llama Concierto Mágico, grabado en el Coliseo; y después Sombras en el Cielo. A esos dos álbumes, que quiero mucho y me gustan, estamos tratando de apoyarlos de una forma independiente, peleándola desde ese lugar.

No es fácil, cuesta mucho pero todavía sigo con esa fiebre como cuando comencé. Esa fiebre por mostrar la poesía y la música que uno está haciendo y compartirlo con la gente. Hasta ahora el recibimiento ha sido fantástico y eso me alimenta después de tantos años: 48 de carrera profesional más otros tantos de músico. Empecé a los 9 años estudiando guitarra así que llevo mucho tiempo en lo que es el lenguaje mío en esta vida. A partir de ahí, está toda la ilusión metida en ese lugar.

Son puntualmente unos videitos para difundir lo que estamos haciendo. Es difícil encontrar lugares y espacios para que te difundan, para que la gente tenga acceso. Después, si le gusta o no le gusta, es otra acción.

Raúl Porchetto (INAMU)
Raúl Porchetto (INAMU)

-La última pregunta tiene que ver con la escena musical actual en la Argentina. ¿Cómo ves el rock nacional de hoy? ¿Pensás que se está dando una etapa de renovación? ¿Qué bandas que están apareciendo te gustan?

-Creo que el rock tiene esa magia. Siempre lo entendí como una trova y esta trova argentina llamada rock nacional ha tenido diferentes períodos y me parece que se está recuperando, tratando de darse cuenta de la excelencia.

Hay bandas que están sonando fantásticas. Hay músicos que están realmente alcanzando así como una maestría buenísima y creo que se está volviendo a pensar en la poesía. Algo fundamental que es lo que termina de cerrar el círculo sobre una obra determinada. Hay muchos. Yo por ejemplo en el último disco estuve grabando con Gaby Pedernera, de Eruca Sativa, una banda re potente. Después está Federico Gamba, que es un gran músico que viene de una mixtura de raíces del folklore y que es sorprendente. También lo tomo a Raly Barrionuevo, que es alguien ya reconocido y veo mucha similitud entre lo que hace Raly con el principio del rock acústico desde esa magia, esa transparencia.

Lo que importa siempre es el hecho artístico y, a partir de ahí, la riqueza que pueda surgir y el animarse a no tener pautas

Lo que importa siempre es el hecho artístico y, a partir de ahí, la riqueza que pueda surgir y el animarse a no tener pautas. Eso es lo que no tiene que perderse y eso es lo que hizo rico al rock argentino porque uno piensa y dice: ¿En qué se parece Spinetta a Charly? Y, sin embargo, nadie duda de que estamos hablando del mismo rock argentino. O así sumale a Cerati, León Gieco, Pappo o Fito Páez. Todos los grandes, toda la gente que uno admira.

De repente no hay parecidos en su poesía, en su rítmica, mismo en su armonía, en su concepto estético y, sin embargo, no hay dudas de que pertenecen al ADN del rock argentino. Y eso es lo que da: esa pauta de no tener pauta, de lanzarse al universo creativo, sin vergüenza y con honestidad e integridad. Eso es lo que ha hecho y hará la diferencia.

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