Brenda Asnicar y su entrevista con Teleshow
Once años atrás, Brenda Asnicar saltaba a la popularidad con su participación en Patito Feo, la serie juvenil de enorme éxito en esa época. Lideraba las divinas, mientras Laura Esquivel era una de las populares. Su nombre quedó instalado en la mente de todos los adolescentes. Y a partir de ese momento, su vida cambió rotundamente.
En 2013 continuó su carrera en el exterior: se fue a Colombia para interpretar el rol principal en la serie Cumbia Ninja. Y no regresó hasta este año. Sucede que la actriz encontró una vida espiritual más tranquila en el país vecino. Y además, en Cali encontró el amor.
Hoy, a Brenda se le presenta otra gran oportunidad: será la protagonista de la serie sobre la vida de Miriam Alejandra Bianchi, más conocida como Gilda. Con una primera temporada de 13 capítulos, la biopic de la cantante tropical estará producida por Netflix y Telefe. Y con ella, once años después de su consagración como una divina, Asnicar se convertirá en popular.
—¿Cómo surge la serie sobre Gilda?
—Se llama Amar es un milagro, y cuenta más en profundidad lo que se vio en la película (de Natalia Oreiro). En la película se contó mucho la perspectiva de lo que era la vida de Gilda, y en la serie se va a contar el mundo de Gilda, el mundo de la cumbia, cómo fue para ella llegar. Y la perspectiva de otros personajes, tanto de la gente que la conocía como de la gente que no se contó en la peli. Es muy interesante, está muy bueno.
—¿Cómo te llegó el guión?
—Fue el año pasado. Yo estaba en Colombia y me llamaron diciéndome que como Natalia no iba a hacer la serie, estaban buscando una Gilda. Entonces dije: "Ok, esperen un segundo… Yo sueño con esto desde que tengo 16 años, no puede ser". Hablé con Benjamín Ávila, que es un director impresionante, ganó un montón de premios con Infancia clandestina, lo admiro demasiado. Me contó que Gilda esto, que Gilda lo otro, que querían hacer la serie, etcétera, etcétera. Corté el teléfono y dije: "Si esto pasa, ya me puedo retirar". ¿Qué más podés pedirle al mundo que interpretar a Gilda en una serie?
—Vos, frente al espejo: ¿cómo fue ese momento?
—Fue un audio, grabé en el estudio, tengo un estudio en mi casa que es un home studio donde tengo una placa de audio, un micrófono, una computadora y hago todo ahí. A veces maqueteo ideas y cosas y después las trabajo en estudio con productores pero bueno, tengo ese espacio donde puedo hacer música. Y le grabé esa canción y se la mandé y fue como, me dijo guau, que increíble, yo no sé nada de canto me dice, pero le mostré acá a Lorena Muñoz –que fue la directora de la película. Que le mando un saludo, es increíble, muy talentosa- y me dijo guau, que increíble. Entonces bueno, cuándo nos vemos en Argentina. Y me vine para Argentina, hicimos una semana de pruebas.
—¿Las pruebas cómo eran?
—Me prepararon para un día de rodaje que iba a consistir en escenas y en un videoclip, y también grabé una canción. Entonces, un día fue en el estudio grabando música; otro día fue lookeo total con Alberto Moccia, un capo de la caracterización, fue el mismo que trabajó con Natalia en la película. Me cortaron el pelo, me lo tiñeron de negro, me sacaron la mitad de las cejas y me maquillaron. Y después de eso tuve la preparación con una coreógrafa. Es casi el mismo equipo que laburó con Natalia. Y finalmente hicimos esa semana de rodaje y fue muy emocionante para mí: a pesar de que era un casting, yo sentía que era cada vez más real. Terminamos ese día de rodaje y me regalaron un ramo de flores hermoso: fue como un sí.
—¿El casting lo hicieron otras actrices?
—Me parece que yo fui la única. Fue en diciembre del año pasado. Y desde entonces estoy como una obsesiva loca trabajando en el personaje, tratando de investigar un poquito más de lo que era ella porque yo también conozco mucho su carrera como artista, pero no conocía tanto su historia de vida a pesar de lo que vi en la peli.
—¿Miraste entrevistas en YouTube, algún testimonio?
—Me di cuenta de que me hizo muy bien conocer a su familia, a su hijo, y acercarme un poco más a los que realmente se criaron con ella. Tuve la chance de conocer a sus amigas y es como que dije: "¡Guau!, necesitamos tomarnos un mate y que me cuentes más en profundidad". Todos hablan de su extremo amor y su luminosidad.
—¿Vas a vivir en la Argentina hasta que finalice la serie?
—Sí. Seguramente a principios de 2019 ya voy a estar viviendo acá. Igual, creo que nunca me fui: como me casé y me fui a vivir a Colombia, estoy como yendo y viniendo todo el tiempo. A pesar de que amo Colombia, dejás el corazón y siempre querés volver. Extraño mucho Argentina. O sea me pasa que Argentina es demasiado hermosa, Buenos Aires es impresionante, la ciudad es hermosa. Y todos mis amigos, mi familia está acá. Así que volver para mí es una bendición.
—¿Cómo llega esta nueva Brenda?
—Estoy como en un renacer. En Colombia, estando lejos de todo, volví a encontrarme conmigo. Cuando estás solo te das cuenta de quién sos, de tus miedos, de tus ganas. Rechacé trabajos que venían en forma de telenovela, o trataba mucho de fijarme en qué personajes iba a hacer. Y de repente era: "Bueno, listo, voy a hacerlo. Ok. ¿Y tiene escenas muy sexies?". "Sí, bueno, tenemos escenas…". "Bueno, entonces no, gracias".
—¿Por qué? ¿Te daba vergüenza? ¿No te gustaba hacer esas escenas?
—A veces las escenas de sexo o no tienen sentido. O sea, ¿por qué estás mostrando a una mujer desnuda a las 4 de la tarde, en donde solo se desnuda la mujer y no se desnuda el hombre? Quise dejar de formar parte de situaciones en las que no me siento cómoda. A la hora de hacer un rodaje no es copado… Ves Games of Thrones y sale Daenerys prendida fuego desnuda con los dragones, y bueno, tiene todo el sentido. Pero como ya hoy está tan bastardeado el hecho de contar porque sí una escena de sexo, decidí dejar de hacer eso como en otras oportunidades tenía escenitas románticas. Y todo bien, pero después dije: "No la paso bien, no me gusta".
—¿Qué es lo mas difícil de esta carrera?
—Es muy complicado. Hay muchos artistas que se pasan toda una vida trabajando para poder lograr cosas, y a veces es muy frustrante… A mi tía, por ejemplo, le encanta actuar y bailar tango; entonces escribió una obra de teatro que se llama Milongueras pretensiones, y hace su obra y la tira, y le encanta y es feliz, y nadie le dice lo que tiene que hacer. Entonces el actor muchas veces toma el rol de esperar a que lo llamen, y yo decidí no esperar. Decidí que cuando llegara un proyecto que me gustara, lo iba a hacer; pero mientras tanto me ocupaba de la música, de tener un jardín, de tener plantas, de comunicarme con la naturaleza, de entender el universo, de entender mi propósito en la vida, en esta tierra, por qué yo estoy acá. Son preguntas re filosóficas que no hay un momento para hacérselas: cuál es tu misión, qué viniste a hacer en el mundo, y finalmente, por qué los humanos estamos en la tierra. Es como… ¡guau!
—¿Cuándo te pasó?
—Hoy llegué a la conclusión de eso. Una vez estaba en la terraza de mi casa y miré el piso: había como una cosita rara que tenía forma de corazón y unas alas. Yo digo: "¿Y esto qué es?". Miro de cerca y parece muy natural. "Debe ser una semilla", digo. Miro en Google y pongo: "Che, hola, semilla con forma de corazón, me dicen de qué árbol". Guau, una semilla de un árbol que vino hasta el piso 10 de mi casa, volando. No puede ser, y la sembré. Y empezaron a venir más semillas, más semillas y más semillas y más semillas a mi casa. "¿Cómo puede ser que esté llena de semillas mi casa?", decía. Bueno, ahora tengo 60 árboles.
—¿Cambiaste la alimentación?
—Un montón. En Colombia hay jugos, frutas. Y me volví mucho más amiga de los vegetales también. Soy súper carnívora. Con eso no hay con qué darle: intenté dejar la carne y fue como… hummm, no, no. Me hubiera encantado: quisiera dejar la carne, me gustaría no comer carne, pero no puedo evitarlo. Eso me mata. Quiero comer carne sí o sí.
—¿Te pasa que todavía haya gente que te identifique con la Patito Feo?
—Sí, re. Igual yo le tengo demasiado cariño a todo eso. Me abrió demasiadas puertas y estoy donde estoy por eso. Entonces, que me pidan que cante la canción de las divinas es como una caricia al alma, no lo sufro para nada.
—Patito Feo te cambió la vida para siempre.
—Sí. En esa época no tenía conciencia de que iban a pasar los años e iba a seguir siendo así. Yo lo veía como un juego.
—¿Cómo te llevás con las críticas?
—Cuando era más chiquitita, con más inseguridades, me preocupaba mucho. Como que me indignaba. Ahora ya no porque es todo muy anónimo. Y no sé, yo me siento muy feliz. Si alguien me insulta o me dice algo en Instagram, yo lo bloqueo, ya fue. No me gusta tener followers que me están diciendo cosas negativas. Lo mismo hago en mi vida, eh: venís y me decís algo terrible y no te hablo.