Por Nancy Duré
"Yo soy Malena", se animó a confesar un día Nelly Omar. La cantante, que partió de este mundo hace cinco años y tres meses después de haber cumplido 102, había sido la amante y la musa inspiradora del gran Homero Manzi a fines de la década del '40. Claro que, en aquellos años, no existía la ley de divorcio y las separaciones de hecho estaban mal vista por la sociedad. Así que no les quedó otra que vivir su amor en silencio. Y, para disimular, el compositor se vio obligado a cambiar el nombre de aquella que cantaba "el tango como ninguna" y que para muchos no era otra que Malena de Toledo. Pero, en la intimidad, se lo confesó: "Malena sos
vos".
Nacida el 10 de septiembre de 1911 en una estancia de Guaminí, provincia de Buenos Aires, Nilda Elvira Vattuone –tal su verdadero nombre- se crió en una familia de diez hermanos. Su padre, un capataz genovés llamado Marcos, sabía tocar la guitarra y fue uno de los encargados de organizar la presentación del dúo de José Razzano y Carlos Gardel, que se llevó a cabo en el Teatro del Pueblo en 1918. Allí fue dónde Nelly, quien siempre había sido incentivada en el arte y la música, conoció al Zorzal Criollo, quien inevitablemente marcaría su camino.
Lo cierto es que, tras la prematura muerte de su padre, en 1924, Nelly debió instalarse con su madre, Salustiana, en Buenos Aires, dónde con apenas 12 años se vio obligada a trabajar en una fábrica textil para poder sobrevivir. "Manejaba una máquina de medias. Tenía que enganchar las agujas en los talones. Tenía vista, lo hacía rápido. Pero ganaba una miseria", había contado.
Pero su talento para el canto, su exquisita afinación y su fraseo, no podían pasar inadvertidos. Así que, tras algunas actuaciones en su escuela de El Palomar y otros festivales, fue contratada por el dueño del cine Argos. Y, tras ser escuchada por el cantante Ignacio Corsini, a los 17 años comenzó presentarse en radios de gran alcance como Splendid, Mayo y Rivadavia.
De ahí en más, Nelly comenzó una carrera ascendente que incluyó varias participaciones en cine y que, inevitablemente, quedó ligada a su vida sentimental. En la década del '30, se integró al conjunto Cuadros Argentinos, dónde conoció a Antonio Molina. Con él estuvo casada desde 1935 hasta 1943. Pero su matrimonio no tuvo nada de lo que ella esperaba. "Fue una desgracia… Debí separarme a los dos meses, pero el cariño por mi suegra, una segunda madre para mí, me impidió hacerlo. Y me clavé, porque no resultó ni marido, ni bueno, ni nada", había dicho la cantante.
Ya bautizada como "La Gardel con Polleras" –apodo que luego se cambiaría por "La voz dramática del tango"-, fue convocada por Radio Belgrano dónde conoció al poeta Homero Manzi, quién escribiría sus presentaciones y terminaría perdidamente enamorado de ella. "Fue una cosa de parte de él, no mía. A mí me simpatizaba, era un hombre talentoso, valía la pena tener una charla con él. Pero yo no lo amaba, él me amaba a mí, estaba enamorado locamente. Tanto que lo conocí en el año '37 y empezamos a estar juntos en el '44. Me persiguió todos esos años. Me mandaba regalos, regalos, regalos. Una vez hasta se me apareció con una valija llena de oro, joyas, piedras, de todo. Me dio tanta bronca que le dije: '¿Te creés que me vas a comprar con eso? Lleváselo a tu mujer, que le aproveche, dejame en paz'", había confesado Nelly en una entrevista.
Sin embargo, muchos creen que en realidad la cantante jamás quiso reconocer que el hombre que le dedicó "Ninguna" y "Solamente ella", entre otros tantas letras, había sido el amor de su vida, porque nunca toleró que él no haya dejado a su esposa para estar con ella. "En los años que estuvimos juntos, por nuestra situación, tuvimos muchos desencuentros. Y, cada vez que estábamos separados, él me escribía tangos que era su manera de comunicarse, de decirme que me extrañaba", contó Nelly.
Lo cierto es que, cuando finalmente Homero había decidido dejar a su esposa, ésta lo habría amenazado con matarse. Y, ya cansada de ser "la otra", la cantante decidió ponerle fin a la relación. "La mujer se tomó un frasco de bromuro cuando se estaban separando y él tuvo que volver a la casa. Cuando volvió, ahí le cerré el paso Era un amor imposible", explicó.
(Video: Youtube)
Dicen que Manzi anduvo como un alma en pena y que sus amigos temían que pudiera cometer una locura. Pero ella ya no quería saber más nada. "Cuando enfermó gravemente no pude dejar de tener cierta consideración y llamarlo. La familia había dado una orden de que no me dejaran verlo. Pero un día el doctor me llamó a las cuatro de la mañana diciendo: 'Nelly, mandé a los parientes a su casa, venga a despedirlo'", contó ella en un reportaje. Homero murió de cáncer en 1951, con apenas 41 años de edad y una pena de amor clavada en el corazón.
Amiga íntima de Eva Perón desde el año '40, a quién le grabó el tema "La descamisada", con la llegada de la dictadura militar de 1955 Nelly pasó a formar parte de las "listas negras" de artistas. Así, después de deambular por todos los medios buscando trabajo sin conseguirlo, se vio obligada a exiliarse en el Uruguay y luego en Venezuela. Y recién regresó al país con la asunción de Arturo Frondizi aunque, para entonces, sus presentaciones comenzaron a ser más esporádicas.
(Video: Youtube)
Pero Nelly nunca perdió el don de enamorar a los hombres. Al punto que, según llegó reconocer, uno de ellos hasta llegó a quitarse la vida al no ser correspondido por ella. Entre los que sí lograron conquistarla, en tanto, puede mencionarse al locutor Anibal Cufré, con quien trabajó después del exilio y quién estuvo con ella durante ocho años hasta que murió de cólera.
¿Si alguna vez dejó de creer en el amor? ¡De ninguna manera! En 1993, a los 82 años, Nelly conoció al compositor Héctor Oviedo, a quien definió como un "caballero excelente". "Me enamoré, pero él, más. Fuimos felices", había contado en uno de sus últimos reportajes, reconociendo, una vez más, que nunca había llegado a sentir por un hombre lo que ellos sí sentían por ella.
Coqueta como pocas, en determinado momento Nelly había decidido no mostrarse más en público. "No estoy para fotos", decía cada vez que la llamaban para una nota. Sin embargo, reapareció con todo en la última década de su vida y celebró su cumpleaños número 100 con un show en el Luna Park.
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En una de las entrevistas que brindó con motivo de su regreso a los escenarios, le recordaron que además de todos esos amores pasados, ella tenía un pueblo que la amaba. "¿De qué me sirve que me ame mi pueblo?. Yo quisiera que me ame uno solo de esos hombres y que yo lo pudiera amar a él…", respondió entonces Nelly. Una mujer que despertó grandes pasiones y que, paradójicamente, nunca se pudo entregar al amor.
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