Antes de que el colectivo de actrices decidiera unirse para presentar una denuncia por violación en su contra, Juan Darthés ya había estado en el foco de la tormenta cuando tres actrices salieron a confesar públicamente que habían sido víctimas de acoso por parte del actor.
La primera en salir a hablar fue Calu Rivero (31), quien había trabajado con él en 2012 en la telenovela Dulce Amor. La actriz abandonó abruptamente su protagónico y los rumores que daba cuenta de un posible acoso por parte de
Darthés empezaron a circular por todos los medios. Sin embargo, en ese momento la actriz optó por negar todo e irse a vivir un tiempo a los Estados Unidos.
Sin embargo, a fines de diciembre de 2017, Calu ofreció una entrevista paras el ciclo Agarrate Catalina en la que aseguró que sabía bien lo que era el acoso porque lo había vivido "en carne propia". En ese momento, el nombre de Darthés volvió a rondar. Y la actriz decidió salir, de una vez por todas, a contar su verdad.
"Después de cinco años, tomé coraje y hablé. Estoy aliviada y orgullosa de haberlo hecho, de sacarme este malestar", escribió Calu en una carta abierta. Después de aclarar que ahora el mundo estaba más preparado para hablar de estos temas, contó que después de sus declaraciones había recibido una citación para una audiencia de mediación con el actor, quien luego le inició una causa por "Daños y perjuicios". Y concluyó diciendo la frase #Noesno, que luego sería tomada como bandera contra el abuso.
Lo que explicó Calu en las siguientes entrevistas, fue que Darthés se propasaba con ella en las escenas de besos y sexo que tenían que grabar juntos. Y que, pese sus pedidos, no había modificado su actitud, obligándola a renunciar a la tira. Ante esto, el actor optó por la vía judicial y el silencio. Pero, a los pocos días, dos denuncias más salieron a la luz.
La primera fue Ana Coacci, quien había compartido con Darthés algunas escenas en Gasoleros, durante el año 1998. La actriz, al ver el debate televisivo sobre el caso Rivero, decidió publicar una carta en su cuenta de Facebook en la que relató un episodio vivido por ella.
"En un parate de la grabación estaba charlando en un camarín con JD, a quien conocía desde adolescente y le contaba que cuando era chica y mi viejo dirigía una comedia en la que él cantaba yo escuchaba siempre que iba una canción que me encantaba como la cantaba. Momento en el que el señor se desliza con la silla que tenía rueditas y se me tira encima, se para y me tira contra la pared, me besa, me mete la lengua, me agarra la mano y me hace tocarle su sexo, mientras me dice 'Mirá como me ponés'. Yo congelada y sin poder reaccionar. En segundos entró una de las chicas de vestuario y él se separó inmediatamente y yo me fui. Los días siguientes de grabación me persiguió. Terminé de grabar y no volví a verlo. Supe que mientras esto pasó su mujer estaba embarazada y eso me sumó más asco", contó Anita, quien dado el tiempo transcurrido y la dificultad para probar el hecho tampoco pudo realizar una presentación judicial.
Casi simultáneamente, Natalia Juncos, quien había compartido una grabación con él en Se dice amor, en 2005, salió a dar su testimonio a los medios. "Yo tenía puesto un vestido corto, debajo de la cola, muy sexy. Antes de filmar, me tocó con el dedo índice y me lo pasó desde la nuca, hasta donde comienza el fémur y me dice 'y cómo me calentás', me doy vuelta y me dice 'mirá cómo me ponés' y me muestra la erección que tuvo. Me quedé estupefacta", había contado la actriz cordobesa, quien aclaró que en su momento no hizo la denuncia correspondiente por temor "al qué dirán".
La decisión de Darthés fue, entonces, ir a la Justicia. Sin embargo, ninguna de las mujeres se sintió amedrentada por esto. Y hoy, el colectivo de actrices decidió ir por más y se unió para denunciarlo en conjunto.
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