Pocos creerán que la misma persona que dejó sin palabras al prestigioso jurado de Talento Fox con su voz y su histriónico despliegue sobre el escenario, hasta hace poco tiempo sentía vergüenza de cantar frente al público. Ni siquiera se animaba a ser escuchado por su familia, pero logró superar sus miedos, conflictos internos y traumas personales para hacer lo que mejor sabe. "Pasé de no querer que me escuchen a disfrutar de dar un show. Es un montón para mí", contó Francisco Vazquez, de 23 años, a Teleshow, aunque admitió que todavía le cuesta asimilar su nueva vida.
Fue el ganador de Talento Fox, el ciclo emitido por el canal de la cadena norteamericana y conducido por Alejandro Fantino, después de haber sido elegido por el jurado, integrado nada más y nada menos que por Lali Espósito, Diego Torres y Wisin. Este logro le permitirá grabar un disco, con la producción de Sony. Y soñar en grande.
Sillas vacías y sueño lejano
Los primeros recuerdos de Francisco tienen un común denominador: la música. Whitney Houston, Michael Jackson, Prince y otros grandes referentes del pop formaron su pasión por el canto: "Era un niño muy musical, siempre creando cosas y buscando sonidos. Sabía que lo mío iba por ahí y no quería que fuese solo un hobby. Con mi familia vivíamos en una casa quinta y tenía mucho espacio para hacer lo que quisiera y poner la música con el volumen fuerte. Entonces armaba mis shows privados, solo para mí. Montaba el escenario son los pallets de las construcciones y el público eran sillas vacías…"
Con el paso de los años el sueño de cantar creció… A la par de sus miedos: "Intenté tomar clases de muy chico y a los 15 años volví. Habré ido un par de veces pero no podía… Era más fuerte que yo. Ni siquiera podía sacar la voz con el profesor delante mío". Por ese motivo no tuvo otra opción que formarse de manera autodidacta.
En los últimos años cantar se convirtió en lo que nunca quiso: un pasatiempo. Sus temores no le permitían crecer. Hasta que un día vio en las redes sociales la búsqueda para el casting de Talento Fox, casi como un mensaje del destino: "Me despertó algo dentro mío pero dije: 'Claramente no va a suceder'. Hasta que un día me llegó un mail a mi casilla con la búsqueda. ¡Nunca supe cómo pasó eso!"
"Ni siquiera me acuerdo qué pensé pero grabé un video y lo mandé. Al día siguiente me llamaron porque me querían ver. Yo no quería pero mis amigos de Lincoln casi que me obligaron, me arrastraron. Cuando llegué al casting ya estaban haciendo las últimas audiciones y dije: 'Listo, no quedé'. Temblaba, no podía ni hablar. Pero a los días me volvieron a llamar, y después otra vez, y otra vez, hasta que llegué a una instancia en la que todos los concursantes pensamos que seguía siendo de casting pero nos dijeron: '¡Están adentro!'
Superar los miedos
El deseo, dijo Francisco, fue el motor para superar los miedos. En realidad, no sabe con precisión cómo, pero fue por todo. Alejandro Fantino, conductor de Talento Fox, lo presentó, y así, casi sin darse cuenta, brindó su primer show frente al jurado y las cámaras. Si se ven los videos de sus primeras presentaciones y se comparan con las últimas, se pueden notar las grandes diferencias: cada vez más suelto, más "agrandado". Más seguro de sí mismo.
—¿Cómo lo lograste?
—No tengo idea cómo superé mis miedos. Creo que hay algo del deseo que ayuda en ese momento. Obviamente estaba muy nervioso en el primer programa, era imposible no estarlo. Me temblaba todo el cuerpo pero a pesar de todo pude disfrutarlo. Mi cabeza estaba en un universo paralelo. Con todas las luces y el escenario… Me sentía chiquito.
—Al hablar del deseo, ¿te referís a que estabas cumpliendo tus sueños?
—Me refiero a que fue el primer momento de mi vida en el que me planteé que era eso lo que quería para mi vida. Siempre supe que lo era, pero ese día me animé a intentarlo con todo.
—¿Cómo era el trabajo diario en "la fábrica"?
—Al principio éramos muchos participantes y se generó muy buena onda entre nosotros. Convivíamos ahí y compartimos muchas cosas. Después estaba el momento de trabajo de cada uno con su coach, que estaba en uno aprovecharlo o no. Al no haber tenido estudios previos, esta fue como mi primera escuela. Todo el tiempo adquiriendo información y tratando de aprovechar las herramientas. Más allá de los directores, había gente muy talentosa.
—¿Qué te dejó cada uno de los directores?
—De Lali me llegó la pasión y la energía que le pone al trabajo. Era muy avasallante y estuvo bueno verlo porque te contagia y te dan ganas de ponerle la misma pasión que ella. Wisin, más allá de lo que generaba como persona, estaba todo el tiempo tratando de ayudarme a encontrar cuál era mi lugar, qué me quedaba mejor, dónde sonaba mejor mi voz y donde no… Obviamente eso se puede trabajar pero él, con su cabeza de productor, me pudo guiar. Y con Diego creo que conecté desde un lugar más artísticamente humano. No sé si más personal, porque hubo muy buena onda con los tres, pero él entendía la razón por la que estaba ahí, cuáles eran mis limitaciones y por qué estaba tan trabado.
—En las últimas galas pudiste soltarte sobre el escenario, pero al principio se notaba que te costaba mucho.
—Yo sabía que no solo quería cantar, sino desplegar un show. Siempre me gustó mucho el pop y los artistas cantan también con el cuerpo. Pero era todo un laburo para mí porque yo no podía ni cantar, imaginate cantar y moverte, conectar con la gente… Fue un proceso. En las primeras galas me tenía que enfrentar a poder cantar ante el público y después Mati Napp y Daiu Farji (bailarines y coreógrafos que trabajaron en el programa), que eran los encargados de la parte corporal, me dijeron: "Largate y sé vos. Mostrá lo que querés mostrar y contá tu cuento". Fue lo más difícil pero lo que más disfruté.
Nueva vida, al ritmo del pop
Los cambios artísticos no fueron los únicos que se evidencian en Francisco tras su participación en Talento Fox. En lo personal, él mismo reconoce que casi no se reconoce. Tocar el sueño de vivir de la música lo transformó como persona. Y produjo un fuerte impacto en su familia.
Sus hermanas y su madre recién fueron "autorizadas" por él a ir a verlo al programa en las semifinales. Las cámaras captaron el momento del llanto de la mamá, que pudo ver al joven por primera vez sobre el escenario: "Me habían escuchado cantar en mi cuarto pero nunca cara a cara. No lo podían creer. Mi mamá estaba feliz porque sabe que amo esto y siempre me bancó. Fue muy movilizante para ellas".
Ahora solo queda grabar su primer disco y seguir soñando en grande: "Quiero empezar a hacer mi música y encontrar ese lugar que me define como artista. Me gustaría que a la gente le pase lo que me pasa a mí con otros artistas: que se sienta identificada. Yo ya saldé mis cuentas pendientes".
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