Los pasillos de la terapia intensiva del Sanatorio 9 de Julio, donde impera un silencio que surge del respeto y la preocupación de los familiares de las personas allí internadas, suelen alborotarse cada vez que Gladys La Bomba Tucumana concurre para visitar a su mamá, Adela, quien atraviesa un delicado estado de salud.
En rigor, para que el estallido suceda hace falta también la presencia de la hermana de la cantante, Olga Jiménez. Porque cuando Gladys y Olga se cruzan en esa clínica ubicada en el centro de San Miguel de Tucumán… comienza una discusión que, apenas unos segundos después, sube de tono. Demasiado.
Según pudo saber Teleshow por testimonio de testigos, el entredicho entre las hermanas ha llegado a superar la violencia verbal (se propinan insultos y agravios) hasta alcanzar la agresión física. "Vos no sabés cómo son las peleas… ¡Se agarran de los pelos!", confió una fuente del hospital que prefirió resguardar su identidad. Gladys y Olga deben ser contenidas por personal de seguridad del hospital. Y a veces, ni siquiera su intervención es suficiente.
Por esa razón las autoridades de la entidad tomaron una decisión salomónica: ninguna de las dos puede coincidir en los horarios de visita previstos en la terapia intensiva (12 a 13 y 19 a 20). Así las cosas, las hermanas deben llegar a un acuerdo sin excepción: una irá a la mañana y la otra, a la noche. De lo contrario, si coinciden en la visita, se les prohíbe el acceso por igual.
Porque como indica la clásica imagen de una enfermera pidiendo silencio, lo que debe privar en un hospital es la cordura. Y un clima adecuado para la recuperación de los pacientes (arrancando por la madre de ellas) y de sus seres queridos.
El enfrentamiento en el seno familiar no es nuevo. Y se hizo visible un año atrás, cuando La Bomba participó con gran suceso del Bailando. "Si mi madre estuviera bien, ya la hubiera abofeteado", fue la respuesta de la creadora del hit "La pollera amarilla" a una fuerte denuncia de Olga: según su acusación, Gladys golpeó y "quiso tirar de un quinto piso" a su hijo, Tyago Griffo.
"La golpeadora es ella", acusó entonces la mujer, contradiciendo de esa manera a su hermana. Y es que La Bomba había declarado públicamente que su padre, Ramón Valentín Jiménez (un policía tucumano que murió 43 años atrás), ejercía violencia de género contra su esposa y sus hijas.
"Yo andaba con el pelo como varón, pelada, empiojada y descalza. Y me arrodillaban en el maíz por horas, me golpeaban. Y no cuento otras cosas que mi madre sufrió y que la llevaron hoy a tener demencia senil por los golpes que sufrió de joven. Si ella (por Olga) no lo recuerda, será porque supo olvidar", retrucó la cantante.
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