"No me medía porque me daba rechazo, fastidio y me molestaba", asegura Nati Jota a un mes de haberse achicado las lolas.
Según explica a Teleshow, tenía tomada la decisión hace dos años pero no se terminaba de animar a hacerlo. Hoy, a sus 23 años y con una carrera consolidada en los medios, la periodista pasó por el quirófano. "Creo que tenía ciento y pico y ahora debo tener 96", especula, ya que no sabía sus medidas.
El día que se operó, la periodista había asegurado que quería que la miraran a la cara cuando le hablaran. Cansada de escuchar comentarios desubicados cuando caminaba en la calle, y de no poder lucir un vestido con la espalda al descubierto o una bikini que viera en una vidriera, Nati habló con sus médicos, pusieron fecha y dos semanas después estaba ingresando al quirófano acompañada por su novio y su familia.
—¿Qué es lo que más te molestaba que te decían en la calle?
—No me molestaba que me dijeran nada en particular. Obvio que cualquier cosa asquerosa me molesta, pero era más la mirada que un comentario. O pasaba y me decían '¡Epa!'. ¿Epa qué? Estoy corriendo el bondi. Igual, más allá de lo que me decían, me operé por una comodidad mía. De gustarme a mí, cómo me veo.. Que no me pese la espalda y poder vestirme como me gusta.
—Ahora que te operaste, ¿qué te dicen en la calle y en las redes?
—Recibo muchas respuestas muy positivas. Me causa gracia que la gente quiere ver cómo me quedó. Pero no siento que sea desde un lado de alzados, sino como curiosos. Se interpretó mucho que era por una cuestión de bienestar mío, y eso está buenísimo. También hay algunos hombres que no lo entendieron así, pero son los menos y no me afectan esos comentarios porque estoy muy segura de lo que me hice.
—¿Recibís más críticas de los hombres o de las mujeres?
—La crítica del hombre es súper básico: 'Te vas a quedar sin trabajo porque te operaste las tetas'. Las mujeres a veces también critican y quizás son más cizañeras. A ellas les doy un poco más de criterio. Pero en este caso sentí mucha banca entre las mujeres. Fue hermoso y me hizo sobrellevar mucho mejor las críticas masculinas, que no son todas tampoco.
—¿Ya volviste a entrenar? ¿Cómo te sentiste?
—Volví esta semana, pero con varias limitaciones. No puedo hacer brazos, correr ni jugar al fútbol. Tampoco puedo estar boca abajo. Solo hago glúteos y abdominales, pero con agunas limitaciones.
—¿Qué cosas podes hacer ahora que antes no podías?
—Todavía no puedo disfrutar de cosas nuevas porque estoy con top deportivo por el postoperatorio. Pero saber que me va a entrar cualquier tipo de bikini o que puedo usar un vestido con espalda al aire, ya está buenísimo. ¡Saber que algo me va a quedar bien! Antes veía algo y sabía que probablemente me quedaría mal. Ahora ojalá sea todo lo contrario: que lo vea y diga 'seguramente esto me quede bien'.
—¿En algún momento te arrepentiste?
—Jamás. Ni antes ni después. No tuve mucho dolor en el postoperatorio. Siempre estuve súper segura. Los minutos previos a la operación, antes de entrar al quirófano, estaba asustada pero por la anestecia, que no es total pero es sedación profunda. Me daba impresión estar siendo consciente de que me estaba quedando dormida. Es muy difícil de explicar, pero era una sensación extraña.
—¿Cómo sigue tu año laboralmente?
—Mi vida sigue siendo igual que antes. No fue un gran cambio, la verdad. Sigo en redes y también en la conducción de Sin filtro por eltrecetv y analizando nuevos proyectos para el año que viene. También sigo con mis propias redes sociales. De novia, muy feliz y aspirando a una convivencia no muy lejana.
—¿Cómo manejan la relación a distancia? ¿La idea es que él deje Chaco para vivir en Buenos Aires con vos?
—La llevamos como se puede. Quizás para mí es un poco más molesto que para él. Es mi primer noviazgo y también la distancia… La llevamos. Ojalá el año que viene él se venga a vivir acá a Buenos Aires, con convivencia y todo completo. Si Dios y Bruno quieren.
(Video: Instagram)
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