¿Puede una mujer estar casada más de veinte años con un hombre sin llegar a conocerlo realmente? La respuesta es: "Sí, puede". E Iliana Calabró es el mejor ejemplo de eso. En medio de su declaración indagatoria por el juicio oral en el que se investiga "La Ruta del dinero K", su ex marido, Fabián Rossi, reconoció el miércoles que viajaba seguido a Panamá porque allí tenía "otra mujer e hijos".
El rumor, es cierto, circulaba desde que empezó la investigación por lavado de dinero que involucra a Lázaro Báez, Leonardo Fariña y Federico Elaskar, entre otros, en el año 2013. Sin embargo, tanto Rossi como Iliana, que por entonces seguía siendo su legítima esposa, se encargaron de desmentirlo una y otra vez en diferentes medios. Incluso, ilustrando tapas de revistas en las que los dos hablaban de su historia de amor.
Pero, ahora, la hija de Juan Carlos Calabró terminó de confirmar que el hombre con el que durmió durante más de dos décadas no solo le había mentido con respecto a sus manejos económicos, sino que también la había traicionado en el plano sentimental. Y, por más que en su vida ya no quede ni el más mínimo lugar para Fabián, la decepción volvió a embargarle el alma. Porque, por más que lo intente una y otra vez, no puede entender cómo hizo para estar tan ciega durante tantos años…
Iliana conoció a Fabián a fines de los años 70, en Mar del Plata, cuando ella tenía 13 años y él, apenas 15. Ella solía pasar los veranos en esa ciudad balnearia donde su padre, uno de los capocómicos más importantes que ha tenido nuestro país, hacía temporada de teatro. Y él pasaba allí las vacaciones con su familia. Así que ambos se encontraban en Playa Grande, donde la carpa que alquilaba ella lindaba con la sombrilla de él.
Muy lejos de ser la bomba sexy en la que se convirtiría con el tiempo, Iliana se enamoró perdidamente de este jovencito poco agraciado. Pero guardó silencio y se limitó a entablar una gran amistad con su hermana, Gabriela, lo que le permitió tenerlo siempre cerca e, incluso, contar con él como invitado en su fiesta de quince.
Con la mayoría de edad, en tanto, los encuentros entre ambos se hicieron más esporádicos. Iliana comenzó a estudiar actuación en el Conservatorio de Arte Dramático. Y Rossi se metió de lleno en la facultad, sin reparar nunca en los ojos embelesados con los que la hija de Calabró lo había mirado durante cinco años.
Sin embargo, al tiempo el destino los volvió a cruzar y ocurrió el flechazo. Iliana estaba feliz: por fin, había logrado conquistar al hombre de su vida. Y ambos se convirtieron en novios, formales, con la aprobación de sus respectivas familias que ya se conocían desde hacía tiempo.
Finalmente, el 1 de diciembre de 1990, Iliana y Fabián se casaron con una majestuosa fiesta en el Hotel Alvear a la que asistió la mismísima Mirtha Legrand, entre otras tantas personalidades del mundo del espectáculo. Y todo pareció marchar sobre rieles en la vida de la hija de Calabró, que al tiempo vio bendecido su hogar con la llegada de Nicolás, en 1994, y de Steffano, en 1999.
Pero, aparentemente, desde el año 2004 Rossi habría comenzado en Panamá una relación extramatrimonial con la diseñadora colombiana Liliana Jaik Mora. La mujer, dueña de una casa de indumentaria llamada Miranda, también habría sido su socia en negocios que Iliana desconocía. Después de que Fabián decidiera desprenderse de la imprenta familiar que manejaba, le había dicho a su esposa que se dedicaba al "marketing". Y, supuestamente, ese era el motivo de sus constantes viajes.
Claro que, hasta entonces, el rostro del marido de Iliana era prácticamente desconocido para el común de la gente. Sin embargo, cuando en 2006 la hija de Calabró tuvo su explosión mediática y se convirtió en la ganadora del "Cantando por un sueño", su marido, que era mencionado por Marcelo Tinelli en cada una de las galas de ShowMatch, empezó a tomar protagonismo y pasó a ser para todos "El Rossi".
En 2009, en tanto, comenzaron a circular unas fotos en las que se lo veía al ya famoso marido de la Calabró junto a una ignota señorita en las playas de Copacabana, Río de Janeiro, Brasil. Y todos comenzaron a hablar de "infidelidad". Todos, menos Iliana. "El hace marketing para una empresa de cosméticos y siempre está rodeado de modelos", decía la actriz, que no dudaba en poner las manos en el fuego por Fabián.
Así fue como el matrimonio siguió adelante. Y, en el 2011, la pareja realizó un viaje por Italia y Francia para celebrar sus "Bodas de Porcelana" a dos décadas de haber dado el "sí". Iliana lo vivió como una segunda y deseada luna de miel. Y, en cada nota que dio para hablar al respecto, volvió a referirse al Rossi como el "gran amor" de su vida.
Sin embargo, dos años más tarde, estalló el escándalo. E Iliana, que se había casado con un imprentero devenido en agente de marketing, se enteró por televisión de que su marido se dedicaba a contar fajos de dólares en la financiera SGI, una cueva de Puerto Madero conocida como "La Rosadita".Y, paralelamente, comenzó a escuchar los rumores que vinculaban a Fabián con otra mujer, de la que nuevamente empezaron a circular fotos.
A pesar de todo, en un principio Iliana trató de defender a su marido. No podía creer que el hombre que amaba le hubiera mentido tanto. Y se negaba, terminantemente, a aceptar la realidad. No obstante, después de un asedio mediático que duró varios meses, la pareja se terminó separando por decisión de él, quien, según dicen, no se habría sentido lo suficientemente respaldado por su esposa en los medios.
Lo cierto es que, después de elaborar un largo duelo que no le resultó nada fácil, en 2015 Iliana conoció al italiano Antonello Gandolfo, quien la cobijó en sus brazos y la hizo volver a creer en el amor. Algo que, después de haber sufrido semejante engaño, por momentos parecía imposible para ella.
Rossi, por su parte, luego de su imputación trató de mantenerse alejado de los medios, así que muy poco se supo de su vida o su paradero. Hasta hace dos días, cuando leyó una declaración en la que aseguraba que él en Panamá "tenía hijos, tenía mujer, tenía departamento, tenía cuenta bancaria…". Todo lo que, en su momento, le negó a su mujer.
Hoy, el destino quiso que Iliana enfrente este nuevo cimbronazo en brazos de un hombre que la quiere bien y la respeta. Mientras Rossi, quien además deberá darle las explicaciones pertinentes a sus hijos, se enfrenta a un juicio oral que, más allá de su veredicto, nunca podrá aplacar el escarnio público.
Por Nancy Duré
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