Volver a sus raíces siempre es especial para Marcelo Tinelli. San Carlos de Bolívar, en el centro de la Provincia de Buenos Aires, la ciudad que lo vio nacer, le trae los recuerdos de su infancia. Recuerdos previos a ser una de las figuras más famosas de la televisión, incluso previos a sus primeros pasos en radio de la mano de Juan Alberto Badía. Visitar su tierra natal lo hace viajar en el tiempo a un mundo inocente, puro, de la mano de su mamá, María Esther, y su papá, Dino Hugo.
Desde hace 20 años que se realiza en Bolívar una maratón en memoria del padre de Marcelo Tinelli. En esta ocasión, la participación del conductor estuvo en duda hasta último momento: tiene un rótula corrida, un quiste y dos meniscos rotos.
Pero de ninguna manera estaba dispuesto a perderse esta ocasión tan especial. Por eso, después de izar la bandera argentina y entonar Aurora, se infiltró y este sábado pudo correr los diez kilómetros de la edición número 20 de la Maratón Internacional Dino Hugo Tinelli.
Tardó una hora, siete minutos y 25 segundos en llegar a la meta. Allí lo recibió con un beso Guillermina Valdés. Su pecho se llenó de orgullo, pero su rostro no pudo disimular el dolor. "No puedo más", le dijo a su pareja, tomándose la rodilla derecha.
"¡Lo que me costó correr esta carrera! En el kilómetro siete pensé que fallecía, mi pierna no daba más. Hace 15 días me hice una resonancia y el médico me dijo que que no corriera. Pero tenía que estar acá… Es la manera de reencontrarme con mi papá y mi mamá. ¡Estoy inmensamente feliz! La carrera es una excusa, y el tiempo que tardé no importa", contó a Teleshow, presente en el lugar.
"Tengo la rodilla hecha bolsa, pero no quería dejar de correr esta carrera por mi papá. ¡Te imaginás que ni puedo jugar al futbol! Me llegan a tocar y chau. Tengo la canchita en Punta del Este y ya no la puedo usar", confesó, aún emocionado.
Según contó, hace unos años corría 70 kilómetros semanales para entrenar de cara a las maratones de Nueva York, uno de los principales motivos de sus problemas de salud. "Ya no se entrena más así", aseguró.
El conductor del Bailando comenzó un tratamiento que finalizará en 15 días: le sacaron tejido adiposo del abdomen y seis millones de células madre que se las colocarán en la rodilla. "Ya me atendí con todos los médicos y nada, esto es lo último que pruebo", indicó. Pero eso quedó en segundo plano. Ahora, disfruta de su familia y de su gente.
Todo el clan Tinelli -con excepción de Juanita, la más chica, que "está muy de novia"- se trasladó casi 350 kilómetros hasta Bolívar para acompañar a Marcelo en este momento tan importante. Incluso se hicieron presentes los familiares del lado de su padre, que llegaron desde Mar del Plata por pedido del conductor. La mejor manera de recordar a sus ancestros.
De paseo por su tierra
Por la mañana, Marcelo Tinelli visitó la Sala de Lactancia Materna del Hospital de Bolívar y el Edificio de Salud Mental de la ciudad. Luego, se reunió con Mauricio Scoltore, párroco del comedor Pequeños Gigantes, que se inaugurará en diciembre.
Durante su paso por el Centro Misionero Catequístico San Cayetano, una pequeña capilla ubicada al lado del mencionado comedor, se emocionó al ver las figuras de San Cayetano y la Virgen de Luján.
A lo largo de toda la jornada, no paró de saludar, charlar y tomarse fotos con los vecinos de Bolívar, que le manifestaron su admiración y respeto por todo lo que ha hecho por la ciudad.
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