"Siete años, Buenos Aires… ¡Demasiado tiempo! Si hoy estoy aquí es por ustedes, por su amistad incondicional. Gracias por estar en las buenas y en las malas. ¡Gracias, Argentina, por todo lo que me han dado! Y por permitirme cantar con ustedes, una vez más…".
Pasadas las 21:30 Shakira salió al escenario en medio de un show de fuegos artificiales, alumbrada por las pantallas de los celulares de las 40 mil personas que llenaron el estadio de Vélez. Un especial remixado de "Estoy aquí" y "Dónde estás corazón" fueron los primeros hits que la colombiana eligió para sorprender al público con el que se reencontró después de aquella presentación en Puerto Madero, en 2011, brindando este jueves una de sus mejores noches en el marco de la gira mundial El Dorado World Tour.
Acompañada por sus hijos Sasha y Milan -de su relación con el futbolista español Gerard Piqué-, su hermano y un equipo de 80 personas, Shakira celebró que había Luna llena, y la convirtió en la protagonista del show.
Justamente acudió a la Luna para invitar al público a que aullara con ella en "She Wolf" ("La Loba"), el tema con el que, además, desplegó toda la sensualidad de sus movimientos corporales. "Hay Luna llena, ¿están listos?", invitó al público, que aceptó la propuesta a pleno alarido, por supuesto.
(Video: Teleshow)
"Si te vas", "Nada", "Perro fiel" y "El perdón" llegaron mientras la artista mostraba una camiseta de la Selección Argentina, que le acercaron quienes llegaron al escenario. "¡Qué emoción tenerlos de nuevo tan cerca! No saben lo que es esto para mí… Muchas gracias, los quiero muchísimo", se sinceró antes de interpretar "Underneath your clothes".
Entre el público se destacaban parejas de todas las edades, madres que acompañaban a sus hijas, distintos grupos de amigas, y los infaltables y distintos clubes de fans de la cantante. Un grupo de jóvenes futbolistas de las Inferiores de Vélez, que viven en la pensión del club, también aprovecharon la localía para disfrutar del show mientras se pasaban el mate de mano en mano.
Colombianas -que se diferenciaban porque tenían los colores de su bandera pintados en la cara o la camiseta de su selección- bailaron al ritmo de "Me enamoré" y "Chantaje". Las parejas bailaron y se abrazaron mientras sonaba "Inevitable", "Whenever wherever" y "Tú".
Uno de los momentos más emotivos de la noche, y que hizo delirar a todo el estadio, fue cuando terminó de interpretar "Amarillo", dio vuelta la guitarra que tenía en sus manos, la levantó y mostró que tenía una imagen de Gustavo Cerati, el ex líder de Soda Stereo (y un guiño por aquella canción "Amor amarillo").
Atrás quedaron las secuelas de la operación en las cuerdas vocales a la que se sometió en enero pasado. Lo demostró desde que comenzó hasta que terminó el show: pasó por el reggaetón, el rock y la balada, entre otros ritmos. Y su inigualable movimiento de caderas no faltó en "La tortura", "Loca" y "Rabiosa".
"Antología" y "Can't remember to forget you" los hizo con un nuevo look (tuvo cuatro cambios sobre el escenario), y cuando parecía que llegaba el final, recordó el popular éxito del Mundial de Sudáfrica 2010 al interpretar su "Waka waka".
Bailó y saltó de punta a punta dal escenario, bajó y se acercó a saludar al público en "Hips don't lie", e hizo todo el show descalza.
"Gracias, Buenos Aires, por esta noche de Luna llena inolvidable…", dijo antes de despedirse cerca de las 23:30, culminando un espectáculo de casi dos horas, después de cantar y bailar el hit que hizo con Carlos Vives, "La bicicleta".
El precio de ser fan
Como en todos los shows, los accesorios, remeras y merchandising de Shakira tenían distintos tipos de precios según la ubicación y la cercanía a la cancha. Lo mismo sucedía con las hamburguesas: en las inmediaciones del José Amalfitani costaban 80 pesos, en los pasillos del estadio 160; y si la compraban quienes estaban sentados en la platea, 200.
El segundo show de Shakira en Argentina será el sábado 27 de octubre en el estadio de Rosario Central. Luego seguirá con su gira en Chile, Ecuador y su Colombia natal.
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