Suicidio, el Oscar que no fue y la angustia crónica de Elliott Smith, la leyenda del indie que se mató hace 15 años

Pasó con más gloria que pena por la escena del rock alternativo de la década del '90, pero una depresión galopante lo llevó a clavarse él mismo un cuchillo en el pecho, dejando trunca una carrera brillante

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Todos los toros estaban listos para pelear, lo deseaban, trabajaban para ello, pero él no. En el cuento de Munro Leaf, el toro Ferdinando solo quería quedarse sintiendo el aroma de las flores del campo, quería ver atardeceres, soñar con una vida en paz. A Elliott Smith le pasaba más o menos lo mismo con su talento compositor, su voz suave y su modo sereno. La industria quería verlo en el candelero y él fue lo más lejos que pudo, pero no pudo mucho más.

Hace 15 años, Elliott Smith aparecía muerto acuchillado, al parecer, por sus propios medios. Acuchillarse uno mismo debe ser una de las cosas más feas que se puede provocar el ser humano. Sentir el filo en la piel, luego el dolor, de a poco la baja presión en el cuerpo flagelado… El artista no pudo salir al ruedo, se despidió con la sangre en la arena y un legado de canciones que hasta Madonna supo versionar.

Texas / Portland / California

En una entrevista que le hicieron en MTV en 1998, Elliott Smith hablaba de su tatuaje en el brazo en referencia a Ferdinando, explicaba la historia y dejaba traslucir que algo en común tenía con él. La sensibilidad, sin dudas, era uno de los factores. Ser un rebelde y desafiar las convenciones, es probable que también.

En el documental Heaven Adores You, el director Nickolas Rossi intentó demostrar que la historia de Elliott Smith no siempre tuvo que ser trágica. Rememora viejos buenos tiempos en los que se lo ve accesible y cálido, comparte fotos alegres de cuando era niño, de cuando lo llamaban tal como figuraba en su documento de identidad: Steven Paul Smith. Una habitación desordenada, videos y el entusiasmo de un adolescente que ya empezaba a ser consciente de su talento.

Elliott Smith (Crédito: Grosby Group)
Elliott Smith (Crédito: Grosby Group)

El director insistió en mostrar que la música de Elliott no siempre fue oscura, y que antes de esos días finales de pesimismo hubo años de luz. Que detrás del suicida había un niño ingenioso con un cerebro musical. Rossi declaró en una entrevista: "Yo vivía en Portland a mediados de los 90 y él tocaba en una banda llamada Heatmiser. Era solamente un tipo en otra banda que tocaba en esta pequeña ciudad".

En el documental que narra la vida de Smith se han usado audios propios del cantante en donde se lo siente presente, no como un personaje inalcanzable al que se está rindiendo pleitesía. Que el final sea trágico no es algo que pueda decidirse: después de discutir con su novia, Elliott se acuchilló a sí mismo. Tan fuerte y tan exacto que a pesar de aguantar un rato, a las pocas horas ya estaba muerto.

"Dorien Garry lo resume al final de esta película cuando dice que Elliott se sentiría desconsolado si supiera que la gente simplemente lo considera como un tipo triste, porque esa es una parte muy pequeña de quién era él" comentó el director. Sí es cierto que sus amigos más cercanos lo consideraban una buena persona, que era amable y solidario, pero lo que se dice feliz, eso sí que está en duda.

Nebraska

Además del tatuaje de Ferdinando, Elliott lucía otro tatuaje, un mapa de Texas. Cada vez que le preguntaban si era porque le gustaba mucho su lugar de origen, él se ocupaba de aclarar que justamente se lo había tatuado para recordar que no había sido muy feliz allí. ¿Masoquista? Algo de eso habría.

Cada cosa que le molestaba o le dolía, a su manera, Elliott la sacaba afuera, como hizo con Charlie, el marido de su madre. Sus papás se divorciaron cuando él era pequeño y entonces quedó a cargo de su mamá y su padrastro. Charlie era de lo más agresivo y en cuanto podía descargaba su furia contra él. Cuando creció pudo volcar esa angustia contenida en canciones como "Some Song" cuando dice: "Cómo te pegan semana tras semana, y cuando seas grande vas a ser un monstruo. Quiero una chica violenta que no tenga miedo a nada. Ayúdame a matar el tiempo porque nunca voy a estar bien".

Con 14 años, finalmente se mudó a Portland donde lo recibió su padre. La música y la paz llegaron con fatales compañeros como las drogas y el alcohol. Pese a sus adicciones tan tempranas, Elliott era impecable en los estudios. Terminó la secundaria con honores, pronto estudió Filosofía y Ciencia Política, y se graduó. Mientras tanto, tocaba con sus bandas y comenzaba a destacarse como un referente musical folk & pop en la ciudad más hipster del mundo.

Elliott Smith (Crédito: Grosby Group)
Elliott Smith (Crédito: Grosby Group)

Los Angeles

Portland le quedó chica y decidió moverse de estado. California lo recibió con los brazos abiertos y Los Ángeles fue el lugar elegido para desarrollar su carrera hasta el fin de sus días. Después de excelentes trabajos discográficos como Either/Or (1997) y XO (1998), a Elliott le llegó otro reconocimiento. El director de cine Gus Van Sant quiso incluirlo en la banda sonora de su filme Good Will Hunting y finalmente dio con "Miss Misery". La canción fue elegida para competir en los premios Oscar de 1998 y allá fue Smith con el pelo sucio y su traje blanco a cantar con su guitarra en la ceremonia de premiación.

La voluntad y el talento no alcanzaron, ya que "Miss Misery" perdió con un tanque que ese año arrasó. "My Heart Will Go On", en la voz de Celine Dion se llevó todos los aplausos y la estatuilla dorada de la Academia. La película no era otra que Titanic y la canción pasaría a la posteridad para el gran público, mientras que la de Elliott sigue siendo apreciada como una joya de culto.

Jennifer Chiba fue su último amor. Estadounidense de origen japonés, ella también se había criado en Texas, y luego se había ido a vivir a Los Ángeles. Chiba tocaba en la banda Happy Ending y se conocieron con Smith en el mismo circuito de cantantes y artistas. Ella era su novia cuando murió el 21 de octubre de 2003. Al parecer, la pareja estaba discutiendo, ella se encerró en el baño por no más de 10 minutos, escuchó un grito, abrió la puerta del baño y encontró a Elliott de pie.

Más tarde, Jennifer le contó a la policía que vio el cuchillo de cocina clavado en el pecho de su novio, se lo arrancó como pudo y observó "dos cortes" antes de que él se alejara y se descompensara para siempre. Así fue que la joven llamó al 911 y mientras llegaban los paramédicos, le practicó (en vano) Reactivación Cardiopulmonar (RCP). Dos horas después, el cantautor moría en el County-USC Medical Center dejando nada más que una nota autoadhesiva confesando su decisión de quitarse la vida.

Elliot Smith y Jennifer Chiba
Elliot Smith y Jennifer Chiba

Chiba fue rápida y no dejó pasar mucho tiempo hasta poner abogados e intentar llevarse parte de la herencia. La joven alegó que había firmado un acuerdo verbal con Elliott en agosto de 2002 para "convivir, combinar sus esfuerzos y ganancias, y compartir de manera equitativa todos los bienes acumulados como resultado de sus esfuerzos, ya sean individuales o combinados". Sin embargo, una corte de apelaciones de California dictaminó que Chiba no tenía derecho a ningún pago de la sucesión. Por otro lado, Ashley, media hermana de Elliot, creó el Fondo en Memoria de Elliott Smith. Estas donaciones van directamente a organizaciones benéficas oficiales establecidas, en su mayoría dedicadas a niños abusados y maltratados, tal como  u hermano lo hubiera querido.

Había sido alcohólico, había fumado crack y se había inyectado heroína. Su depresión era crónica, pero la autopsia lo encontró limpio y sólo se halló en su cuerpo medicación psiquiátrica. El daño ya estaba hecho y no había vuelta atrás. Elliott Smith se fue de un modo violento y doloroso, a los 34 años, dejando las más lindas canciones y una línea escueta y triste: "Lo siento mucho, amor. Elliott. Que Dios me perdone".

Por Marianela Insua Escalante 

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