"Al fin vendrás, el momento llegó, ahora puedo sentir que es real… Tanto intentar, tanta desilusión, todo cobra sentido al final". La letra de "Y tú vendrás", la nueva canción de Laura Tuny, no es azarosa. Está inspirada en el largo camino que tuvo que recorrer junto a su marido para cumplir el sueño de convertirse en padres. El pasado 27 de febrero nació Shirley, en Ucrania, a raíz del método de vientre subrogado. Y su vida cambió para siempre.
El deseo
Laura Tuny está en pareja con Claudio Braslavsky desde 1999. Hace varios años querían convertirse en padres, aunque sin éxito. "Tengo problemas para sostener el bebé en mi panza. Por eso me hice muchos tratamientos en la Argentina y congelamos embriones en los Estados Unidos, pero nada funcionó", cuenta la cantante y actriz, famosa por el personaje de Etelvina Baldasarre en Señorita Maestra.
Además del valor económico, cada traspié fue un gran desgaste emocional para la pareja. Pero ella estaba decidida: ningún obstáculo la iba a detener: "No soy de bajar los brazos, mi personalidad no me lo permite. Las frustraciones me daban más fuerzas para seguir. Como a todos los que pasan por estos problemas, con mi marido nos preguntamos más de una vez: '¿Qué hacemos?' Es una decisión muy personal, uno sabe dónde detenerse o seguir. Mi corazón me decía que siguiera".
Empezaron a analizar otras posibilidades hasta que les llegó una información que pocos conocen: en Ucrania, al igual que en los Estados Unidos, el tratamiento conocido como alquiler de vientre es legal. "Incluso, tienen planes mucho más fáciles y económicos. La diferencia es que solo lo pueden hacer parejas heterosexuales que estén casadas", advierte, en diálogo con Teleshow.
Los embriones fueron llevados desde San Diego hasta el país de Europa del Este. La agencia que contrataron para realizar el tratamiento les dio la posibilidad de elegir a la mujer para gestar en su vientre al bebé: "Se hace principalmente por un tema de salud: tienen que llevar una vida saludable y también tienen que haber sido madres previamente porque, de esta manera, desprenderse luego del hijo es más fácil".
Vida nueva
Finalmente, el segundo tratamiento realizado en Ucrania se realizó sin inconvenientes. "Conocimos a la mujer que gestó a la bebé cuando estaba embarazada de seis meses. Tuvimos relación con ella hasta el día del parto porque queríamos ayudar, compartir y ver cómo crecía la panza. Nos instalamos un mes allá antes del nacimiento y pudimos estar con ella durante los estudios. Fue muy emocionante", recuerda Laura.
El 27 de febrero, con la llegada al mundo de Shirley, no solo se cerró un etapa de lucha y adversidades para Laura y su marido, sino que también se abrió un nuevo capítulo en la historia familiar: su hija nació en Lviv, la misma ciudad en la que había nacido su padre, en 1937 (por entonces, perteneciente a Polonia).
El día que nació Shirley el termómetro marcaba menos 16 grados en Ucrania. A los 15 días la familia se instaló en Buenos Aires y la pequeña tuvo que adaptarse al cambio climático: "Me tocó una nena que es un sol. Se porta de diez y se banca cualquier cosa: la llevo y la traigo a todos lados, a veces se tiene que dormir a cualquier hora… Los primeros meses fueron difíciles, igual que para todos los que tienen un primer hijo, porque no dormís, no comés y no sabés qué hacer. ¡Estás pendiente las 24 horas!"
"Por suerte tengo un marido que se ocupa tanto como yo de la bebé, le cambia los pañales… Es un genio. Entre los dos nos ayudamos mutuamente y pienso que la bebé lo siente. Cuando se despierta con una sonrisa decís 'estamos haciendo las cosas bien'. También creo que los hijos se adaptan mucho a cómo es uno. Cuando salió de la clínica estaba nevando ¡y ya fue de vacaciones a la playa!", cuenta.
Laura no pretende que su experiencia sea solo una historia personal, sino que también les sirva a otras parejas que están pasando por las mismas dificultades, para que no bajen los brazos y sepan que existen otras posibilidades: "En la Argentina es ilegal y muchas personas piensan que el tratamiento solo se puede hacer en los Estados Unidos y está bueno que se sepa que no es el único lugar".
Hija de la música
Después de su tercer disco, publicado en 2016, Laura compuso canciones para otros artistas y para películas, y estuvo dedicada, principalmente, a la música infantil. Escribió temas para la serie de videoclips Las canciones del zoo, y su tema Hiporopopó tiene más de 90 millones de reproducciones en Youtube.
Y por supuesto, desde sus primeros días, Shirley convive en un ámbito muy musical: "Le invento canciones y se las canto cuando toma la leche y cuando se está por dormir. Creo que mi próximo paso es grabar algunos de esos temas. Ya venía con la idea de grabar videos animados con canciones para chicos, es un mundo muy interesante".
Pero, antes de eso, Laura inmortalizó su lucha por convertirse en madre con el tema "Y tú vendrás". Lo escribió cuando se enteró de que sería madre, aún sin saber el sexo del bebé, y fue filmado en Ucrania. Allí, relata sus sensaciones ante tanta adversidad, y cómo cambió su vida.
Volver a las raíces
Su primer acercamiento con la televisión fue a los seis años, con el grupo musical Cantaniño. Años más tarde conoció la popularidad de la mano de su personaje en Señorita maestra. Luego, continuó con su carrera como actriz en El Camionero y la Dama, Clave de Sol, Los otros y nosotros, El Palacio de la Risa, Los Benvenuto, Poné a Francella y El Sodero de mi Vida, entre otros.
Alejada hace un tiempo de la actuación -en 2012 tuvo un papel en la película norteamericana Age of Dinosaurs-, busca reencontrarse con una de sus grandes pasiones.
—¿Tenés ganas de trabajar como actriz?
—Sí, me gustaría muchísimo. Ahora no tengo tiempo para ver mucha televisión pero me parece que hay poca ficción.
—Hace un tiempo dijiste que para estar en la tele hay que "desnudarse, ser familiar o acostarse con algún productor"…
—Si agarrás algunos de los programas de ahora y hacés la lista de quiénes actúan vas a ver que no pifié mucho, sigo opinando lo mismo. Pero también creo que hay un lugarcito para los que no tenemos parientes y somos de perfil bajo y no nos desnudamos por ahí. Tengo esperanzas. También tengo muchas ganas de hacer teatro o cine, se están haciendo muchas cosas.
—¿Como panelista cómo te ves?
—No soy muy criticona, soy medio polite en ese sentido, pero tendría mucho para decir, sería muy rendidora. Me gusta el humor medio irónico y, conmigo, más de uno puede caer. Yo me banco cualquiera. El que me pruebe como panelista no me suelta más. Me tengo mucha confianza porque no estoy involucrada con nada ni nadie, entonces puedo tener opiniones independientes.
—Mirá si te termina llamando Tinelli para participar en su programa…
—Tengo 20 años de baile, así que mal papel no voy a hacer… De peleas tanto no tengo. ¡Me interesa!
—¿Cómo recordás tu etapa en "Señorita Maestra"?
—Con mucho amor. Fueron mis inicios, estaría muy mal si no lo recordara con mucho cariño, ya que gracias a eso pude hacer carrera en música y actuación. Estoy muy agradecida con la gente con la que trabajé y los fans. Todavía me siguen reconociendo, me escriben por Facebook e Instagram, ¡no lo puedo creer! Tengo los recuerdos más lindos. Tendría que hacer un remake con las canciones viejas, que ya quedaron muy fuera de órbita. La televisión en aquel momento mostraba otros valores y enseñanzas.
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