Xuxa: "Ya sé que estoy envejeciendo, no necesito que me lo digan"

En su breve visita a la Argentina, la estrella brasileña se sentó a hablar en exclusiva con Teleshow. Recordó viejos amores, los abusos que sufrió en su infancia, y contó de qué manera una vidente le anunció que iba a conocer a su actual pareja. Además, anticipó que sueña con ser abuela pronto

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Son pocos los artistas que no necesitan grandes presentaciones. Y ella es una. Su apodo -convertido en una marca registrada por su prolifera carrera como animadora infantil- fue aceptado por la justicia brasileña como parte de su nombre legal: María da Graça Xuxa Meneghel. Pero con Xuxa alcanza.

La gaucha de 1.78, rubia y de ojos celeste fue un verdadero fenómeno global, pionera en el la industria televisiva durante los 80 y 90. Supo contagiar de alegría y energía luminosa a miles de niños. Acaparó la atención por su belleza angelical, que la hizo recorrer el universo de las pasarelas, las portadas de revista y hasta el cine erótico. Su debut en la pantalla chica con el Show da Xuxa en 1986 la coronó: Reina de los Bajitos.

Tuvo un explosivo paso por Argentina con la emisión de su programa durante 1991 hasta 1993, instalando como himno de la cultura popular, temas musicales como Ilarilarié, Xuxu, Xaxa y Todo el mundo está feliz. Hasta la actualidad, no hubo otra como ella.

A los 55 años -35 de ellos los pasó en la pantalla chica-, regresó a nuestro país para inaugurar Definit, un innovador centro de depilación definitiva. Cálida, sonriente y con ganas de hablar, recibió en exclusiva a Teleshow.

(Guille Llamos)
(Guille Llamos)

—Pasaron más de dos décadas desde que dejó de trabajar en Argentina. El vínculo parece intacto. ¿Así lo siente?

—Siempre hay algo que me conecta con la Argentina, gracias a Dios. Yo siempre digo que, aunque muchos no me crean, Argentina fue para mí un regalo. ¿Viste cuando uno trabaja mucho y gana premios en la vida? Este es un trofeo que voy llevar por toda mi vida. Yo no sabía que iba a ser así porque pasaron nueve años desde que terminé el programa hasta que volví a la Argentina. Y cuando volví, le dije a todo mi equipo que se olviden de todo, que no íbamos a necesitar seguridad ni nada. Me sorprendió recibir un montón de cariño. Fue increíble. Entonces entendí que mi historia acá nunca va a terminar.

—¿Alguna vez fue consciente de lo que generó entre el público?

—No. Y es mejor que no lo sea. Cuando los escuchó hablar sé que son parte de mi vida, de mi historia. Cambiaron el rumbo de mi carrera, mi camino, hasta mis pensamientos. Ellos me cuentan muchas cosas pero es bueno que yo no sepa todo, sino iba a ser difícil recibir tanto y llevar adelante tanta responsabilidad.

Conmovida, Xuxa se detiene por un instante. Luego retoma los recuerdos. "Había una chiquita que siempre iba en silla de ruedas a mi programa. En lo que tardé de volver, después de concluir mi programa, ella estaba más enferma. Me dijo que no quería comer ni vivir más porque el programa había terminado. Convivir con esta responsabilidad para una ser humano es muy fuerte, tanto a la hora de hablar como de pensar. Ellos son muy importantes para mí, y yo para ellos".

—Y a Sasha, su hija, ¿no viene siguiendo sus pasos?

—Sasha es la cosa más linda del mundo, por dentro y por fuera. Está estudiando moda en Nueva York y está muy bien. Ahora está en el segundo año y medio de su carrera en la Universidad de Parsons, la segunda facultad más importante de diseño del mundo. Le gusta demasiado lo que hace. El primer año la invitaron para hacer una colección, el segundo para hacer diseño de joyas. Sabe muy bien lo que quiere. No sé si va a ser una gran diseñadora, a no ser que lo quiera mucho. Desde muy pequeña supe que este camino no era lo que ella quería. Y si ella no lo quiere, yo menos. Quiero verla feliz. Ahora, si un día cambia de opinión, haré lo que sea para que lo consiga.

—¿Cree que fue difícil para Sasha ser hija de Xuxa?

—Paso por distintas etapas. Cuando era muy pequeña ella no sabía bien, entonces era muy divertido.Después tuvo un poco de vergüenza porque todos se quedaban atentos mirando lo que hacía. Ahora está pasando un fase donde: "Bueno, me gusta que hablen de mí, me gusta que miren". Pasó por todas las fases pero siempre se refirió a mí con mucho orgullo. Nunca hubo una fase donde renegara de ser mi hija. Eso me iba a preocupar más que otra cosa.

—En algún momento se obsesionó por su imagen. ¿Hay algo que le moleste de verse en el espejo?

—Por supuesto me molesta. La piel la tengo fea. Para los que trabajamos en la televisión, envejecer frente a la cámara no es fácil. Quedar más vieja no es fácil. Lo más difícil es que encima la gente lo diga. Yo ya lo sé, no necesito que me lo digan. "¡Mirá cómo está! Grande…". Yo ya lo sé. "¡Mirá cómo está! Arrugada…". Tampoco es necesario: yo ya lo sé. 

Xuxa y Junno, llevan seis años juntos, se conocieron cuando ambos tenían 25 años. Ya conviven y forman un familia ensamblada, para Xuxa ya “se sienten casados”
Xuxa y Junno, llevan seis años juntos, se conocieron cuando ambos tenían 25 años. Ya conviven y forman un familia ensamblada, para Xuxa ya “se sienten casados”

—Hace seis años que está en pareja con el cantante Junno Andrade. ¿En qué momento llegó a su vida, y que planes tienen a futuro?

—Yo digo que mi vida antes de Junno era como una película sin música. Y ahora la tiene. Todo el tiempo está cantando, sonriendo, a veces hasta demasiado (se ríe). Yo lo conocí cuando teníamos 25 años en mi programa; él tenía novia, y yo no. Yo suelo avanzar porque los hombres tienen miedo de acercarse. No fue distinto con él. Él me negaba que tenía una novia. Una vez me acerqué y le pregunté si saldría con una fan, y me respondió que sí, y le dije: "Yo soy tu fan". Al instante se puso colorado. 25 años más tarde vino a mi programa; yo estaba por cumplir 50, él también. Una semana antes una chica que leía la mano me dijo que me iba a reencontrar con alguien y que iba a casarme. Entonces vino Junno al programa para promocionar su trabajo, le pedí una de sus composiciones y cantó: la letra decía "Una vez una mujer leyó mi mano"Las chicas que trabajaban conmigo lo señalaban como diciendo que era él. Cuando salió me pidió el número de teléfono; como lo había cambiado y no me lo acordaba, yo se lo pedí.  Fui yo la que dio el primer paso. Le escribí por chat, nos quedamos hablando y nunca nos separamos. De esto hace ya seis años.

—Usted nunca se casó. ¿Tiene ganas?

—No. Creo que ya estoy casada. No necesito firmar un papel. Cuando era chica decía que no iba a casarme, no es una cosa que a mí me gusta. No digo que todo el mundo. Si mi hija quiere entrar a la Iglesia vestida de blanco no me opondría, pero yo no lo haría.

—Volviendo a los 90′, ¿pasó algo con Marcelo Tinelli? ¿Es verdad que usted lo llamó para verlo?

—Yo no tenía novio en esa época: por mí hubiese pasado algo, pero no pasó. Una vez lo llamé por teléfono y le dije: "Ya que todo el mundo dice que tuvimos algo, podés venir a Brasil y quizás tener algo…". Pero no fue a Brasil. Ahora no va a pasar nada porque él está muy bien casado, y yo también.

—¿Y Pelé ? Fue su primer amor. ¿Cómo la marcó?

—Con Pelé tuvimos una relación de seis años: yo estaba por cumplir 18, terminamos a mis 23 . Fue una persona importante, pero aprendí muchas cosas de las que no volver hacer con nadie. Es una persona distinta: tiene dos personalidades, y una de esas personalidades me ha hecho muy mal.

Xuxa y Pelé vivieron un romance entre 1981 y 1986
Xuxa y Pelé vivieron un romance entre 1981 y 1986

—Actrices de todo el mundo se animan a denunciar hechos de acoso y abuso. ¿Usted lo vivió en el medio?

—Sí, antes de que yo trabajara oficialmente en la tele. Hice una participación y el director se me acercó y me dijo que si no salíamos, que ni volviera. Yo no volví más. No sé si le pasa a mucha gente. Yo pregunto y lo hablo mucho con mis amigas. Pero sé que hay mucha gente que lo sufrió.

—Usted confesó en televisión más de un episodio de abuso en su infancia. ¿Cómo fue exponerlo?

—Yo no me acuerdo la primera vez que me pasó porque era muy pequeña y lo bloqueé. La última vez que fui abusada tenía 13 años. Fue muy difícil hablar de esto. Resolví decirlo en la tele para concientizar, porque tal vez para las mujeres sea más fácil de hablar, y para lo niños no. Cuando conté lo que intentó hacer mi abuelo, cuando yo tenía 11 años, una chica llamó para denunciarlo y dijo: "Mi abuelo hizo lo mismo que el abuelo de Xuxa". Que una niña se haya animado a dar ese paso me hizo feliz. Después sé que hubieron más denuncias. Es un tema bastante difícil. Una se siente culpable, sucia. Se pregunta: "¿Por qué paso conmigo, qué hice para que suceda?".

(Guille Llamos)
(Guille Llamos)

-Un numeroso grupo de fans fue el miércoles por la tarde a Ezeiza para darle la bienvenida. Allí estaba Hernán Mondragón, quién se descompusó en el lugar y falleció camino al hospital. Usted le dedicó unas palabras en su cuenta personal de redes sociales. ¿Usted llegó a ver lo que pasó? 

-Yo siento mucho lo que pasó ayer. Yo vi cuando se descompuso. Estaba de mi lado derecho, justo pasó arriba de una chica que casi se cayó. Logré ponerla de pie, pero él se quedó. Pensé en acercarme, pero si lo hacía, tal vez las personas iban a querer estar encima y eso empeoraría.La imagen de él en el suelo, eso me quedó en la cabeza.

Se la nota conmocionada, inquieta. "Yo no fui hasta él para ver". Hace una pausa y retoma. "Mi coche estaba cerca de donde pasó. Cuando llegué al coche vi que ya estaba la ambulancia, estaban sacando una camilla, yo pensé que iba a pasa, que iba a estar bien".

Xuxa en su programa de animación ‘Show da Xuxa’
Xuxa en su programa de animación ‘Show da Xuxa’

—¿Creé que tendrá alguna sucesora?

—No existe la tele como la de antes. Esta imagen de esta piba brasileña que le gustaba jugar con los chicos no va existir, por lo menos de esta forma. Otras personas van a venir, con otras posibilidades. Creo que los chicos necesitan de esto, no solamente dibujos o personajes: necesitan de alguien de carne y hueso que trabaje con ellos. Ahora es imposible hacer comparaciones porque el medio ya cambió. Ojalá que esa persona venga pronto.

—Tal vez sean los hijos de Sasha, es decir sus nietos, ya que ella no quiere.

—Sí. Yo quiero tres. Me prometió tres nietos. Voy estar encantada.

—¿Sueña con ser abuela?

—Rápido, porque me duelen las rodillas, la espalda… Y después va ser peor. Que sea deprisa, así podemos jugar.

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