Instalado en Buenos Aires por una larga temporada para participar en La Voz, en esta oportunidad Ricardo Montaner huyó de los hoteles para instalarse con su mujer en una casa. "Pusimos aquí la base y estoy viajando a los países cercanos a hacer conciertos los fines de semana", le explica el cantante a Teleshow en los estudios de Martinez donde graba el reality que comenzará el 1 de Octubre.
Ya fue previamente coach en La Voz, formó parte dos veces del programa en Colombia, y también estuvo en la versión mexicana. "Hacerlo aquí me da una emoción especial —dice el oriundo de Valentín Alsina—. Estos cuatro meses que voy a estar en Argentina es de alguna manera el momento de devolverle al país lo que en realidad significa para mi vida. Yo nací aquí, me fui de muy chico. Volver me hace reconciliar con toda la nostalgia que tiene que ver con mi niñez. Me da mucha emoción estar aquí".
Inseparable de Marlene, su mujer, Montaner le agradece el rol que ocupa. "Ella sabe que no me puedo despegar, y me hace el favor de venir conmigo y aguantarme", confía, y reconoce que cuando empiezan los conciertos de una nueva temporada puede volverse insoportable para la convivencia. "Cada vez que lanzas una nueva gira, una nueva puesta en escena, un nuevo concepto, pues eso te pone un poquito, tú sabes…", se excusa, a la vez que promete en breve anunciar las fechas de los próximos conciertos que realizará en Buenos Aires.
—¿Tus hijos, Mau y Ricky, van a venir también?
—Tú sabes que están viajando mucho.
—Qué bien les está yendo.
—Estoy muy orgulloso. Ricky empezó cuando tenía 15 siendo guitarrista de mi banda, y Mau por ahí también, siendo baterista. El proyecto de ellos ya lleva como 10 años, y ahora que están empezando a ver el fruto de todo lo que sembraron están muy fuertes, no solamente como dúo sino también como autores, como productores, están haciendo música para mucha gente.
—Me imagino que algo de los consejos que les habrás dado como padre aparecerá como coach en La voz: ¿cuánto de talento, cuánto de trabajo y cuánto de suerte necesita un artista?
—Necesita de las tres cosas. Pero sin lugar a dudas el talento tiene que estar ahí. La suerte no necesariamente, puede estar o no, pero el talento tiene que estar, obligado. Los muchachos han tenido a favor de ellos la gran constancia, que es lo mejor que han heredado de mí. El talento no creo que se herede: el talento es individual, Dios te premia con ese don. Yo no tuve en mi familia ningún músico antes que yo, ningún artista antes que yo. No tengo que pensar que heredé de alguien la vena…
—Pero sí la cultura de trabajo.
—La constancia la heredé de mi papá, la heredé de mi mamá. Ese riesgo que uno corre en la vida cada vez que empieza un nuevo emprendimiento, una nueva empresa, un nuevo impulso: eso lo heredé de mi mamá y mi papá. Y mi papá lo heredó de su papá, de mi abuelo, que fue igual. Y yo estoy seguro que si algo heredaron Mau, Ricky, Eva Luna, Ale y Héctor (todos sus hijos) es la cultura esa del empeño y del querer hacer las cosas, y hacer que las cosas sucedan.
—Eva Luna se casa.
—Ya se comprometió, pero no se casa todavía. Eva Luna está emprendiendo un proyecto muy grande, que no tienes idea lo grande que es. Y es maravilloso para ella y su carrera como actriz y como cantante. Se casa en dos o tres años, cuando termine esto que acaba de empezar.
—¿Sos celoso?
—Yo creo que sí. Pero no soy un celoso de esos que se pone tonto. Típico. No, soy un celoso porque celo lo que amo.
—Pensando en los participantes de La Voz, detrás de cada uno de ellos hay una historia, hay sueños, hay muchísimo que se juega. ¿Qué te pasa con eso?
—Yo puedo ser muy autor y muy cantante, muy todo lo que tú quieras, pero uno tiene sensibilidad y cierta fragilidad a nivel de emociones y de corazón a la hora de enfrentarte con la historia de un artista. Todos los artistas tenemos historias valiosas, pero me estoy topando con unas historias muy particulares de gente que viene de lo más profundo del interior del país, de la provincia, que han sufrido desde niños, inclusive hasta la falta de comida. Por un lado me enseñan mucho a mí como persona, y por otro lado siento que cada uno de ellos tiene algo, un mensaje que mostrarle al pueblo argentino, y que el "sí se puede" más que una frase cliché es una visión de todos ellos, que aun con sus circunstancias, con el "sí se puede" de por medio, están montados donde están, y que el día de mañana les va a cambiar la vida.
—En algún momento te acercaste a Dios. ¿Eso trae respuestas o genera más preguntas?
—Las preguntas las tenemos nosotros, porque somos muy traviesos y vivimos queriendo averiguar. Y eso está muy bien. Y Dios se ríe un poco de eso pero al mismo tiempo dice: "Bueno, a este lo quiero para mí, le voy a ir contando cómo es que es la cosa". Y efectivamente en el momento que tú tienes el encuentro con Dios, no tiene necesariamente que ser a través de un momento difícil de tu vida. Yo me encontré con el amor de Cristo en el mejor momento de mi carrera, cuando todo florecía, cuando todo era importante, todo lo que hacía era fuerte…
—No fue para pedir, fue para agradecer.
—Sí, fue algo como que Dios me empezó a dar cierta sensibilidad en principio hacia la niñez, y me empecé a dar cuenta que a través de los niños encontraba una conexión directa con Dios.
—Y con esa sensibilidad, ¿qué te pasa hoy cuando ves el éxodo que está sucediendo con el pueblo venezolano?
—Es un sufrimiento enorme porque me pega muy duro. Me pega porque soy un doliente. Me crié ahí, mis hijos son todos venezolanos, mi esposa es venezolana, de alguna manera soy un privilegiado de tener dos países, ¿no? Al mismo tiempo sufro por cada cosa que está pasando. Y aun cuando sé que mi posición, mi forma de pensar y de expresarme a través de los medios de alguna manera me pone en una lista de no deseados para los que están allá gobernando, aunque yo sé que por mi forma de pensar me gano un problema, no importa. Sé que de alguna manera con lo que hemos trabajado con Human Rights Watch, con lo que hago yo a nivel de abogacía, a nivel de activismo en cada cosa donde me presento, inclusive en mis conciertos, sé que despierto conciencia en la gente y un poco de conocimiento en todo aquel que todavía piensa que la vida son cosas más superfluas que pasan desapercibidas.
—Le has muchísimo puesto el cuerpo a Venezuela y a la situación que se vive.
—Sí, de hecho tengo un momento en mis shows donde canto una canción que se llama "Aunque ahora estés con él", con un video que lo rodamos en las calles de Caracas en plenas manifestaciones de los jóvenes. Y yo pongo ese video mientras estoy cantando esa canción y le dedico al final un aplauso muy sonoro al pueblo venezolano. Que además tiene una inmensa e infinita diáspora que ha viajado a otros países, Argentina, Perú, a Ecuador, a Chile, a México, a Centroamérica, y han sido bienvenidos gracias a Dios. Pero hay que ver lo doloroso y lo difícil que es dejar a tus seres amados. Gente que deja a sus hijos. Hijos que dejan a sus padres. Hay muchachos de 18 años que se han venido solos, que están aquí ¿entiendes? Es dolorosísimo.
—Hay quienes piensan que Argentina iba camino a convertirse en Venezuela. ¿Creés que estuvimos cerca?
—Hay una diferencia muy grande entre el pueblo argentino y el pueblo venezolano: este pueblo tiene la memoria más fresca, este pueblo tiene la memoria mucho más punzante. Este pueblo sabe lo que es sufrir dictaduras militares, todo eso. Muy difícilmente puedas engañarlo de tal manera que llegues al colmo de caer como cayó Venezuela. ¿Qué pasó con el pueblo de Venezuela? Primero que nada falta de memoria, olvidaron la dictadura de Marcos Pérez Jiménez muy rápido, les había quedado como muy lejos. Y como que no se lo recordaron lo suficientemente bien como para que no cometieran el error de darle la primera chance que le dieron a (Hugo) Chávez. El problema principal que tuvo Venezuela fue cuando (Rafael) Caldera indultó a Chávez después de haber querido dar el golpe en Venezuela. Cuando Caldera indultó como última acción de su gobierno a Chávez, ahí comenzó el gran problema de Venezuela. Y hoy lo estamos sufriendo.
—Como artista, ¿es importante comprometerse?
—Nosotros, tú, el que está oyéndonos, viéndonos, tenemos la obligación de servir a los demás. Cada quien desde su propia plataforma, desde su propio corazón, en la manera que pueda, con su vecino, con su familia, pero hay que servir. Infobae es hoy la plataforma digital de noticias más importante de Iberoamérica, y si tú no provechas esto para decirle a la gente: "Oye, hay un prójimo ahí y hay alguien que necesita de tu ayuda y ponte la mano en el corazón y trabaja por los demás", estás perdiendo el tiempo. Me he dado a mí esta posibilidad y este privilegio de poder llegarle al corazón de la gente con mis canciones, y con lo que digo y a través de tu pantalla, tu plataforma. Pues si yo no aprovecho eso para el bienestar de los demás, estoy perdiendo el tiempo.
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