Alguno podrá argumentar —como lo hizo en los comentarios del posteo en Instagram— que al modificar la postura, separando los brazos del cuerpo, y trabar los músculos con fuerza, en vez de relajarlos, la imagen engaña un poco. Y puede que sea cierto. Pero es apenas eso: un poco. Porque el cambio de Rodrigo Noya es notable. Y está a la vista en las dos fotos que el actor subió a sus redes sociales, mostrando un antes y un después que tan solo registra 25 días de diferencia:
"¡Actitud y compromiso!", escribió el joven de 24 años que alcanzó la fama cuando era apenas un niño, allá por 1999 y de la mano de Dady Brieva en Agrandadytos. Pero además en su posteo agradeció a su preparador físico personal, Ronald Medina, responsable de su cambio físico. Aunque claro, eso solo en parte, porque el mérito mayor corresponde al esfuerzo y la constancia de Noya.
La publicación cosechó una gran cantidad de comentarios, como el argumento inicial que pone en duda —injustamente— el logro de Rodrigo. No obstante, la gran mayoría son elogios. Y alguna que otra broma, como aquella que le hizo una amiga: "Pero la cara sigue igual", lo chicaneó, generando la risa del protagonista de El Marginal 2.
De todos modos él ya está acostumbrado a ser blanco de distintos chistes. Por caso, su ingreso a la miniserie de Sebastián Ortega, que tan buen rating cosechó en la pantalla de la TV Pública, despertó una catarata de memes en las redes sociales. ¡Y da igual! Su actuación en El Marginal fue muy elogiada.
Tiempo atrás el propio Noya supo sacarle provecho a las bromas sobre su aspecto cuando publicitó un romance falso con Cande Ruggeri. La campaña de marketing de una marca de desodorantes buscaba demostrar que la belleza es tan relativa como intrascendente, y que no importa el envase sino el contenido. Sí, esa misma esencia que es invisible a los ojos. "¡Quisimos romper los prejuicios y demostrar que lo que importa es la actitud!", dijeron a dúo Rodrigo y Candelaria cuando debieron revelar la realidad: entre ellos no pasó nada.
¡Y da igual! Porque hoy Noya exhibe sus impactantes físicos. Está feliz con lo conseguido. Y eso está muy bien. Tanto esfuerzo tuvo su recompensa.
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