Cada 21 de septiembre, los estudiantes disfrutan del tradicional picnic del Día de la Primavera. Sin embargo, a veces, estos encuentros de amigos al aire libre no resultan tal como estaban planeados. ¡O resultan mucho mejor! Y las anécdotas quedan en el recuerdo para la eternidad, como le relataron en exclusiva a Teleshow algunos famosos.
Damián de Santo
"Tenía 16 años y estaba en 4° años del secundario. Nos fuimos con las chicas de danza a Agronomía y nos llevamos varias canastas con cosas. A las mujeres les tocaba llevar algo para comer y, a los varones, algo para beber. Pero a mí se me ocurrió llevar una hermosa torta de ricota. Y resulta que, cuando después de jugar a la pelota y estar paveando por ahí decidimos hacer el picnic, nos dimos cuenta de que la torta de ricota había llamado la atención de mil millones de hormigas. Y que, además de comerse la tota, ya que estaban por ah los bichitos empezaron a investigar adentro de los sanguchitos. ¡Tuvimos que tirar absolutamente todo! Y como no teníamos un 'sope' para comprar nada, solo pudimos comer unas manzanas y unas galletitas que estaban en paquetes cerrados. ¡Un desastre! Menos mal que ese día todos nos pusimos de novios, porque si no nos hubiéramos amargado el 21 de septiembre…"
Marcela Baños
"Hace unos diez años o más, fuimos a Palermo a pasar la tarde con un grupo de amigos. Habíamos llevado todo para
armar el picnic: la bebida, la comida, la música…¡Como hacíamos todos los adolescentes! Y todo pintaba genial porque el día estaba re lindo. Pero la primavera es traicionera…Así que de golpe empezó a nublarse y empezamos a sentir esa brisa rara. Nosotros nos miramos y dijimos: 'No pasa nada, se va a aguantar'. Hicimos la cruz de sal, enterramos el huevo y todo lo que correspondía como para que no lloviera. Pero, como a las cinco de la tarde, el viento ya estaba demasiado fuerte. Y se levantó un temporal increíble. ¡Las hojas empezaron al volar al nivel de las caderas! Así que tuvimos que levantar todo corriendo y terminamos empapados y muertos de frío. Hoy me acuerdo y todavía me río, porque después de tanto preparativo terminamos todos en mi casa comiendo los sanguchitos mojados…"
Guido Suller
"Cuando era adolescente me juntaba con amigos y amigas para ir por los bosques de Palermo. Llevábamos cosas ricas y pasábamos un momento muy sano. Yo era joven, lindo y musculoso, porque iba al gimnasio y tenía buen cuerpo. Y para un 21 de septiembre me había puesto una remera ajustada y las chicas querían sacarme fotos. Entonces les dije que, por ser el Día de la Primavera, me la sacaran tirado en la hierba. Y me acosté en el pasto, haciendo poses de sex symbol. La cuestión es que, después de eso, nos fuimos a comer los sanguchitos y todos sentíamos un olor feo. Era olor a caca, pero no veíamos de dónde venía. Hasta que nos dimos cuenta de que, cuando me tiré al piso a hacerme el gato, se me había incrustado un sorete de perro en la espalda. ¡Tenía toda la remera cagada! Pero me la saqué y seguí el picnic en cuero, como si nada hubiera pasado…".
Carmen Barbieri
"Nunca fui a un picnic de la Primavera. ¿Por qué? Mi papá cumplía años el 21 de septiembre. Y él siempre me decía: '¿Te vas a ir justo hoy que es mi cumpleaños?'. ¡A mí me agarraba una cosita! Y yo lo amaba tanto a mi viejo, que me quedaba con él. Yo iba a La Anunciata, un colegio de monjas que quedaba a una cuadra de mi casa. Así que a la mañana me paraba en el balcón y veía como se iba el micro con todas las chicas, que me saludaban…Y yo me quedaba ahí, mirando. Triste, porque se iba el micro, pero feliz, porque me quedaba con mi papá todo el día festejando. Y, para esa fecha, mi casa era una fiesta todo el día: había almuerzo, merienda, cena… Los amigos de papá y los artistas entraban y salían todo el tiempo. Y yo siempre estaba con él. Por eso nunca tuve picnic".
Matías Alé
Recuerdo los picnics que hacíamos en San Miguel, cuando yo iba al colegio. Nos juntábamos con todos mis compañeros
desde 5° grado de primaria hasta 5° año del secundario. Y era un día muy especial para mí, porque había comida que llevaban los más grandes y mucha actividad física: jugábamos al fútbol, al vóley, al quemado, a la mancha… La verdad es que la pasábamos genial. Ya de grande, me pasó de tener que trabajar para 120 mil personas en José C. Paz en una gala solidaria por el Día de la Primavera, en la que tuve la oportunidad de presentar a Axel y a Diego Torres, y me encantó. Pero los picnics del colegio fueron inolvidables".
Lourdes Sánchez
"Hace poco hicimos un picnic con las mamás del jardín, al que fuimos todas con los chicos. ¡Y la única que no pudo disfrutar de nada fui yo! ¿Por qué? Porque como Valentín es hiperquinético, se la pasó subiendo y bajando de los jueguitos de la plaza y yo estuve todo el tiempo corriendo detrás de él, mientras las otras madres comían y charlaban…".
El Polaco
"Muchas anécdotas de picnics no tengo, porque yo trabajé desde muy chico y el Día de la primavera siempre tenía shows. Pero me acuerdo de uno cuando tenía 14 años, que nos juntamos todos los chicos del barrio y nos fuimos a festejar a Parque Norte. Vinieron pibes de todos lados y se armó una gran joda. Pero después de eso empecé a cantar, así que los 21 de septiembre siempre me tocó laburar".
Hernán Caire
"Tendría 15 años y estaba en 3° año del secundario. Y me gustaba una chica de otro colegio, María Florencia, que tenía una hermana melliza que se llamaba María Belén. En aquél entonces yo era muy tímido, pero mis amigos me habían convencido de que le invitara a venir al picnic con nosotros y ella vino. Nos fuimos para los bosques de Palermo. Y yo, para hacerme el 'langa', la invité a dar un paseo en bote. Pero, en medio del lago, se me rompió un remo y ella entró en pánico. Nos tuvieron que venir a rescatar y yo estaba colorado de la
vergüenza. Igual la pude remontar, porque me la llevé a pasear por el rosedal y le robé un beso. ¡Así que estaba en la gloria! El tema es que después la acompañé a su casa y, cuando estábamos en la puerta, la llamó la madre. "¡Belén, vení a comer!", gritó la vieja. Yo dije: '¿Cómo Belén?'. Y sí: la que había venido era la hermana que, supuestamente siempre había estado enamorado de mí. ¡Habían hecho un cambiazo! Y yo me sentí estafado. Pero, igual, seguí saliendo un tiempo con la chica".
Edith Hermida
"La primera vez que salimos de picnic con las chicas del secundario, 1° 4 del Comercial 19, estábamos re emocionadas porque nos creíamos re grandes. Pero, como nuestros padres no nos dejaban ir a ningún lado, terminamos en el Parque Avellaneda, que no tenía nada de emocionante pero quedaba cerca de la casa de una. Igual, tuvimos mucho éxito porque nos encontramos a Pablito Ruíz. Y desde la calesita, haciéndonos las cancheras, le empezamos a cantar Oh, mamá, ella me ha besado…. Él era más chico que nosotras y en ese momento la rompía. Pero nosotras, unas taradas que nos creíamos mil, terminamos haciéndole bullyng. Por suerte, él se lo tomó con humor y
hasta se terminó sacando fotos con nostras. Y a nosotras, después, la vida nos acomodó".
Diego Moranzoni
"Recuerdo mi primer picnic, a los 13 años, con los chicos del secundario. Lo hicimos en la casa de una compañerita que tenía mucho dinero, pero mucho, mucho dinero…Y yo tenía toda la expectativa. Peor bueno, yo era como el más reo del colegio. Y me fui con un pañuelo con la bandera de los Estados Unidos. ¡Cualquiera! Era una cosa totalmente ridícula. Pero, igual, terminé dándole un beso en el parrillero a una chica. Y ese fue mi primer beso, justo para el Día de la
Primavera".
Andrea Estévez
"Cuando me hablan del Día de la Primavera, inevitablemente se me viene a la cabeza el recuerdo de cuando tenía 9 años. Habíamos organizado un picnic con mis amigas y mi mamá era la encargada de llevarnos. Así que las chicas vinieron a casa para salir todas juntas. Pero resulta que a mí se me ocurrió llevar a mi perro, Sandy, que estuvo 16 años conmigo, y lo saqué a la calle con mis patines de cuatro ruedas puestos…En síntesis: cuando se abrió la puerta del pasillo, el perro salió corriendo llevándome a mí de bandera y bajó los escalones de golpe. Así que yo salté y terminamos los dos en el árbol de la puerta: él haciendo su pipi y yo con una fractura de muñeca. ¿El picnic? Lo hicimos en el patio de mi casa, yo con un yeso en el brazo izquierdo que tuve que aguantarme durante 40 días".
Gabriel Corrado:
"Las anécdotas que recuerdo son varias. Pero, fundamentalmente, el Día de la Primavera durante la época del secundario era un día de mucho festejo. Solíamos encontrarnos con chicas y chicos de otros colegios en La Recoleta. Y nos sentábamos en el pasto a tocar la guitarra y a tomar y comer algo. El único problema era que, en aquel entonces, teníamos la costumbre de tirarnos huevos. Para
nosotros era muy divertido, pero imaginate cómo volvíamos a casa…".
Denise Dumas
"Mi anécdota es que no tengo ni una anécdota, porque nunca hice un picnic. ¡Mirá lo que fue mi vida! No sé lo que es ir a un picnic del Día de la Primavera. ¿Qué loco, no?".
El Mago sin Dientes
"Para el 21 de septiembre, que también es el Día del Estudiante, íbamos con todos los chicos del colegio a el Tigre. Uno se encargaba de comprar los sanguchitos de miga, otro se ocupaba de las gaseosas y otro llevaba los juegos de mesa…Y, cuando llegábamos, poníamos una lona a orillas del río para disfrutar el día. Salíamos desde muy temprano, tipo 7 de la mañana. Y si llovía, sonábamos. Pero, si estaba lindo, viajábamos en catamarán por el Delta y la pasábamos genial. Esos momentos siempre los tengo presentes porque, la verdad, los disfrutábamos mucho".
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