Con el mate en mano y el termo debajo del brazo Lionel Ferro entra al SUM del edificio donde vive para la entrevista con Teleshow. Es alto, su cabello es perfecto y ni hablar de sus ojos celestes, enormes y cristalinos. Es el Príncipe Azul que enamora a millones de adolescentes, que lo siguen en las redes y le dan like a todas sus publicaciones.
Porque Lionel es un artista multifacético (actúa, canta, sabe andar en patines y tocar la guitarra), pero también es influencer. Y en breve está por llegar a los cinco millones de seguidores en Instagram, muchos de los cuales lo empezaron a seguir por su papel en Soy Luna.
—¿Cómo fue tu infancia?
—Viví en Capilla del Monte hasta los 18 años. Mis padres se separaron y me fui a Córdoba. Me crié con mis abuelos; mi abuela fue como una madre para mí. Cuando ella falleció volví a Capital Federal, lo tomé como una aventura. Mi mamá regresó de Estados Unidos y me fui a vivir con ella.
—¿Qué efecto tuvo tu popularidad con tus afectos?
—En cuatro años pasaron muchas cosas. Pasé de llegar con la mochilita desde Capilla del Monte, sin nada, a trabajar en Disney. Al principio usaba Facebook, luego Instagram, en ese tiempo no podía ir a la casa de mi papá porque se armaba, y apenas aparecí en la televisión fui el ídolo de mi hermana y del resto de la familia. Fue muy fuerte para mí que de golpe me acepten porque aparecí en la televisión. Nos fuimos aprendiendo a querer y a valorar. Ahora con mi viejo y me hermana me llevo súper bien. Con Sasha nos amamos.
—Antes del boom de Soy Luna, ¿de qué trabajabas?
—Tengo muchos amigos que están en el medio y me pasaban data de castings. Mientras, hacía videitos en mi canal de YouTube: subía contenido pero no tenía muchos seguidores. Para mantenerme trabajaba por la mañana de administrativo en el Ministerio de Desarrollo Social; ese fue otro dato que me pasó un amigo. Yo no tenía plata y la necesitaba para vivir, así que cuando me lo contó, no lo dudé.
—¿No te deprimía ese trabajo, que nada tenía que ver con lo artístico?
—A veces pensaba: "¿Qué estoy haciendo acá?", pero a la vez tenía la tarde libre para hacer lo que me gustaba. No me quejaba de lo que me estaba dando la vida, estaba en Buenos Aires y buscaba mi camino, como que eso para mí era una aventura de por sí.
—Y un buen día llega la novela…
—Fue así. Quedé en el casting de Soy Luna, era un taller en el que había un montón de gente y tenía que asistir tres veces por semana. Eran clases, también estaba Franco Masini y otros actores que explotaron en la televisión abierta. Me dieron un personaje que no tenía nombre y lo empecé a crear, mientras los casting continuaban. Hasta que en un momento vinieron de Disney, de cada país, a vernos actuar y patinar. Era un salón muy grande donde entrabamos patinando y nos presentábamos, ¡y yo no sabía patinar! Nunca me había puesto un par de patines, le pregunté a un amigo y entré al lugar como si supiera patinar de manera profesional. En ese momento estaba Mike Ronda, el protagonista de Soy Luna en México, y estaba re canchero con los patines…. Creo que más que nada en el casting sumó mi simpatía porque se morían de risa… Disney te hace parecer más chico de lo que sos, te lookean con mucho color y te bajan tres o cuatro años. En mi vida soy más neutro.
—¿La serie tuvo repercusión afuera?
—Sí, ahora la están pasando en los Estados Unidos. También sumé seguidores por ese motivo y sus cuentas de Instagram están en inglés.
—Una vez que quedaste en la serie, ¿empezaron a grabar?
—No. Hicimos un año y medio de preparación, ahí sí aprendimos a patinar, actuar, bailar y cantar. Practicamos de 7 de la mañana a 20. Esa fue la última etapa antes de salir con la novela. Mientras tanto seguía con mis redes sociales. El día del estreno ¡fue un boom, explotó todo! Lo que a todos nos llamó la atención fue que mi personaje no era protagonista, era uno más del elenco, sin embargo mis redes sociales crecían como las de Karol (Sevilla), que era la protagonista. Al mes pasé a todos los chicos que estaban en la novela.
—¿Quién fue tu primer seguidor famoso?
—Cuando empezaba mi carrera, Julián Serrano era re famoso. Nos hicimos amigos acá en Buenos Aires, veía lo que él hacía. Era "el único". Y estaba en Aliados y veía todo lo que pasaba en sus redes y pensaba: "¡Wow, cómo hace todo esto!". Nos hicimos amigos, nos fuimos de vacaciones y no nos separábamos, estábamos todo el día juntos y me acuerdo que un día le dije: "Yo te voy a pasar en seguidores". Y hoy lo pasé. Los primeros fenómenos de Youtube en Argentina fuimos Juli y yo. Ahora en esa plataforma hay miles de youtubers y muchos me agradecen por haberles dado el empujón para armar su propio canal. Incluso hoy me cruzo con famosos que están muy posicionados y elogian todo lo que hice en YouTube. Yo empecé hace un montón, cuando no existía, y los que están ahora en pocos meses tienen un millón de seguidores porque las personas están muy conectadas a las redes.
—¿Cómo transitaste el paso de plataformas, de Youtube a Instagram?
—Al principio no entendía qué era YouTube e Instagram. Hay tantos youtubers que ahora subo un video y no es tan fuerte como al principio, como cuando era el único. Lo que tiene de diferente Instagram es que al subir los videos llegan más rápido. Ahora le están yendo re bien a mis videos en esa plataforma. Estoy actuando situaciones cotidianas que le pasa a las personas en la vida, con videos más cortos.
—¿Vos escribís tu contenido?
—Sí, los guiones los escribo yo. También los edito pero a veces me ayuda uno de mis amigos, Pablo, porque yo no estoy con tiempo para editar. Le voy diciendo qué quiero y él me los va editando. También me viene a grabar, pero todo es idea mía.
—Sos actor, cantante e influencer. ¿Con qué rol te sentís más cómodo?
—Ser influencer para mí está perfecto porque sos un artista que cantás, bailás, actúas o sos YouTuber, lo que sea, pero tenés un poder en la palabra para las personas. El influencer tiene un público que le cree. Hay muchos influencers que no entienden lo que te estoy contando y a veces hacen un contenido muy feo que no saben que están llegando a nenes, a familias… Y lo hacen porque se divierten, pero tienen que ser conscientes del alrededor. Ahora estoy metido mucho con la música y las canciones. Me identifico más como cantante que como influencer. A nivel internacional se vienen cosas re grosas con la música feat, con el colombiano Mike Bahía y el venezolano Gustavo Elis. También con Paty Cantú y con Karen Méndez, que vino a cantar con Chano, el ex líder de Tan Biónica.
—¿Cómo te veías 10 años atrás? ¿Te imaginabas este éxito?
—Hace 10 años estaba en la canchita de mi pueblo jugando al fútbol con mis amigos, queriendo ser futbolista en Capilla del Monte. No me veía así, tanto no… Sentía que tenía que venir a Buenos Aires y seguir mi camino acá, pero nunca soñé que iba a llegar a tanto. Es muy difícil salir del país y tener un público internacional.
—De los famosos que te siguen en Instagram, ¿a quién admirás más?
—Al mexicano Juanpa Zurita, que actuó en la serie de Luis Miguel, interpreta al hermano del medio del cantante. Es un referente porque llega a todas las familias. Siempre hablo con él.
—¿Te gustaría trabajar para Netflix?
—Sí, pero en este momento estoy concentrado en mi carrera musical porque es lo que me gusta y me llena. Quiero seguir ese instinto. Puedo estar horas grabando una canción.
—¿Qué instrumento musical te define?
—La guitarra acústica me gusta mucho, también el piano. Nunca estudié música, lo fui aprendiendo con mi instinto y también pienso que fue porque estuve rodeado de muchos músicos.
—¿A qué músico admirás?
—A Luis Miguel. El talento y la magia que tiene en su voz es increíble. Fue muy intuitivo en su carrera, y yo soy muy así. Me pasa que se me ocurre algo en cualquier lado y lo quiero hacer, como a él.
—¿Te gustaría componer para otras personas?
—No. Todavía no. Creo que componer es conectarte con lo que está pasando para sacar afuera eso, o para poder transmitir el mensaje de lo que uno siente. Cada canción tiene un mensaje diferente, porque tienen una energía y un momento de la vida distintos. Eso es lo lindo de las canciones. ¡Soy romántico! Es mi esencia.
—¿Cómo nace Dejate Llevar Tour?
—Cuando dejo Soy Luna. Me ofrecen ir a la gira y no acepto por una cuestión económica y para hacer mi propia carrera. Si me iba de gira con ellos no podía hacer mis canciones, mis videos ni nada de lo mío. Tenía que encerrarme en la nube de Soy Luna y estar en un elenco de doce personas, llevando a cabo un show. Si bien eso estaba bueno, dije: "Yo quiero hacer mi carrera y seguir mi camino, sino quedás como toda la vida el chico de Soy Luna". Fue una etapa. Ahí armamos el show con mi manager. Tengo músicos en el escenario, hay DJ y bailarinas. Actúo, bailo y canto… hago un poco de lo que hago en mis videos. Va a ser un show para toda la familia.
—¡Tenés novia!
—A mi novia, Amira Chediak, la conocí en un momento raro. Estoy en mi mejor momento. Ella es modelo y yo no esperaba enamorarme o sentir algo así por una chica. Ella me ayudó a poner los pies sobre la tierra. Es como que el Universo la mandó a que ponga un poco de orden en mi vida.
Por Paula Salama
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