El Teatro Gran Rex, donde ayer se vivió una fiesta plagada de emoción de la mano de ViveRo, noche de sueños, el homenaje a Romina Yan, sirvió de marco para dar por terminada definitivamente una pelea entre dos grandes artistas: Patricia Sosa y Valeria Lynch.
Seguramente cuando Cris Morena las convocó junto a otras figuras de la música como Luciano Pereyra, Axel, Abel Pintos, Sandra Mihanovich, Soledad Pastorutti y Gerónimo Rauch, entre otros, no reparó en el hecho de que ambas llevaban más de un año distanciadas. Sin embargo, ni Patricia ni Valeria dudaron en aceptar la propuesta. Y una vez más compartieron escenario para hacer gala de su talento y, de paso, dejar atrás viejos rencores.
El enfrentamiento entre las cantantes salió a la luz en noviembre del año pasado cuando Valeria contó en una entrevista radial con Marcelo Polino que nadie la había llamado para felicitarla por su nuevo disco. Y señaló particularmente a Patricia, de quien dijo que "era" su amiga.
Luego de estas declaraciones y sentada en la mesa de Mirtha Legrand, Sosa hizo referencia al tema: "Me cayó muy feo que Valeria, a la que conozco hace tantos años y con la que hemos sido tan amigas, dijera eso -admitió-. Y pongo esto en pasado porque ella lo puso en pasado: yo pensé que 'éramos' amigas. Así que le mandé un mensaje y le puse: 'Si tenés algo en contra mío, lo que tenés que hacer es llamarme por teléfono'. La vida no es pública, la vida es privada. Le dije: 'Me tenés que decir qué es lo que está mal porque, sinceramente, no lo sé'". Para más datos, agregó: "Me trató muy fríamente en el cumpleaños de Raúl Lavié (que es en el mes de agosto), así que la borré del Twitter".
Después de estos pases de factura mediáticos, Patricia y Valeria siguieron su charla por privado. Pero no se habían vuelto a ver las caras hasta anoche, cuando se encontraron en el camarín del Rex y decidieron dejar de lado cualquier pelea.
De hecho, para demostrar que no había ningún reproche, Patricia le regaló a Valeria un pañuelo que había traído de su último viaje a la India. Y sobre el final del show, frente a un teatro repleto de famosos, periodistas y fans de Romina Yan, ambas se fundieron en un abrazo, que demostró que el cariño entre ellas sigue intacto.
Y que tantos años de amistad no fueron en vano.
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