Se dice que ciertos personajes nacieron para triunfar ante las cámaras. Qué picardía reducir, tan afablemente, la disposición de las cartas del destino. Detrás de cada artista se esconde una historia de adversidades, miedos, frustraciones y fracasos. El caso de Thalía, mujer "angelada" si las hay, no es una excepción.
Nació un día como hoy, hace 47 años, en la Ciudad de México. Su madre, Yolanda Miranda Mange, la llamaba Yuyita, y era así como la conocían todos en su infancia. No resulta extraño que haya sido malcriada por su padre: era la menor de cinco hermanas. "Crecí en una casa de faldas, donde había mucha música y alegría. Mis hermanas siempre me veían como su bebé y, pues, fui la consentida del lugar. Mi papá nos recitaba poemas y era un ambiente muy folklórico", contó la cantante.
Con tan solo cuatro años empezó a tomar clases de ballet y piano en el Conservatorio Nacional de Música de su ciudad natal y ya había aparecido en varias publicidades. Poco después recibió su primer golpe: su padre, Ernesto Sodi Pallares, murió de diabetes. El impacto fue tan grande que se dejó de relacionar con sus compañeros de colegio y no hablaba con nadie fuera de su hogar. Ella misma contó que estuvo un año casi sin pronunciar una palabra. Su madre, preocupada, recurrió a la ayuda de médicos y psicólogos para ayudarla a salir adelante.
Primeros pasos
A los nueve años se unió al grupo musical infantil Pac Man, que logró notable popularidad un tiempo después, cuando cambió su nombre por Din-Din. Grabó cuatro discos y tras su disolución se unió a Timbiriche, en lo que podría considerarse el primer gran paso en su camino a convertirse en una verdadera estrella del pop.
Con Timbiriche grabó el tema principal de la famosa tira juvenil Quinceañera, donde interpretó a Beatriz. Ese papel le otorgó el galardón a mejor actriz revelación en los Premios TVyNovelas. Thalía y Adela Noriega, la protagonista de la tira, se convirtieron en un ícono para los adolescentes, quienes imitaban su peinado y su forma de vestir.
Dos años más tarde llegaría su propio papel protagónico, en la novela Luz y Sombra. Paradójicamente, tras su finalización viajó a Los Ángeles para formarse en música, actuación y baile para dedicarse a su carrera como solista.
Su primer álbum se lanzó en 1990 bajo el nombre Thalía, y fue producido por su pareja de aquel entonces, Alfredo Díaz Ordaz. Algunos de sus hits, como Un pacto entre los dos y Saliva fueron vistos con cierto recelo de parte del público y de algún sector de la crítica, al ser considerados demasiado "provocativos".
Éxito en la pantalla y los escenarios
La popularidad de Thalía era incontrolable. Al año siguiente lanzó su segundo álbum, Mundo de cristal; y luego otro, Love. Las discográficas se peleaban para contratarla y las ofertas para trabajar en televisión se multiplicaban.
En 1992 retomó su carrera como actriz en la llamada Trilogía de las Marías, producida por Televisa. Comenzó interpretando a una joven y humilde mujer, que creció junto a una generación de fanáticos: "Estaba en mis veintes y tenía que aparentar una mujer de 40 años. Así que con mi cara de niña, cachetona como siempre he sido, ojos rasgados chistosos, mis dientes chuecos, aparentaba perfecto la edad de María joven, pero para pasar a la señora María tuvimos que estudiar mucho los movimientos de la cara, las inflexiones de la voz, el lenguaje corporal, el movimiento de los ojos, el maquillaje y el vestuario. Fue un gran reto", reveló recientemente a la revista mexicana TVyNovelas.
A la par, seguía con su carrera musical y empezaron a llegar los primeros problemas de la fama: en 1996 debió ser hospitalizada por estrés debido al exceso de trabajo y comenzaron a circular rumores de un alejamiento definitivo de los escenarios y las cámaras. Aunque, claro, eso nunca sucedió. Año tras año siguió sacando discos y algunos de sus singles se convirtieron en auténticos clásicos de la música, como Piel Morena, Amor a la Mexicana, Amándote y Mujer Latina.
No era de extrañar que la contrataran para debutar en cine. Fue en el 2000, con la película Mambo Café, dirigida por el chileno Reuben González. Ese mismo año regresó a la televisión con la exitosa tira Rosalinda y lanzó su sexto álbum de estudio, Arrasando. Una palabra que describía a la perfección el andar de la mexicana.
El secuestro de sus hermanas
El 22 de septiembre de 2002, mientras se encontraba dedicada a la promoción de su séptimo disco y aparecía en la portada de los principales medios de todo el mundo, vivió uno de los hechos que la marcarían para siempre. Una de sus hermanas, Ernestina Sodi, acompañó a su media hermana Laura Zapata a una función de la obra La casa de Bernarda Alba, en la que ella trabajaba. Al salir, antes de subirse a un auto, fueron interceptadas por un grupo de hombres enmascarados que las secuestraron.
"Me meten en la cajuela (baúl) de un coche, amarrada de pies y manos. Lo primero que siento es que me falta el aire y después, cuando me ponen la colcha encima, comienzo a volverme loca. Es la sensación más terrible que he experimentado. En la oscuridad de la cajuela pienso que me van a matar", contó Ernestina en su libro Líbranos del mal, muchos años después.
Los delincuentes se comunicaron con Thalía y su marido, el empresario multimillonario Tommy Mottola. El gobierno de los Estados Unidos intercedió en la resolución de un conflicto que hasta el día de hoy está cargado de dudas y misterios. Laura fue liberada el 10 de octubre, supuestamente, para agilizar el pago del rescate, y Ernestina se quedó 18 días más, en los que fue abusada y torturada.
Según su relato, los secuestradores pensaron que ella era simplemente una amiga de Ernestina pero, misteriosamente, ella se encargó de decirles que era una media hermana. Una vez liberada -mucho después que Ernestina-, dijo que su media hermana había mentido en varias de sus declaraciones sobre el tiempo que estuvieron cautivas. Tras el hecho, la familia rompió vínculo por completo con Laura.
Consagración
Thalía nunca dejó de trabajar. Su noveno disco de estudio se estrenó en 2005 bajo el título Sexto sentido, y al poco tiempo rescindió su contrato con Televisa. "Nunca más volveré a trabajar en una telenovela", aseguró en aquel entonces.
En 2008 estrenó Lunada, y al año siguiente publicó un disco acústico, Primera fila. Su undécimo álbum, Habítame siempre, contó con la colaboración de artistas de la talla de Robbie Williams y Michael Bublé. Amore mío y Latina fueron sus últimos trabajos.
A lo largo de su carrera ganó innumerables premios y recibió todo tipo de reconocimientos, incluso, tiene tu propia estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood.
Casamiento
Thalía tuvo romances con varias figuras públicas. La primera relación conocida fue con el mencionado Alfredo Díaz Ordaz, quien murió de Hepatitis C cuando ella grababa la novela Marimar: "Fue terrible porque estábamos todos comiendo, me pasaron un celular y me dieron la noticia de que acababa de fallecer. Me quedé petrificada, como en shock. Dejé la comida y me eché a correr, me estaba desmayando, me sentía mal".
"Me acuerdo que me senté en un árbol y me puse a llorar y dije 'espero que estés bien donde quiera que estés'. En ese momento vino un viento, no me preguntes cómo, y el árbol se empezó a mover con el viento y cayeron muchas flores chiquitas. Él y yo teníamos unas complicidad grande con las flores y fue como un alivio, como diciendo 'estoy bien, sigue con tus cosas que estoy bien'", confesó.
También estuvo en pareja con el co-protagonista de María, la del barrio, Fernando Colunga. Luego, con Jaime Camil, antes de que se hiciera conocido como actor.
Mientras filmaba Rosalinda, conoció al presidente de Sony Music, Tommy Mottola, su gran amor. Se casaron en diciembre de 2000 en una boda que tuvo repercusión en todo el mundo. Figuras de primer nivel del cine y la música se acercaron a la histórica Catedral San Patricio de Nueva York, entre ellos: Robert De Niro, Bruce Springsteen, Julio Iglesias, Jennifer López y Michael Jackson.
En varias oportunidades circularon rumores de crisis maritales. La más fuerte de ellas en 2013, pero Thalía se encargó de desmentirlas: "Mi marido y yo vivimos felices y estamos muy a gusto en nuestra burbuja. Puede caerse el mundo entero ahí afuera que a mí me da igual, mientras que sepamos que dentro de nuestro mundo de cristal la hoguera sigue encendida". Fruto de esta relación nacieron los dos hijos de la cantante: Sabrina Sakae y Matthew Alejandro.
Después de haber superado tantos desafíos que le preparó el destino, Thalía encontró un amor y un compañero: "Es un hombre maravilloso, lo amo. Cuando un hombre te apoya, te ama y te quiere por quien eres, por la forma en la que ves la vida, sueñas y te realizas… Él es un hombre de esos, es mi alma gemela. Después de tanto sufrir y ver roto mi corazón, después de haber tenido mis sentimientos pisoteados, es un hombre que me ha restaurado".
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