El último cambio de Daisy May Queen se dio cuando conoció Hernán y Romina, de La Revolución de la Cuchara. Ellos la hicieron entender porqué tenía que pasar de ser vegetariana a vegana. Y le hablaron de las crueldades de la producción de la leche. Como ama a las vacas, Daisy comprendió que no podía ser cómplice de su sufrimiento, ni del asesinato de sus crías.
"Como mujer respeto enormemente el vínculo madre-hijo. La leche es para su ternero, no para nosotros -le explica la locutora a Teleshow-. Los seres humanos no escatimamos crueldad a la hora de facturar más, y por ello las grandes empresas de producción láctea cometen tantas aberraciones con estos pobres animales: violación, secuestro y posterior asesinato de sus terneros. A ninguna hembra mamífera le agrada que le saquen a su cría ni bien la ha parido para no verla nunca más".
En cuanto a los cambios en el cuerpo al dejar los lácteos, su interés en hacerse vegana nunca pasó por ahí sino más bien por reclamar los derechos de los animales, para que tengan una vida. En la actualidad, solo son esclavos de los humanos, quienes no reparan en que había un ser del otro lado de la carne que compran en el supermercado.
—Contame: Rishikesh, donde vivís en la India, con qué barrio de Capital se compara…
—Mi barrio no se puede comparar con ninguno de Capital. Desde la ventana de mi cuarto veo arrozales, montañas y casas que se pierden en los caminos de montaña. Vivo en el piso más alto de una casa de familia. Tengo un cuarto, una pequeña cocina, baño y terraza. No necesito más.
—Abriste una casa de comida vegana. Contame cómo fue esa iniciativa.
—Tengo una pastelería vegana, se llama Cookie Lady!, y producimos para varias tiendas del pueblo como almacenes orgánicos, restaurantes y bares. Por el momento no tenemos negocio a la calle pero está en nuestros planes. De todas maneras ahora estoy abocada a guiar grupos de argentinos y españoles por India, lo que me hace muy feliz ya que puedo contarles todo lo que aprendí de este país y viajar con ellos. Es mi forma de agradecerle a India todo lo que me ha dado. Por eso los viajes son low cost y centrados en vivir una experiencia cultural y personal. Soy consciente de que viajar a India provoca transformaciones en los viajeros y también que es un destino al que no se puede viajar solo la primera vez. Es por eso que con Hola India facilitamos los primeros viajes de mucha gente que sabe esto y no se quiere largar sola. Después de conocer los códigos y la cultura ya sí te puedes largar a viajar solo, pero el primer viaje no es recomendable, el choque cultural es muy fuerte.
—Se habla mucho de comida vegana, almuerzo y cena. Los postres no tienen tanta fama, sin embargo vos subís muchas tortas y bocaditos. ¿Cuál es tu favorito?
—El flan vegano. Lo hago con leche de coco, harina de garbanzos, para darle cremosidad, y fécula de maíz. Probalo, ¡acá te paso la receta! Medio litro de leche de coco, que yo la hago casera, es una pavada. Cuatro cucharadas de harina de garbanzo, dos de fécula de maíz, 75 gramos de azúcar mascabo, 25 gramos de aceite de coco y ralladura de un limón. Mezclás las harinas y el azúcar en medio vaso de agua. Agregás la leche y calentás a fuego hasta que se ponga espesa. Agregás el aceite, dividís la preparación en vasos o moldecitos, y la llevás a la heladera.
—En Instagram y Faceboook compartís muchas fotos. ¿Cuáles son tus platos favoritos?
—Soy fanática de la comida india. Me encanta todo, pero especialmente el chole bhature, el aloo gobi y la saosa.
—¿Qué platos recomendás para los veganos que sea simple de hacer?
—Si te hacés vegano, nada es simple al principio. Hay que aprender a alimentarse bien y combinar los alimentos para tener una nutrición adecuada. Una vez que hiciste eso podés largarte a cocinar lo que sea. La comida vegana es más simple de hacer pero tenes que ponerle tiempo y voluntad. Lo que siempre recomiendo es hacer brotes de cualquier semilla en tu casa. Es sencillo y absolutamente importante, nutricionalmente hablando, sobre todo en invierno. También recomiendo que no compren nada que no sea de estación, que se animen a una pequeña huertita en la terraza y que eviten los supermercados. La comida procesada no está buena.
—¿Ser vegano ayuda a bajar de peso o es un mito?
—Al principio se baja de peso, sí; pero después tu cuerpo se estabiliza.
—Si tuvieras que definir a India con una especia, ¿cuál sería?
—Garam masala. En realidad es una mezcla de especias, porque India es eso, una mezcla de muchos sabores.
—¿Para quiénes te gusta cocinar?
—Para mis amigos. Generalmente me piden cosas dulces o pizza vegana. A mis amigos indios les encanta la fainá con picante.
—¿Cómo el barrio, qué conexión tenés con tus vecinos?
—En el barrio nos conocemos todos, saludo a mis vecinos y con algunos me detengo a tomar chai y comentar las cosas del día.
—¿Cuáles recuerdos te llevaste de Argentina? ¿Tomás mate?
—Voy todos los años a ver a mi papá, de forma que no requiero muchos recuerdos acá. Me gusta más ahora vivir el presente que colgarme de mi vida pasada. Tomo mate solo cuando viene de visita algún argentino.
—¿Estás en pareja? ¿Podrías estar con alguien que no sea vegano?
—No. Estoy pasando un momento en que tener pareja ya no es una prioridad. No pienso en eso, pero tampoco lo rechazo. Si pasa, bien; y si no también. He tenido parejas no veganas en el pasado.
—Tu voz es un don. ¿No extrañás hacer radio?
—No. Siempre me agradezco haberme retirado a tiempo. Los medios han cambiado y creo que no podría trabajar en las actuales condiciones que se manejan.
—¿Sos feliz? ¿Te sentís más completa en India que en Argentina?
—La felicidad es solo un instante. En India aprendí que es mejor estar balanceado que ser feliz. El balance dura siempre, cuando estás en tu centro no dependés de momentos de felicidad. Sí estoy más alegre y cambié mi humor de mierda por una sonrisa constante. ¡Claro que eso no significa que no me enoje! Si me tengo que enojar, me lo permito. No puedo comparar lo que tenía en Argentina con lo que tengo acá, son dos cosas diferentes. Puedo sí hablar de etapas. Y en esta etapa de mi vida elijo estar acá.
Por Paula Salama
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