Lejos del glamour, de la vida de mansiones fastuosas, celebridades, fiestas VIP y viajes de lujo que conoció y disfrutó. Hace 25 años se cayó un verdadero imperio de la forma menos elegante posible: Heidi Fleiss, la mujer a la que los medios estadounidenses apodaron en sus portadas como "la madama de Hollywood" fue detenida por la policía en Beverly Hills, California, mientras sacaba la basura de su casa.
A partir de ese momento el público pudo conocer a uno de los personajes más cautivantes del jet set de los años '90. También pudo ser testigo de un auténtico escándalo que, pese a los años transcurridos, es recordado hasta hoy.
"Hicieron de mí la Al Capone de la prostitución", escribió años después de haber pasado una temporada en la cárcel la misteriosa mujer a cargo de una red de trabajadoras sexuales que prestaba servicios a personajes poderosos y a estrellas de Hollywood en aquellos tiempos.
Fleiss, que se jactaba de ser la dealer del sexo pago para ricos y famosos, llegó a tener hasta 70 mujeres trabajando para ella. Cuando cayó presa, la acusaban de proxenetismo, pero también de evasión impositiva y posible lavado de dinero.
"Cuando estuve en el negocio del sexo, el 85 por ciento de mi trabajo era en efectivo. Lidié con las personas más ricas del mundo, hombres que dirigían países y los más altos ejecutivos de esos países. La mayoría de ellos prefería pagar en efectivo", aseguró en 2003 a la revista Legal Affairs, editada por estudiantes de derecho de la Universidad de Yale.
Sobre la famosa agenda con los nombres de los clientes más famosos de la mujer se tejieron varias versiones.
Aunque ella guardó siempre silencio aduciendo que se trata de una suerte de secreto profesional, distintos medios especularon con una impactante lista de personajes famosos que habrían contratado los servicios de las chicas que regenteaba Fleiss.
En 2016, el diario sensacionalista británico Daily Mail informó que entre los presuntos nombres anotados en "el pequeño libro negro" de Fleiss figurarían pesos pesados de la industria del entretenimiento como Johnny Depp, Billy Idol, Jack Nicholson, el cineasta George Lucas y Hugh Hefner.
Durante el juicio que investigó a Heidi, el único nombre célebre que trascendió fue el de Charlie Sheen, quien quedó involucrado porque, durante el allanamiento a la casa de la mujer proxeneta, se encontraron cheques con la firma del actor.
Infancia soñada
Heidi nació en 1965 y creció en una familia numerosa. Es la tercera de seis hijos, que desde pequeños tuvieron alguna cercanía a los famosos de su época. Es que su padre, Paul Fleiss, fue durante años un célebre médico al que todo el mundo conocía en todo California como "el pediatra de las estrellas".
Según reveló el programa The E! True Hollywood Story en 1996, Heidi era de alguna manera el centro de atención de todos los que la rodeaban.
Una vecina de la familia contó en ese programa que, como muchos chicos de Los Angeles, Heidi y sus hermanos jugaban a hacer películas. Entonces grababan y hasta editaban distintos videos como si se tratara de auténticas producciones de Hollywood.
"No me metí en el negocio de la prostitución porque necesitara el dinero. Tuve el tipo de infancia con el que todo el mundo sueña, con cinco hermanos y hermanas, viajes de campamento, peleas de almohadas y maratones de Monopoly (en referencia al célebre juego de mesa)", aseguró Fleiss a Legal Affairs.
También contó que, desde sus primeros años como niña sintió tener "un sentido innato para los negocios". Por eso con pocos años se dedicó a trabajar como niñera y hasta llegó a tener a su cargo un círculo de baby-sitters, que conformó cuando convocó a varias de sus amigas de entonces para el cuidado de distintos niños de su barrio.
La adolescencia de Heidi fue un tanto difícil. Distintos allegados aseguraron a The E! True Hollywood Story que la futura "madama de Hollywood" dejó de interesarse por la escuela cuando tenía 14 años.
Con uno de sus amigos más cercanos, para evitar el ingreso al edificio, sobornaban a un guardia de seguridad del colegio, quien los llevaba, durante las horas en las que debían estar en clase, a ver películas.
Pero luego esas salidas fueron cambiando un poco: es que Heidi comenzó a interesarse por las carreras de caballos y se hizo prácticamente adicta a las apuestas.
Una de sus hermanas reveló que por esos años, la joven "era capaz de cualquier cosa" con tal de obtener dinero para usarlo en el juego.
Poco después, con 17 años, abandonó definitivamente los estudios. Sus padres apoyaron la decisión porque veían que su hija tenía potencial para emprender cualquier cosa que verdaderamente le gustara.
Cuando tenía 18 años, Fleiss comenzó a frecuentar distintas discotecas de Los Angeles y a rodearse de a poco de celebridades que circulaban entre ricos y famosos de Hollywood. Era atractiva y cautivaba con su gran sonrisa a quienes se acercaran a hablar con ella.
En una de esas noches de fiesta conoció al multimillonario Bernie Cornfeld, un empresario extravagante con una de las fortunas más grandes del planeta en los años '70.
Según reveló el programa de E!, Heidi quedó impactada por el hombre, al que le llevaba más de 40 años. A su modo, estaba enamorada de la vida que compartían, llena de viajes exóticos, automóviles de lujo y fiestas que duraban días.
"Yo tenía 19 y él 61. Era muy como la historia de la otra Heidi, la que vivía en Los Alpes suizos con su abuelo. Pero cuando se terminó la relación me di cuenta de que él había ganado todas las discusiones porque yo no tenía una carrera, no tenía nada sobre lo que apoyarme", afirmó Fleiss en una entrevista con Larry King emitida por la CNN en 2002.
Años de esplendor
Los años '90 encontraron a Heidi con un oficio inesperado.
Ocurrió que mientras estaba en pareja con el productor de Hollywood Ivan Nagy, conoció a Alex Adams, apodada Madame 90210.
Adams dirigía una red de mujeres que ejercían la prostitución y Fleiss, para empezar a tener sus propios ingresos, comenzó a trabajar como su asistente.
Todo parecía funcionar de maravillas hasta que Madame 90210 fue arrestada. Entonces Heidi decidió llamar a su cartera de clientes y decirles que a partir de ese momento era ella quien estaba a cargo.
Los negocios florecieron. Según contó a Legal Affairs, Fleiss llegó a recaudar "hasta 97 mil dólares en una jornada" en comisiones.
"Mi porcentaje era del 40 % de la tarifa de mis chicas y de cualquier propina por encima de mil dólares", aseguró.
Según contó en algunas entrevistas, por aquellos días vivía en una enorme mansión que había pertenecido a Michael Douglas, donde usualmente recibía a las jóvenes que trabajaban con ella para disfrutar de la piscina y tomar sol.
"Me aseguraba de no mandar nunca a una prostituta a una situación peligrosa o donde pudiera sentirse humillada o degradada. Siempre fui consciente de cómo la prostitución puede hundir la autoestima de una mujer. Gané mi primer millón tras cuatro meses en el negocio", reveló a Legal Affairs.
Los días de felicidad y grandes recaudaciones llegaron a su fin cuando Alex Adams salió de la cárcel y decidió tenderle una trampa junto con un amigo policía que simuló querer contratar los servicios de las prostitutas de Heidi.
Así fue que la "madama de Hollywood" abrió la puerta de su casa para sacar la basura y terminó tras las rejas.
Después del juicio, que tuvo bastante repercusión en los medios estadounidenses por los posibles nombres que se podrían revelar en las audiencias, Fleiss quedó detenida 21 meses.
Desde aquel escándalo, que comenzó a mediados de 1993, se convirtió en un personaje magnético para los medios. Tanto, que se multiplicaron los especiales de televisión, ficciones y documentales que cuenta la vida de este particular personaje.
Ella no se quedó atrás y también hizo de su historia un pequeño negocio. Además de editar un libro, tuvo una marca de lencería con su nombre y hasta participó de un reality show.
En tanto, su célebre "libro negro" con el listado de sus clientes famosos salió a la venta por eBay en 2015.
En el aviso que se pudo ver en la plataforma de subastas, el propietario aseguraba que contenía 10 páginas con nombres y números de teléfonos de celebridades.
Veinticinco años después de sus días de esplendor, Fleiss vive recluida en medio del campo, en una hacienda en el estado de Nevada.
Según reveló la revista People, la "madama de Hollywood" se dedica en la actualidad a criar 20 aves exóticas que heredó de unos vecinos ancianos.
"Me enamoré de estos pájaros y perdí interés en el negocio del sexo", aseguró en una entrevista de 2017.
Allí también volvió a mostrarse como una ferviente defensora de la legalización de la prostitución.
"El sexo por dinero ocurrirá de cualquier modo. Nada puede detener al sexo", dijo una y otra vez, como un mantra.
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